Todos, absolutamente todos, hemos nacido con una apariencia corporal particular y determinada. Sentirnos cómodos con nuestra propia desnudez nos ayudará a reconciliarnos con nuestras formas, aumentará nuestra autoestima y permitirá proporcionar esa seguridad tan necesaria para sentirnos seguros de nosotros mismos.
Según diversos estudios científicos, el 96% de las mujeres españolas cree que la sociedad debería cambiar su visión sobre la mujer y el envejecimiento, y que la publicidad debería utilizar imágenes más acordes con la realidad. En lo relacionado con los productos de belleza corporal, las mujeres prefieren resultados más saludables, pero poco realistas.
Aprecian y les atraen productos diseñados para sus necesidades específicas, pero no buscan, la mayoría de ellas, los famosos productos milagro. Hay un porcentaje más bajo que sí y se sienten muy esclavizadas, al menos en esta época del año, al invento sociocultural del culto al cuerpo, sin esforzarse nada y en un corto espacio de tiempo.
Una de las mayores preocupaciones es la capacidad de estas personas, ya no digo mujeres, sino también de hombres obsesionados por la estética por su abdomen plano. Sería un síntoma para ellos de estética, más, incluso, que de salud física.
La imagen corporal puede tener consecuencias para la autoestima y en la sensación de bienestar físico y emocional de muchas mujeres y hombres que no son capaces de relativizar esos aspectos que circunscriben a la mera apariencia sin más, sin da un sentido ni tan siquiera a la propia conducta que les lleva a controlar desde la dieta hasta lo que se ponen, para siempre dar la mejor de las imágenes, hacia el mundo exterior.
El 68% de la población española opina que la imagen personal influye también mucho en el aspecto personal. Por lo tanto podría haber correlación clara entre esos sentimientos de minusvalía psicológica extensibles a otros ámbitos del desarrollo personal de un individuo.
Entiendo que sería importante el comprender que una buena imagen corporal, podría ser un fiel reflejo de nuestro estado anímico y viceversa, siempre que no nos contaminemos con la transferencia que pueda hacer mella en nuestra personalidad, o las corrientes estéticas de moda que nos planea una sociedad excesivamente preocupada por el culto al cuerpo, no desde un punto de vista holístico, sino la estética invasora sin una educación de base que nos haga ser mejores en todas las facetas de la vida y nunca por ser excesivamente perfeccionistas. ¿Qué es lo que nos ocurre a personas que no cumplimos los cánones de belleza que la sociedad demanda?… Yo sinceramente paso, ¿me acompañan ustedes en tal decisión?
¡Sabía que lo entenderían!