Cuando un bebé tiene prisa por nacer todos los que están a su alrededor se ponen bastante nerviosos, más cuando ni siquiera te ha dado tiempo a llegar al hospital y sigues aún en casa. Esto es lo que le pasó a Daniela, comenzó a las tres de la madrugada con contracciones y cuando estaba a punto de irse al hospital, a las seis de la mañana, ya no daba tiempo porque su bebé estaba intentando salir. En la actualidad no es habitual tener un parte en casa y menos si a tu alrededor no saben qué hacer.
La angustia se apoderó de esta familia, era el tercer bebé que tenían, y el padre, Joel, no sabía qué hacer para intentar ayudar a su mujer de parto en la cama de su casa. Con rapidez fue a llamar a una vecina que es enfermera, Ana Mora, para que le ayudara en esta difícil tarea que se le presentaba en casa.
Ana fue a la vivienda de Daniela donde vio que la niña ya estaba coronada, se le veía el pelo e intentaba salir, los nervios también se apoderaron de ella, explica, porque nunca había trabajado en paritorio. Ante esta situación pensó “o hago algo para que la niña pueda salir o se asfixia, no tenía ni guantes ni nada, no pensé que me iba a encontrar con una mujer de parto directamente”, así que no se lo pensó metió la mano e hizo posible que la cabecita de la bebé pudiera salir . “Empecé a recordar las prácticas y la teoría aprendida en este tiempo y le giré la cabeza, tenía el cordón umbilical liado entre los brazos, se lo quité pero pasamos mucho miedo en ese momento porque la niña no respiraba, empecé a echarla hacia adelante y a darle pequeños golpecitos en la espalda y entonces empezó a llorar y se la pusimos a la madre”.
Mientras tanto el padre, Joel, seguía al habla telefónicamente con el 112 quien le daba instrucciones de cómo continuar con este parto improvisado en casa. Una vez que la pequeña ya había salido y tenía respiración, Ana Mora, bajo las directrices del personal del 112, le dijeron que cortara el cordón umbilical, que lo atara con unos cordones, “el padre se quitó los cordones de sus zapatos y así lo atamos porque no teníamos tiempo de buscar otra cosa, además las tijeras con la que lo cortamos fueron las de la cocina que las desinfectamos con alcohol”.
Posteriormente taparon a la niña con ropa que tenía por allí, porque la canastilla ya la habían bajado al coche para irse al hospital en ese mismo momento, y evitar así que perdiera más calor. En este momento ya llegaba la UVI pero antes salió la placenta, que también ataron con otro cordón de las zapatillas del padre, y al llegar el médico hasta la habitación de esta vivienda fueron trasladas, madre e hija, al hospital Santa Bárbara de Puertollano donde fueron atendidas por el personal sanitario del mismo. El médico de la ambulancia felicitó a Ana Mora por su labor, un día que sin duda no olvidará.
Mientras tanto, Daniela y Joel, los padres de la bebé, han mostrado su inmenso agradecimiento a Ana porque “sin pensarlo corriste a auxiliarnos con total vocación y entrega, esto es de apreciar y muy valioso”
Ahora todo se ve desde otra perspectiva, incluso con humor, pero en ese momento el miedo se apodera de todos y no se sabe cómo actuar, “ahora ya lo ves todo muy bonito porque todo salió bien”. Ana Mora hizo posible que esta niña llegara al mundo sana y salva y que ya esté en su casa de alta hospitalaria con sus padres y sus hermanos. Por cierto, se llama Amaia y ha tenido una gran madrina que la trajo al mundo.