Villamayor de Calatrava ha pasado de ser ejemplo y referencia comarcal por sus gentes y costumbres a ser un reducto infame de la peor gestión política.
Los churriagos de corazón, residan donde residan, con su libertad de expresión, con respecto y sin miedo al qué dirán, junto con los vecinos con derecho a voto el 26 de mayo, tenemos la oportunidad de recuperar, obviando a esos “churriagos de adopción vía padrón”, la senda democrática y constructiva que jamás se debió perder en nuestro municipio.
La historia más reciente de nuestro querido pueblo está escrita, para deshonra de cualquier churriago que se precie de serlo, en las letras más negras y sonrojantes que jamás pudimos pensar e imaginar.
Han sido años bochornosos, judicializando nuestro día a día, acosando a vecinos, concejales, cargos políticos, secretarios municipales, director del colegio público, empresarios (¡madre mía los empresarios!), chavales a los que se pretendió configurar un currículum lamentable, destruyendo tradiciones (banda municipal, peña taurina), recurriendo a la censura, sí, a la censura en pleno siglo XXI, y obstruyendo el acceso a la información y a las cuentas públicas, además de rehuir cualquier iniciativa de diálogo.
En definitiva, ensuciando la convivencia ciudadana hasta límites insospechados, hasta que un puñado de personajes a sabiendas decidieron utilizar su patria chica, sin tener en cuenta que es la de todos, para medrar políticamente, sin escrúpulos y a costa de lo que fuese necesario, sin reparar en artimañas, amparándose en el cargo uno, y otros falsificando la imagen de ése uno, para tratar de ocultar una cobardía congénita con un único fin: implantar el miedo, para lograr algo que a día de hoy aún no han sido capaces de conseguir.
El 28 de abril un grupo importante de churriagos de derechas optaron por decir no a la lista más votada en Villamayor de Calatrava; los mismos que tienen la opción de volver a decir no el 26 de mayo, poniendo en valor el afecto a su pueblo por encima de su ideología, y son a esos vecinos y vecinas, habitantes a tiempo real a los que hay que dar las gracias por el paso dado el 28 de abril y animarles a sumarse a un proyecto distinto, sí, pero de personas que llevan por bandera el dialogo, la honestidad y el sentimiento churriago, pues es labor de todos reconducir y restablecer la convivencia entre vecinos y velar por la prosperidad de nuestro pueblo.
El 26 de mayo tenemos la oportunidad de repudiar en las urnas al más nefasto representante público de Villamayor de Calatrava y peor equipo de gobierno de la democracia, pero también tenemos la oportunidad de decirle a un grupo muy reducido de personas que pretendieron vender un caballo de carreras, a sabiendas de que lo que ofrecían era una mula falsa, que la dignidad de un pueblo y la de sus vecinos no puede ser subyugada y coartada por proyectos tan deshonestos, tan sectarios y en el fondo tan cobardes y torticeros.
Independientemente del credo e ideología, el 26 de mayo debemos apostar por un proyecto aperturista, honesto, trabajador, cercano, dialogante, humano, cercano y fraternal.
Recordemos que si no luchamos por lo que queremos, no merecemos lo que deseamos.