Tres valdepeñero han puesto la nota de humor manchego al referéndum de Cataluña del 1-O. Son un grupo de amigos a los que les gusta disfrazarse y ante la situación que vive el país, el sábado, 30 de septiembre decidieron verla desde un punto de vista menos serio y salir a las calles de Valdepeñas el mismo domingo del referéndum, el 1 de octubre, para pedir el voto a los ciudadanos que se encontraban en los bares más céntricos de la ciudad.
Carmelo Rodríguez disfrazado del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y Ángel Alcaide y Antonio Alhambra, vestidos de azafatas con pelo rojo y azul, respectivamente, fueron con una urna pidiendo el voto.
Llevaban papeletas para la consulta sobre la independencia con la pregunta “¿Desea usted que se declare la independencia allí?” y las posibles respuestas eran “Amoskaya; veste a tomar por saco; Sí, pero la linde la pongo yo; los emoticonos de la risa llorando; Amos no me jodas; Sí, pero a condición que me pongan una tapa sin pedirla; pregúntale a tu madre que lo guarda to; otro (explica cual)”.
“La idea era salir a tomar unas cañas al mediodía del domingo así disfrazados. Pensamos que como íbamos a beber, no había que llevar coche, así que fuimos con las bicicletas de bar en bar por el centro. Estuvimos por la Plaza, el Canal y la Plaza San Marcos. Lo pasamos fenomenal. La gente colaboró mucho. Esperamos que nadie se ofendiera porque no era nuestro afán, sino pasarlo bien. Nos encontramos con gente de Valdepeñas y de pueblos cercanos, de Canarias y Barcelona, entre otros”, explica Ángel Alcaide. “Incluso nos encontramos en Valdepeñas con Usun Yoon de El Intermedio y nos hicimos una foto con ella”.
Ha destacado que la gente rellenaba las papeletas y votaba. “Se lo pasaron muy bien. Se hacían fotos con nosotros y vídeos que han circulado por Whatsapp y Facebook”.
Comenta que siempre que tienen oportunidad se disfrazan, como en Carnaval o en momentos clave. “Lo seguiremos haciendo con cualquier tema que veamos”.
Antonio Alhambra y Carmelo Rodríguez también han destacado el hecho de que les guste disfrazarse y han declarado, “nadie se esperaba vernos así e hizo mucha gracia. La gente se reía. Gustó mucho”.
Desde el sector de la hostelería, algunos de los trabajadores de los establecimientos por los que pasaron han declarado que fue algo muy gracioso, que gustó a la gente, la cual se reía y se hacía fotos y vídeos con ellos, incluso los propios propietarios de los bares.
