Gloria Merino. Su vida
El libro de Ana María Fernández Rivero tiene por subtítulo: La pintora del Paisaje Manchego y sus Gentes (Vida y Obra). Una voluntad de presentar la amplia trayectoria vital y artística que comienza por un acercamiento a su trayectoria vital. Gloria Merino nació en Jaén en febrero de 1930 y cuando cumplió los cinco años, su familia se traslada a Malagón donde residirá toda su vida.
Su afición por la música y la pintura comienzan desde sus primeros años de formación. Y en 1947 consigue una Beca Nacional para empezar sus estudios de pintura en la Real Academia de San Fernando de Madrid.
Después continuará sus estudios de Ilustración con Sáez de Tejada y Pintura Mural con Ramón Stolz. Estudió Litografía en la Escuela Superior de Bellas Artes de París durante tres años (1961-1964). En 1971 cuando ingresaba en el Instituto de Estudios Manchegos se presentaba una exposición de su obra en la Casa de Cultura. Y ella explicaba, como discurso de ingreso en el Instituto, su obra concentrada en tres cuadros donde quería hacer presente lo humano, las cosas, las luces y los colores, el dibujo y la perspectiva. En 1985 era elegida Académica Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. A lo largo de su trayectoria, numerosas becas, premios y exposiciones que culminaban en 2021 con el reconocimiento de “mujeres imprescindibles” de la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha.
Labor artística. Etapas de su obra
El estudio de su obra diferentes etapas con una importante evolución. Una primer etapa que va de 1946 a 1953, en la que realiza un aprendizaje de las técnicas que considera algo indispensable y positivo. Son los momentos en que pinta las figuras de campesinos, de estructuras rotundas, definidas y perfectamente individualizadas con una gran carga humana. Es la presentación de un mosaico rico y diverso de las pequeñas cosas cotidianas.
Una segunda etapa va de 1956 a 1960 en la que descubre nuevas formas, diferentes planteamientos siempre con la mirada puesta en la naturaleza. Una etapa en la que el color y la materia pictórica no estaban aún definidos en la misma medida en que lo estaba el dibujo y la composición. El bodegón, realizado aisladamente pronto se integrará como parte de sus composiciones pictóricas. El paisaje no había despertado su interés, pero ya se había comenzado un cambio hacia un estilo personal. Sus viajes a Italia van a significar cambios profundos en su manera de ver el entorno y Roma fue la vía por la que se introdujo por primera vez en el estudio del paisaje.
Tercera, cuarta y quinta etapa
La tercera etapa va de 1961 a 1965 y marca un camino de búsqueda de la esencia de las cosas con una simplificación constante. García Pavón escribía de forma admirable la pintura de Gloria en estos momentos. Después de tres años de estancia en París una nueva búsqueda con un colorido vivo y de contrastes con formas veladas. Un dibujo supeditado al color, pero dando apoyos al mismo y subrayando una forma expresionista. La cuarta etapa va de 1965 a 1970 momentos en que deja la figura y su entorno para salir al campo abierto a la búsqueda del paisaje buscando el color por el color y la luz por la luz. Los espacios abiertos de Castilla-La Mancha eran el objetico de su pintura con su grandiosa y enorme soledad y su variadísimo conjunto cromático. Hay un nuevo concepto del color y de la luz. La quinta etapa va de 1970 a 1980 con una línea más madurada y por tanto más estable. De una máxima coherencia entre aquello que pretende expresar y su resultado, estableciéndose una relación más estrecha entre el motivo y su tratamiento en la realización dice la pintura.
El libro sobre Gloria Merino tiene dos capítulos importantes: uno de ellos con el título de Cronología que hace un recorrido en el tiempo por los premios conseguidos, becas, medallas y exposiciones realizadas que dan una excelente muestra de su actividad y presencia en el mundo del arte. El capítulo titulado El artista y la crítica, Testimonios recoge una selección de artículo publicados en diferentes medios sobre su obra y su actividad.
Catálogo de su obra
El libro realiza una aportación esencial como es la realización de un catálogo de obras localizadas y /o documentadas. Un conjunto de obras reproducidas con excelente calidad que permiten tener una idea de la amplia trayectoria de Gloria Merino. La obra se ha ordenado en diferentes apartados: Pintura, Dibujo, Ilustraciones.
El apartado más amplio es el de la Pintura en el que se dividen temas: Estudio de la figura humana, Paisaje natural, Temática religiosa, Retrato y finalmente Bodegones y Composiciones florales. En el apartado de La figura humana (gente y costumbre) 58 cuadros todos ellos identificados con su fecha, título, reconocimientos y localización actual de los mismos. El apartado de Los mercadillos y otras costumbres recoge 28 cuadros con todos sus datos y El carnaval 9 cuadros sobre esta actividad, y el universo infantil 42 cuadros.
En el apartado de paisajes 71 cuadros que recogen espacios de la Mancha de diferentes lugares: Malagón, Campo de Criptana, Argamasilla o La Solana con un cuidado de la imagen de los edificios y la textura de sus fachadas. 24 retratos y cinco cuadros de pintura religiosa, 21 bodegones, 15 cuadros sobre animales y uno sobre juguetes. En el apartado de Dibujo e Ilustraciones, el catálogo recoge 67 obras que van desde dibujos académicos, a retratos de diversas personas o dibujos preparatorios de algunos cuadros.
Un excelente trabajo realizado por Ana María Fernández Rivero que ha documentado, con el conocimiento y documentación de la pintora el conjunto de su obra. Un trabajo de valor esencial porque permite tener una visión global de la obra de Gloria Merino, Un conocimiento de la evolución de su obra a lo largo de los años, y con ello es posible conocer su aportación a la pintura de nuestra tierra. La publicación que ha realizado el Instituto de Estudios Manchegos con una excelente calidad de impresión y edición se conforma como una aportación de especial importancia para el conocimiento de la obra de Gloria Merino.