Como un canto a la biodiversidad y un homenaje a diversos aspectos del medio en que vivimos, Versos Biodiversos abordó diferentes temas como la vida, el amor, las ciudades, la melancolía, el misterio, la comida, las guerras o la muerte. Textos escritos por más de una veintena de poetas que aportan su palabra, y ofrecen una ilustrada, documentada, crítica e incluso profética visión del mundo y circunstancias en que vivimos.
“El poeta os tiende la mano para conduciros más allá del último horizonte/ más arriba de la punta de la pirámide/ más allá de la verdad y de lo falso/ más allá de la vida y de la muerte/ más allá de la razón y de la fantasía/ más allá del espíritu y de la materia”. Con esta introducción, empezó a situarse la acción, para que el público comprendiera qué es lo que iba a ver.
“Versos biodiversos es algo más que un recital poético, es un acto literario con una temática muy especial: La relación de los poetas con su entorno, que es el de todos nosotros, o sea, la biodiversidad”, así explicaron los dos protagonistas lo que se iba a presenciar: “Algo que tiene que ver con todo lo que ocurre en el planeta Tierra, con la vida, con la muerte, con el amor, con el desamor, con la melancolía, con la guerra…”
La Machina Teatro abordó un proyecto donde el riesgo se fundió con el ansia de comunicación. Traspasando las fronteras del teatro, se impregnó del color, olor y tacto de la palabra poética y escuchó su sonoridad para caminar por la escena con su ritmo y descubrir las imágenes que sugirió. Con la estructura dramática creada por Isaac Cuende transitó un territorio lleno de vida, donde la acción escénica, el trabajo interpretativo y la conjunción de espacio escénico, ámbito sonoro, iluminación y atmósfera visual estuvieron al servicio del espectáculo. Y todo ello en un acto literario que tuvo como fin despertar la sensibilidad hacia la diversidad natural a través de la diversidad de la naturaleza humana. Siguió la huella del hombre en el medio natural, identificando su actividad cultural como la particular intervención del ser humano en el medio ambiente y los versos se convirtieron en la reflexión poética sobre los paisajes naturales-humanos. Fue pues una reflexión donde se cuestionaron modelos de desarrollo que anulan la diversidad y el uso instrumental de la naturaleza.
Palabra viva interpretada
Rosa Gil y Luis Oyarbide explicaron el contexto de la poesía: – Los poetas se leen unos a los otros.
– Una pena, porque en otros tiempos los juglares, los trovadores recorrían los lugares del mundo. Y el pueblo les preguntaba y escuchaba con asombro. Eran el periódico, la radio, la televisión, la red, internet y ¡hasta el móvil!
La imprenta convirtió la poesía en letra, en escritura, y dejó de ser recitada para encerrarse en los libros. “Los libros son las cárceles de la poesía/ Vamos a sacar la poesía de la cárcel de los libros/ Vamos a sentir el verso y el ritmo a través de la acción”.
La forma de hacerlo fue con el teatro y la palabra viva, representada e interpretada. El recorrido se inició con los juglares, continuó con la poesía idílica, con la que tiene que ver con la biodiversidad y el medio ambiente (León Felipe, Ángela Vallvey), de amor -de una manera pasional y un poco cursi-, pero también como forma de reciclaje, el amor caníbal (Clara Janés), o erótico (Oliveiro Girondo), violento (Luis García Montero) y romántico (Rafael Fombellida); además del genio y el humor (Francisco Gómez Porro), y la poesía viajera (García Lorca, Guillermo Balbona). También poemas que hablan de melancolía, tristeza, misterio (Jaime Gil de Biedma, Maribel Fernández Garrido, José Corredor Matheos). Y de ahí se pasó a la satisfacción que da el alimento (Tina Suárez, Niall Binns), a la guerra (Miguel Hernández) y a la muerte, que algunos se toman en serio (José Luis Hidalgo), otros con ironía (Marcos Díez Manrique) y otros en broma (Ángel González).
