Si alguien echa un vistazo a los festejos que se anuncian en las ferias de cierta relevancia que se celebran en toda España y Francia, y además le añade el condicionante de que en ellos estén anunciadas figuras del toreo, frecuentemente encontrará asociado el nombre de la ganadería de Garcigrande/Domingo Hernández.
Desde hace más de veinte años la vacada salmantina ha criado con éxito un toro que satisface a las figuras del toreo por su juego durante la lidia, embistiendo con calidad y entrega en el último tercio de la lidia, que en la actualidad es el que tiene un peso predominante en el juicio del espectador. Por eso no es de extrañar que la ganadería de Garcigrande/Domingo Hernández sea una de las cuatro o cinco vacadas predilectas de las figuras en los últimos años, tomando sus toros parte en los festejos estrella de cada feria. Ahí están las hemerotecas para contrastarlo. El Juli salió por la Puerta del Príncipe de Sevilla lidiando Garcigrandes en 2011, Enrique Ponce cortó dos orejas a un toro de esta ganadería en junio del año pasado en Bilbao, José Tomás desorejó a un Garcigrande en su encerrona de septiembre en Nimes… Suma y sigue.
La visita que hicimos a Garcigrande a finales de 2012 junto a Emilio Huertas y su apoderado Julio Aparicio nos da pie para publicar el presente reportaje, el cual no podría haber sido posible sin la ayuda de Marcos Pérez, hijo del empresario de nuestra plaza de toros capitalina. Él fue quien nos enseñó el grueso de la camada que será lidiada este año en cosos fundamentalmente de primera y segunda categoría.
Marcos, un apasionado del campo y del toro bravo, nos señaló que en la actualidad la ganadería cuenta con entre 800 y 850 vacas de vientre, y 40 sementales, uno de los cuales fue recientemente adquirido por Núñez del Cuvillo.
Repasando la camada, toda con pitones enfundados, apreciamos la seriedad que luce, y la magnífica y muy práctica distribución de los distintos cercados en los que los toros se agrupan según su trapío/seriedad.
También salió a colación durante la conversación las maratonianas sesiones de tentadero que tienen lugar en la plaza de toros cubierta de la finca, a la que acuden con frecuencia los mismos toreros que luego se enfrentan a sus toros vestidos de luces, es decir, Juli, Manzanares, Talavante, Morante… ¿Imaginan lo que debe ser presenciar esas tientas…?
Durante la usual conversación post tentadero, Julio Aparicio ensalzó –con razón- la labor de los ganaderos de toros de lidia, en este caso de Justo Hernández, quien reconoció la dificultad de esta actividad, la cual a veces te sorprende positivamente al encontrarte con un toro en el que no se tiene demasiada confianza en que embista y finalmente embiste, y por el contrario, casos en los que un toro de magnífica reata cuyos hermanos han embestido, y sin embargo a él le da por caerse o simplemente no embestir.
Eso es lo duro y lo apasionante de esta actividad profesional-artesanal. Su imprevisibilidad. Y el que no quiera sobresaltos, que estudie matemáticas. Ahí dos y dos siempre van a ser cuatro. En la cría de toros de lidia sólo a veces.