El cortometraje ‘Tabit’ está basado en una historia real que, a su vez, te lleva a muchas otras que están sucediendo ahora en Siria, donde “ahora mismo están cayendo bombas y no son objetivos militares, sino civiles”. Se mata, simplemente por “eliminar a la otra parte” en una especie de genocidio, a “niños y personal sanitario que está trabajando para salvar vidas”, comentó Josean Bengoetxea, ganador del Premio a la Mejor Interpretación en el 9º Fecicam.
El actor vasco, que también recogió el Premio al Mejor Corto en nombre del director italiano Carlo D’Ursi, destacó el propósito de este corto de sensibilizar sobre unos hechos que se corresponden con “lo más bajo del ser humano”, que están ocurriendo en la actualidad y que, así mismo, “sirve para recordar cosas que han pasado también en este país”.
Bengoetxea se mete en la piel del doctor Wasim, el último pediatra de Alepo, en un corto que narra de forma “cruda”, como “la realidad” misma, y con pequeños planos y planos detalle los dramáticos minutos previos al bombardeo del hospital, del que ya había huido mucha gente pero en el que permaneció el facultativo, que trabajaba para Médicos Sin Fronteras, porque estaba operando a un niño.
Rodado en interiores en Madrid y producido por la albaceteña Potenza Producciones, el corto busca visibilizar las “tragedias continuas” que se producen en las zonas de conflicto, donde, pese a que parezca que todo está devastado, el personal sanitario sigue trabajando para curar y atender a las personas, comentó Bengoetxea, que consideró “una maravilla” el impulso de Fecicam, donde gente joven con pocos medios hace posible este festival, y estimó importante cuidar las sinergias entre quienes hacen cine, promueven el festival, los sponsors y las instituciones para que “vayan todos de la mano” en apoyo de la cultura.