Los efectivos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil han avanzado este jueves en los trabajos de búsqueda para encontrar los restos del empresario Jesús González Borrajo, de 54 años, desaparecido en Manzanares el 19 de junio de 2019.
El operativo, con un amplio despliegue policial y judicial, se ha centrado en uno de los dos pozos donde los investigadores han visto indicios de criminalidad, cercanos en un radio de unos cuatro kilómetros, aunque los efectivos han trabajado por la mañana sólo en uno de ellos, donde han contado con equipos de la Unidad de Actividades Subacuáticas.
Por el contrario, en el otro pozo, el primero donde se iniciaron las inspecciones ayer miércoles, no han podido intervenir esta tarde, cuando estaba previsto, porque no han llegado los medios necesarios para acceder a él y sacar las bolsas que avistaron, dado que es muy estrecho y precisa de una maquinaria especial. No obstante, a primera hora de la tarde varios agentes se han desplazado al pozo y han estado mirando sobre su boca unos minutos.
Las labores de investigación, bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 2 de Manzanares, han sido suspendidas y postpuestas para mañana viernes, en teoría en ambas ubicaciones.
Los trabajos de este jueves en el primer pozo, cubierto por una tapa tipo rejilla, que han retirado, han comenzado sobre las 10,30 horas, y en los mismos han participado el principal acusado, Antonio Caba, de 50 años, y su presunto cómplice, Gaspar Rivera, de 73, gracias a la nueva confesión de este último. Ambos se encuentran en prisión desde hace más de dos meses por otra investigación similar, activada por la desaparición en julio pasado del también empresario Juan Miguel Isla, cuyo cuerpo fue encontrado en el pozo de una finca de Caba en Valdepeñas el 14 de marzo, tras las indicaciones de Rivera. Caba se acogió a su derecho de no confesar.
Los casos podrían estar relacionados porque las desapariciones de ambas víctimas ocurrieron después de reunirse con Antonio Caba, corredor de profesión, para cerrar transacciones comerciales de varios bienes. En el caso de Isla, de fincas, y en el de González, de un vehículo de alta gama. Presuntamente, adquirió deudas con ambos y, según las declaraciones de Rivera, los habría matado aquel y hechos desaparecer con la ayuda de éste.
Ambos imputados han sido bajados del furgón policial esposados, Caba, vestido con un pantalón beige y un suéter azul marino y Rivera, con pantalón y camiseta negros. Han seguido las labores de inspección de la Guardia Civil, al igual que hicieron en la jornada de ayer donde a lo largo de nueve horas los efectivos policiales investigaron en el pozo donde hallaron las bolsas a través de una cámara.
También han estado presentes familiares del empresario en paradero desconocido, en concreto su hermano Miguel y su sobrino Javier, que fueron avisados ayer por la tarde por los investigadores y se desplazaron desde Madrid a última hora del día al pozo que los efectivos policiales habían inspeccionado durante toda la mañana.
Móvil económico
Miguel González se ha mostrado convencido de que el final está cerca, tras cuatro años de indagaciones, y ha celebrado que se va a hacer justicia. Igualmente, en declaraciones a los medios, ha dicho que sus sospechas recayeron desde el primer momento en Caba, con quien su hermano viajó a Paraguay, a pesar de conocerlo solo tres meses, “coincidiendo con el vencimiento de unos pagarés”. Al parecer, Caba debía a González “unos veintitantos mil euros”.
El caso ha despertado mucha expectación mediática, con la presencia de numerosos equipos que se han desplegado para grabar todos los movimientos de las que podrían ser las últimas horas al hallazgo de los restos de Jesús González.
Levantado el secreto de sumario
A nivel judicial, este diario ha podido saber que se ha levantado el secreto del sumario, que permite a las partes personadas en el procedimiento acceder al mismo.
En la comisión judicial de hoy han participado la autoridad judicial, un fiscal, el letrado de Justicia y un forense.
