D.V.G., un joven de 33 años de origen colombiano, acusado de abusar de una menor hace dos años en Tomelloso, a la que supuestamente también acosó sexualmente por internet, en lo que se conoce como delito de ‘child grooming’, ha conseguido la suspensión sine die del juicio, previsto para este martes en la Audiencia de Ciudad Real.
Enrique Rodríguez, su abogado, ha exigido a la sección segunda de la Audiencia que el testimonio de madre hija, colombianas como el acusado que han vuelto a Colombia, se haga a través de la cooperación internacional judicial, y no por una simple videollamada de telefonía móvil desde su casa.
“Son penas muy altas [siete años y once meses de prisión] las que solicita la fiscalía, la videoconferencia se tiene que hacer con garantías de la intermediación de una autoridad judicial o policial en Colombia, y lo mismo en España”, explica el letrado.
La sala ha accedido a la solicitud, y hará todo lo posible para que el testimonio de madre hija, clave en este caso para condenar o absolver al imputado, se escuche en la vista.
Abusos a una niña de 11 años
D.V.G. se enfrenta a una grave acusación por delitos de tocamientos, acoso sexual y exhibicionismo a una niña de 11 años, hija una mujer con la que compartió piso en Tomelloso, entre octubre de 2019 y enero de 2020.
10 videos sexuales del adulto y 14 de la menor
La fiscalía considera probado en su escrito de calificación provisional que el adulto le mandó a la niña videos de contenido sexual suyos por ‘Whatsapp’ y obtuvo otros de ella. Al menos le mandó diez videos suyos masturbándose y dos fotos de su pene, mientras que obtuvo de la cría catorce videos y seis fotografías pornográficas. Material que los investigadores recuperaron en el teléfono móvil de la menor.
Cuestionan la obtención de los videos
La defensa sin embargo cuestiona la obtención de esta prueba y que el hombre que aparece en ellos sea el acusado. “Se los pasó la madre en un CD a la Guardia Civil, cuestionamos que sea él y que fueran dirigidos a la menor”.
El ministerio fiscal entiende que el acusado le hizo creer niña que estaba enamorado de ella y que eran pareja. Además supuestamente le compró una tarjeta de telefonía para comunicarse con él. También se considera probado que hubo contactos físicos, besos y tocamientos, aprovechando que la madre, ajena a esta relación, no estaba en casa.