Canciones con “mucha alma”, que es lo que precisamente se deja en su interpretación Yolanda Portillo, integran el álbum ‘Llora’, en el que la cantante herenciana rinde homenaje al Filin, movimiento cubano de finales de los años 40 y la década de los 50 cuyos compositores crean letras con grandes dosis de emoción.
Una selección de una decena de “joyas” del Filin, término españolizado de la palabra inglesa feeling que apela al sentimiento, integra el segundo disco de Portillo, junto a dos emblemáticos boleros como ‘Quizás’ y ‘Toda una vida’, de Osvaldo Farrés.
En diciembre de 2020 apareció este trabajo discográfico titulado como la canción, incluida en el álbum, ‘Llora’ de Marta Valdés, una de las figuras artísticas del Filin, y también “porque es hijo de la pandemia, durante la cual se ha llorado por muchas cosas: reencuentros, ausencias, también por alegría y porque te has dado cuenta de lo importante de la vida, así como por amor y de emoción en los aplausos. Llorar es una manera de sacar esas emociones que nos impiden respirar a veces, es bueno llorar, es una liberación aun cuando lo haces por una tristeza que te ahoga ya que cuando lloras te sientes mejor”, expone Portillo.
Músicos con una trayectoria de más de treinta años como Iñaki Quijano al piano y la producción musical, Carlos Ibáñez al bajo, Miguel Rosell al cello, Luis Dulzaides a la percusión y Manu Rey a la batería la han acompañado en la edición de este disco cuyos orígenes están en el espectáculo ‘Como un susurro, mi voz’ que Portillo estrenó en 2019 y con el que iba a girar en 2020 por Castilla-La Mancha, recorrido que se detuvo con la pandemia, lo que, por otro lado, la animó a llevar las canciones al estudio de grabación, el cual no pisaba desde 2006 que publicó el álbum ‘Eterna Lluvia’.
Temas de ‘grandes’ del Filin como Ángel Díaz, Adolfo Guzmán, Ela 0’Farril, Frank Domínguez, Ñico Rojas y Giraldo Piloto aparecen en ‘Llora’, un disco de boleros con toques de jazz, elegante, íntimo y repleto de sensibilidad. “Musicalmente es muy rico”, destaca Portillo, que asegura que le “ha costado” coger ‘el punto’ a algunas composiciones, ya que hay canciones con “una melodía muy clara y los temas caminan solos”, pero en este caso “tienes que aprender no la melodía del tema sino la interpretación de las letras”. En este sentido, asegura que le “ha ayudado mucho ser actriz de doblaje” para expresar el contenido de “unas letras que dicen mucho”.
En el Filin, en el que se fusiona el bolero tradicional con armonías de jazz e influencias estilísticas llegadas a Cuba desde EEUU, se canta con “un sentimiento muy especial” temas compuestos “no tanto para grandes voces como para grandes intérpretes”, expone Portillo, que compara ese “sentimiento puro en el escenario” con la copla.
“Hacer la letra tuya y de alguna forma expresar lo que has sentido con ella es lo que me atrapa del Filin”, admite Portillo, que asegura que son temas con los que disfruta “muchísimo, a veces incluso más” que con otros compuestos por ella.
Es un álbum hecho con “mucho corazón e ilusión”, recomendable para quienes “quieren sentarse a escuchar, sentir, tener paz y calma”, señala Portillo, que asegura que ha elegido el repertorio presente en el disco porque “todas las letras me dicen algo, podría haberlas escrito yo, me identifico con ellas”. Eso sí, se ha dejado fuera “algunos temazos” que irá incluyendo en “otros discos casi con toda seguridad” porque, por ejemplo, “hay temas de César Portillo de la Luz del que no he metido ninguno y son maravillosos”.