Milla, que asistió con alumnas del Conservatorio Marcos Redondo al concierto este jueves del músico cubano en el Quijano, acudió a felicitar a ‘Melón’ Lewis tras el recital, como hicieron muchos de los espectadores “encantados”, que también adquirieron ejemplares de sus discos con dedicatoria.
Lo mismo, cuando toca lírico, parece que interpreta a Chopin que pasa a tocar el piano de manera percusiva como si estuviera tocando los tambores batá. “Es capaz de hilar ese puente entre esos mundos: el afrocubano, el mundo colorístico del jazz con filigranas y ese gusto que habitualmente se atribuye a los pianistas más clásicos. Tiene lo mejor de cada casa”, estimó Milla.
“Nos ha encantado” el concierto. “Hemos empezado de la mejor forma posible” el año con uno de los mejores pianistas que, además de su virtuosa habilidad, “también es muy melódico. No es simplemente acrobacia tocando el piano como hacen algunos que parece que porque toquen más deprisa tocan mejor. ‘Melón’ Lewis alterna las acrobacias y el ritmo con mucha melodía y sentimiento”, apreció José María Gallego, de Real Jazz, que destacó la calidad, elegancia y sencillez del directo del cuarteto del músico cubano. “Parece fácil lo que hacen”, apuntó admirado, para resaltar que, “sobre todo, se nota que es un grupo súper conjuntado, se conocen, con mirarse saben lo que tienen que tocar. Eso se nota y el resultado es una maravilla”.
“Somos amigos desde hace muchos años”, en directo “siempre intentamos disfrutar” y aquí en Ciudad Real “lo hemos pasado muy bien. De hecho, nos hemos quedado con tremendas ganas de seguir tocando pero no íbamos a estar tocando toda la noche”, comentó tras un recital de cerca de dos horas ‘Melón’ Lewis, quien elogió sobre el escenario la versatilidad y talento de los intérpretes que le acompañan.
Compartió en diálogo melodías de tremenda sensibilidad con el saxofonista Román Filiú y el contrabajo pareció quedársele chico al altísimo Reinier Elizarde ‘El Negrón’ en sus abrazos al instrumento para obsequiar con deliciosos y sabrosos solos, sustentados todos ellos tanto con vitalidad como delicada mesura por el batería Georvis Pico.
El apodo del pianista cubano tiene que ver con que, “cuando era muy pequeñito, era muy flaco y tenía la cabeza muy grande, vamos como un chupa chup”, de manera que, “por lo que ahora se conoce como bullyng, ‘melón parriba y melón pabajo’ y se me quedó. Al final, ‘cuando no puedes con tu enemigo, únete a él’, así que lo comencé a usar como nombre artístico y aquí estoy”, comentó ‘Melón’ Lewis, que interpretó una selección de temas de sus últimos tres discos, en especial del más reciente con este formato, ‘Voyager’, publicado en 2020 y que ganó el Latin Grammy a Mejor Álbum de Jazz Latino, premio al que también estuvo nominada su última entrega ‘Bembé’.
La gran conexión de su obra con el público considera que tiene que ver con códigos musicales que españoles y cubanos compartimos. “No es que esté yo imitando a los maestros antiguos, sino que es un legado que tengo, me he formado con él y estoy súper orgulloso de ello”, indicó el pianista, que aseguró que nunca ha hecho música para gustar. “Me tiene que gustar a mí. Me gusta lo que hago, me gusta escribir y luego eso a la hora de compartirlo se nota. Intento ser lo más sincero con la música y a partir de ahí que pase lo que tenga que pasar”.