Suena “ande, ande, ande, la marimorena” en la radio, pero esta Nochebuena muchos ciudarrealeños estarán alejados de niños con panderetas, mesas con fuentes cargadas de comidas copiosas y brindis de espumoso entre amigos. La sexta ola del Covid ha pisado el acelerador en los últimos días y ha desbaratado los planes de una Navidad perfecta si eso alguna vez es posible.
Test positivo en la víspera de inaugurar un bar
Encerrado en su casa, encima del bar que quería inaugurar este 22 de diciembre, pasará la Nochebuena Eugenio Sánchez, empresario en hostelería desde hace muchos años que pretendía dar un nuevo salto en su negocio en estas fiestas. “El domingo por la noche empecé con picazón en la garganta y no le di importancia, pero el martes por la mañana en vísperas de la inauguración del bar decidí ir a la farmacia y compré 4 test”, explica.
En ningún momento pensó que iba a dar positivo, pero lo dio y cuatro veces, por si fallaban. En junio había recibido la vacuna de Janssen y hace 20 días una dosis de refuerzo de Pfizer. “Menudo drama, me pasé todo el día llorando, desde las 12 de la mañana hasta las 12 de la noche”, admite. Para ver la magnitud de las consecuencias que tiene el contagio, y todo pese a tener síntomas bastante leves, solo hay que conocer su historia.
Después de cinco años de obra estaba dispuesto a hacer realidad esta semana “el sueño” de su vida. El día 22 estaba prevista una inauguración con amigos, familia y vecinos, 250 personas. Mientras que mira todas las invitaciones en papel que no llegó a entregar comenta que “Tagore Lounge Bar va a ser un local de tardeo, con cafés, tartas, batidos, copas, combinados bien preparados y algunas cosas especiales de comida”.
“No quiero recordar el 2021 porque creo que va a ser el peor año de mi vida”, lamenta. La inauguración para el público general estaba prevista para el 23 de diciembre y su aplazamiento, derivado del contagio, no solo le ha afectado a él, sino a las “6 personas en turnos de 4” que iba a contratar para la Navidad. Esta misma semana los iba a dar de alta.
Para colmo del disgusto el martes le subió hasta 40 grados la temperatura. “Llamé al médico por la noche, porque estaba muy asustado y agobiado”, explica. Por suerte, se tomó dos pastillas de Paracetamol y empezó a sudar. Desde entonces los síntomas han disminuido, y solo le queda el cansancio y tos. “Ahora estoy más fuerte y mentalmente me tengo que recuperar, porque el otro día lo pasé fatal”, admite.
Hasta el 30 estará confinado, mientras que el bar está preparado “con todas las neveras llenas”. Esta Nochebuena su madre le traerá la cena y ella también comerá sola porque su hermana ha preferido quedarse en Miguelturra para evitar nuevas infecciones. Eugenio dice que pasará la noche “viendo la tele y los cantantes”.
Cada día recupera más el ánimo y ha empezado a hablar con representantes y a hacer programaciones de luces. Si todo va bien “y todo está tranquilo” abrirá el 4 o el 5 de enero, para Reyes. “Quiero que 2022 sea un año diferente, lleno de vida, y que termine esto ya, que estemos todos bien, por Piedrabuena, porque quiero a mi pueblo y a mi gente”, apostilla.
El Covid no entiende de custodia compartida
Alejado de sus hijos pasará la Nochebuena José Caro, que dio también positivo en Covid el 22 de diciembre. “Esta ha sido la lotería que me ha tocado”, bromea el ciudarrealeño, electricista de profesión con 48 años. Divorciado, le tocaba coger a sus hijos en Nochebuena y pasar la Navidad con ellos hasta el 31 de diciembre, pero el virus no entiende de custodia compartida.
El lunes notó dolor de cuerpo, le dolía el pecho y picor de garganta, así que al día siguiente lo comunicó a su empresa y le mandaron a la mutua, donde le hicieron el test de antígenos. José sigue con un poco de fiebre, 37 grados, y cuando sube se toma un Paracetamol. “Bien bien no estoy, estoy regular”, comenta.
La Nochebuena iba a ser en casa de su madre, con sus hermanos y los primos de sus hijos. Iba a estar en familia, aunque habían decidido partirse entre Nochebuena y Nochevieja: su hermana que vive en Madrid va a estar en la primera y su hermano que viene de Zaragoza estará en la segunda. Todo es por el Covid.
El único consuelo que le queda es que le van a traer la cena. “No sé qué tendré, pero a cuerpo de rey estoy”, afirma. En los últimos días no tiene otra que ver la televisión y videos de baile, porque practica la bachata, la salsa y la kizomba. José dice que si tiene ánimo mañana se pondrá a ensayar, para repasar.
También tiene un libro empezado, ‘Ofrenda a la tormenta’, de la escritora Dolores Redondo. ¿Es un drama? “Drama es el que tengo yo, que para un día que salgo, el sábado hasta las 6 de la madrugada, mira lo que ha pasado. Supongo que no sería solo de entonces”, afirma. Pese a que el 31 terminará su confinamiento si todo va bien, asegura que seguirá encerrado hasta el día 3 que empiece a trabajar por precaución.
Una gata: el mejor compañero del hombre confinado
Las mascotas van a ser esta noche las mejores compañeras de muchos confinados. Con su gata Alma va a pasar la Nochebuena Víctor López, profesor y músico de profesión de Miguelturra, que dio positivo también este martes y que estará encerrado en soledad en su casa hasta el 31.
“Empecé con los síntomas el lunes después de trabajar, tenía pesadez y malestar. También dolor de garganta, pero suelo sufrir bastante de la garganta en invierno”. Víctor explica que el martes por la mañana siguió con los síntomas, así que decidió hacerse un test de antígenos antes de ir a trabajar.
De poco sirvió recorrerse todas las farmacias, pues no encontró ninguno. En todos los establecimientos de Miguelturra estaban agotados, así que acabó en el centro de salud donde le hicieron un test de antígenos y dio positivo. Estaba vacunado: la primera dosis de Moderna la recibió en julio y la segunda en agosto.
Por suerte, como le ocurre a la mayor parte de las personas que están vacunadas, los síntomas que tiene son leves. El martes por la noche fue el peor día, le dio un poco de fiebre, 37,5 grados, pero ya está mejor. “Tengo mocos y un poco de tos. Estoy bien”, afirma.
Lo peor de todo va a ser el confinamiento en los días de fiesta. “En Nochebuena si no hubiera Covid yo quedaría con la familia por parte de madre, que nos solemos juntar unos 20. Normalmente no salgo y me quedo con la familia y los primos, porque somos casi todos de la misma edad y solemos formar la juerga entre nosotros”, explica.
Al final, este año su familia también ha decidido celebrar la Navidad cada uno en casa por miedo a los contagios, pero espera que sus padres le traigan algo de la cena. Dispuesto a “disfrutar lo que se pueda”, Víctor dice que cogerá la guitarra y se pondrá algo en la tele o algún concierto. Incluso, no ha dejado de publicar su tradicional villancico en Youtube.
La familia, los encuentros con sus primos y con sus amigos, es lo que va a echar mucho de menos en esta Navidad tan extraña, por eso le gustan tanto estas fechas. Además, el 28 de diciembre es su cumpleaños y este año también lo pasará alejado de los suyos y de su novia. Todos esperan recuperan pronto la normalidad.
