Dos de los trabajadores del geriátrico Domus Vi Monte Val, de Valdepeñas, desde hace más de diez años, Javier de Lamo y Cristina Castro, enfermero y auxiliar de enfermería, respectivamente, han contando su experiencia en estos días de crisis por la pandemia del coronavirus como personal de una residencia de mayores. Señalan que “nuestra vocación es la mejor arma que tenemos para luchar contra la enfermedad”.
Al preguntarles por su día a día señalan que ha cambiado dado el foco que hay en las residencias de mayores al aumentar la carga de trabajo y tener una mayor presión asistencial. “Las residencias son domicilios donde están las personas mayores, donde tienen un cuidado más especializado porque tienen un cierto nivel de dependencia, pero no son hospitales. Así no tienen los mismos recursos humanos ni materiales que un hospital”.
Han indicado que el equipo directivo les ha proporcionado el material de protección que necesitan (monos, mascarillas, guantes, pantallas de protección), tanto a ellos como a los residentes.
Asimismo, se ha reforzado el personal del centro de enfermería y de auxiliar de enfermería y también ha aumentado el nivel de asistencia médica.
En cuanto a la experiencia de estos días, destacan la presión asistencial que la situación supone porque “estamos acostumbrados a una atención que no es hospitalaria. Muchos de estos pacientes requieren cuidados más avanzados, vigilancias más estrechas y eso lo tenemos que asumir nosotros con los recursos que tenemos”.
Han apuntado que todos los residentes han sido valorados de forma correcta en todo momento y que se mantiene una estricta vigilancia, lo que supone un gran esfuerzo humano.
“Esto conlleva una carga emocional añadida. Hay residentes enfermos, no están acompañados por su familia, aunque se hacen video llamadas y se informa a los familiares, pero no es a lo que estamos acostumbrados, aunque es lo que el estado de alarma marca”.
Añaden que “ha aumentado la carga asistencial a nivel general por toda la situación. Hay medidas de confinamiento, aislamiento y prevención muy extremas y estrictas. Debe ser así”.
Sobre las medidas que llevan a cabo ante esta situación, Javier ha dicho que se sigue el protocolo marcado por Sanidad, con medidas de aislamiento general, los usuarios en las habitaciones y asistencia y monitorización periódica de los usuarios, con seguimiento médico, de enfermería y de las auxiliares.
En cuanto a cómo lo llevan a nivel personal, Cristina ha comentado que esta situación ha venido de golpe y que la están afrontando “como todo el mundo, como va viniendo. Pero tenemos que estar aquí porque esto es vocacional. No te puedes dar la vuelta y girarte. Estás aquí porque quieres. Estamos para eso”.
Javier comenta que “nuestra vocación es la mejor arma que tenemos para luchar contra la enfermedad”. “Hay tratamientos más específicos, pero tenemos que dar ese apoyo asistencial y humanitario, porque damos un soporte humanitario y emocional a los usuarios, les damos aliento, les estamos consolando, diciendo que no se preocupen… Las medidas de confinamiento, conforme van pasando los días, igual que en cualquier domicilio y en cualquier situación familiar, van pesando más: el no poder salir a la calle, el no poder ver a sus seres queridos. Intentamos paliar un poquito esos efectos, reorientándolos cuando pasamos a verlos, intentando que tengan actividades individuales, estimulación cognitiva…, paliar todos esos efectos del confinamiento”.
Indican que cuando un paciente presenta un cuadro que requiere traslado hospitalario, se traslada, sea por el COVID-19 o porque, por ejemplo, se caiga y tenga una fractura. “El protocolo siempre es el mismo”.
Javier asegura que todos los pacientes están siendo tratados de forma correcta y debida: tienen su evaluación médica y el médico ha determinado qué paciente ha permanecido en el centro y qué paciente se ha trasladado al hospital.
También señalan que las medidas de desinfección del centro se han reforzado. “Vienen a desinfectar el centro por dentro y por fuera”.
Carga emocional y agradecimientos
Sobre la carga emocional que soportan estos días, han dicho que es grande al “ver a los pacientes en una situación conforme están, en la que no están habituados y que es extrema. Es una situación extrema para gente autónoma, cuanto más para gente que es dependiente y que tiene que tener un soporte para sus actividades básicas de la vida diaria. El verlos así y, sobre todo, los efectos del confinamiento, que hace que muchos se desorienten, se debiliten…, pero es normal, entonces claro que nos afecta a nivel emocional”.
Además, manifiestan que, “por la parte de nuestras familias, la preocupación por la familia está ahí. En mi casa-dice Javier- mi mujer me apoya y eso hace mucho, que tu mujer te apoye, te incentive y te anime a cuidar a las personas mayores. Mi mujer fue operada recientemente y yo tengo en mi casa una niña de ocho meses. La preocupación está ahí. No solamente te expones tú, sino también a tus seres queridos”.
Desean que pase cuanto antes esta situación. Han dado ánimos a todos los centros socio-sanitarios y les han dicho que sigan luchando. Hay que seguir cuidando a las personas. Necesitan de nuestra atención y de nuestros cuidados. Hay que luchar. Todos juntos vamos a vencer esta situación”.
Agradecen a sus compañeros del centro, “que pelean día a día con nosotros”. También al equipo directivo “que están en primera línea como nosotros, luchando día a día. A la unidad corporativa, que está proporcionándonos todos los recursos humanos y materiales que estamos necesitando y a todos los servicios que están colaborando con nosotros: Sanidad, hospital… para, en colaboración conjunta, superar esta situación”.
También dan las gracias a los familiares, “que desde fuera nos están dando mucho apoyo a través de agradecimientos, de cartas, comunicándose con nosotros como pueden, por vía telemática, por carta, con consultas por teléfono, cuando hacemos las videollamadas… Realmente, en estas situaciones es cuando se ve o apreciamos la confianza que las familias depositan en nosotros, que somos los que cuidamos a sus familiares. Agradecerles el apoyo, el cariño y la comprensión que nos están mostrando”.
Vídeo
El personal de Domus Vi Monte Val ha hecho también un vídeo desde el centro poniendo todo su corazón y deseando que todo salga bien. Muestra mensajes como “No todos los héroes llevan capa”, “No sin ellos”, “Todo va a salir bien”, “No os preocupéis. Nosotros les cuidamos”, “Quédate en casa”, “Juntos somos fuertes”, “Pronto volveremos a abrazarnos”, “Porque nadie le cuida como nosotros”, “Resistiremos”, “Gracias por vuestra confianza”…