La II Concentración de Clásicos de Fuente el Fresno tuvo lugar el domingo 6 de agosto y contó con 137 vehículos, lo que aumenta levemente la cifra de inscritos respecto al año pasado. Una de las novedades del evento era el cambio de ubicación, la concentración se trasladó de la zona del colegio al Parque Municipal, ya que el espacio existente en la parte alta del pueblo facilita la labor de organización.
El éxito de una concentración depende de la masa social, cuanto más consigas implicar a la gente, mejores resultados se cosecharán. En este aspecto, las relaciones personales cumplen una función clave, ya que el cometido principal de la Concentración de Clásicos de Fuente el Fresno es crear una jornada de convivencia entre amantes del motor y los clásicos que sea capaz de perdurar en el tiempo. Esta jornada de convivencia se refleja en los actos de los participantes, el Club de Clásicos de Los Yébenes obsequió a la organización con un regalo, una bonita muestra de gratitud.
Samuel Ángulo, parte de la organización, ha querido agradecer su presencia a “los que dejan todo de lado para venir”, una alusión a los desplazados desde Madrid y otros puntos de la península. Esta gratitud también se dirige a los que vienen de más cerca: “Los que se desplazan solo para lucir el coche y salir de la rutina del trabajo. Dar un paseo con coches que nos remontan a épocas de hace 50 años” añadía ilusionado. Por ende, sin los patrocinadores del evento: “No sería posible regalar detalles a todos los participantes”, señalaba Ángulo.
A una concentración se va a disfrutar de los coches
La Concentración de Clásicos de Fuente el Fresno es una quedada que pone en valor el mundo del motorsport, ya que traen a las calles de un pueblo de 3.000 habitantes vehículos que son parte de la historia. Esto es algo que no solo se debe al propio evento, si no que la implicación de los asistentes es clave, personas que permiten al resto disfrutar de los verdaderos protagonistas, los coches y motos que ellos tienen en casa.
El primero de estos héroes es un Lotus Super Seven de MK Indy. La historia de este coche se remonta a su patente, que oscilo entre Lotus y Caterham. Un vehículo súper ligero, 520 kilos con piloto, que se alza hasta las 14.000 rpms gracias al motor Yamaha de 1000cc que monta. Esta joya británica es propiedad de Tomás Núñez, gerente de un concesionario SEAT en Daimiel: “Crecí entre coches así que entre coches he decidido vivir”, sentenciaba Núñez.
Sin embargo, este no era el vehículo en el que Tomás y su hijo se desplazaron a Fuente el Fresno, ellos viajaron en un impecable Porsche 911 Turbo Look de 1975. El coche, ahora cabrio, fue antes un targa, que tras un siniestro se reestructuró el techo. Por lo demás: “Es un coche de origen, no se ha modificado ni motor ni nada, está igual que hace prácticamente 50 años, el coche es irrompible”, señalaba Tomás esbozando una sonrisa. Mientras admirábamos este icono del mundo del motor, Tomás decidió desgranar la esencia de un día como aquel: “Pese a ser un cacharro viejo está bastante pintón”, frase que usaba para definir su coche, pero que también se puede extrapolar al evento.
Se podría decir que el vehículo que más fotografías y alabanzas recibió fue el Jaguar SS 100 de 1938 venido desde Almagro, un vehículo de valor incalculable cuyas réplicas rondan los 40.000€.
Raúl de la Sierra es un camionero y piloto aficionado de Puertollano que, pese a no ser un adepto de las quedadas, se acercó a La Fuente para disfrutar de la jornada. “Estar sentado mirando los coches me aburre, una vez los ves ya se ha acabado. Me gusta más ir a un circuito a correr”, esta frase de Raúl resume lo que genera la concentración en los asistentes, alegría por ver los vehículos y, a la vez, despierta el gusanillo de entrar a un circuito. Raúl y sus acompañantes remolcaron un Volkswagen Scirocco de 1982 con matrícula nacional que compró desmontado para montarlo entero con sus manos. Además, también trajeron un M3 e36 cabrio y se dejaron muchos coches interesantes en su casa. Raúl frecuenta el Circuito de Arenas de San Juan para tandas de drift: “Hay gente que compra barato y vende caro, yo compro y los disfruto”, incidía el piloto.
Vista al futuro
La organización está contenta con la segunda edición, pero seguirán trabajando para mejorar ciertos aspectos. Han faltado premios para los vehículos 4×4 y competición o rallye: “Han venido muchos y no se les ha premiado”, lamentaba Samuel Ángulo. Este énfasis en las mejoras se debe a la visión a largo plazo de la organización: “Queremos que esta concentración cada vez sea más famosa y que tengamos todo tipo de clásicos, general, deportivos, 4×4, motos…”, desvelaba Samuel.
La última muestra de compromiso a largo plazo que tiene la organización es la intención de consolidarse mediante la formación de una asociación o un club.