Los planos de las ciudades tienen un atractivo especial porque representan de forma esquemática esa red de tránsitos vitales, esos recorridos que definen la vida de la sociedad que la habita,
El plano de Ciudad Real surge como definición fundacional. Una muralla de forma ovalada delimita el perímetro con un carácter defensivo y caracterizador de lo urbano frente a lo rural. Las comunicaciones con los núcleos importantes del entorno van a definir los ejes básicos de la ciudad. Toledo en el Norte, Calatrava en el Este, Alarcos al Oeste, Granada al Sur y así se conforman los ejes articuladores de lo urbano y las comunicaciones de la ciudad con el exterior.
Ciudad Real tiene una cartografía histórica muy limitada durante siglos. El plano de Coello de mediados del siglo XIX es probablemente el documento con más calidad y detalles de los que conservamos. Pero en el siglo XX surgen cartografías modestas que tuvieron en muchos casos valores más descriptivos que como levantamientos topográficos. El plano de Martín Sofi Heredia cumple con el doble objetivo cartográfico y documental por la abundante documentación que posee.
Los planos que acompañan a guías, publicaciones diversas, catálogos, son documentos valiosos a conservar y documentar debidamente. El plano que se presenta en la exposición del Archivo Histórico Provincial es uno de esos documentos. Ya tiene todos los edificios notables de la ciudad construidos a finales del siglo XIX y el conjunto urbano está limitado al perímetro dentro de rondas por lo que debe ser una cartografía de principios del siglo XX.
Memorias convertidas en representaciones globales de la ciudad que nos recuerdan nombres y espacios desaparecidos pero que son la base de nuestra ciudad actual.
