Las granjas de engorde de vacuno situadas en Castilla la Mancha suponen un motor activo de empleo y fijación de población en el ámbito rural de la comunidad autónoma.
Los más de 900 establecimientos de engorde de terneros que están registrados en Castilla-La Mancha generan, según los datos ofrecidos por el MAPA en su informe de 2019, un total de 1470 puestos de trabajo directos y entre 2200 y 7350 indirectos.
Esta estimación se hace por la capacidad generadora de Unidades de Trabajo Agrario (UTA) que se calculan en función de las cabezas de ganado presentes en la comunidad autónoma castellanomanchega.
A estos empleos hay que sumarles el mantenimiento de los que están ligados a las ganaderías de vacuno en extensivo de nuestra comunidad autónoma que mayoritariamente venden los terneros criados por las vacas a granjas de engorde de la propia Castilla la Mancha.
Entre ambos ámbitos ganaderos, el vacuno de carne puede considerarse como un generador de empleo y riqueza en el medio rural y en zonas desfavorecidas para mantener en ellas la presencia de población humana y evitar el despoblamiento.