El liderazgo en política es cíclico y la lucha electoral encarnizada, pero en esta provincia hay tres políticos que han sabido sobrevivir en el tiempo y resistir durante décadas como alcaldes al frente de ayuntamientos. En las elecciones municipales del 28 de mayo, José Luis Cabezas (Piedrabuena), Antonio López Herance (Arroba de los Montes) y Santiago Martín (Anchuras) serán los candidatos más veteranos de Ciudad Real.
Los tres son hombres, han soplado las 60 velas y encabezan listas de los partidos del bipartidismo, PSOE y PP, aunque dos comenzaron como independientes. “Fue en Piedrabuena, durante una comisión de servicio como funcionario en la oficina de empleo, cuando me fichó un alcalde independiente, que se dio cuenta que se me daba bien trabajar con las personas”, cuenta José Luis Cabezas. En 1995, ocho años después, encabezó la primera lista, con el PSOE, y desde entonces no ha parado. Es el alcalde que acumula más mandatos consecutivos: siete.

La fotografía del José Luis de 34 años es muy diferente a la de hoy, aunque él dice que sigue siendo el mismo. “Con cerca de 30 años me sonrojaba por cualquier cosa. Ahora podría hablar de que tengo más experiencia. Pero me veo el mismo: como un funcionario que trabaja en el ámbito político”, dice. Todavía madruga tanto como cuando era estudiante, va poco a los bares y le gusta el fútbol, aunque practica ciclismo, “porque es menos agresivo”.
De los tres, José Luis Cabezas es el único que ha hecho de la política su profesión y el único que se ha movido en otras esferas. Fue durante 8 años vicepresidente de la Diputación y en los últimos 8 ha sido director general de la Junta de Comunidades. Eso sí, afirma que ser alcalde de Piedrabuena es lo que “más satisfacción” le ha dado. “Como alcalde, con poco que te esfuerces consigues muchas cosas. Y si te esfuerzas, pues muchas más”, admite.
Enfrentarse al Gobierno de España tras ser alcalde casi “por sorpresa”

“Aunque parezca mentira, sigo manteniendo la ilusión de 1987”, dice Santiago Martín. Un cúmulo de circunstancias le llevaron a convertirse en alcalde “por sorpresa” en Anchuras. Fue después de que les mandaran a ‘tomar vientos’ a él junto a otros jóvenes en el ayuntamiento cuando se dispusieron a proponer actividades para las fiestas. Entonces decidieron montar una candidatura independiente.
En aquellos comicios, sacaron 3 concejales, otros 3 el PSOE y uno Alianza Popular, que les dio el apoyo y empezaron a gobernar. Pero no fue hasta noviembre, cuando el primer candidato de la lista, que era el médico del pueblo, tuvo que renunciar al cargo por un traslado laboral, cuando Santiago se convirtió en alcalde. Le tocó tirar del carro “sin apenas experiencia” y encima enfrentarse al Ministerio de Defensa para paralizar la puesta en marcha de un polígono de tiro para el Ejército del Aire que afectaba al municipio.

La lucha ciudadana que capitaneó Santiago Martín, que en la actualidad acumula 8 mandatos como alcalde -récord en la provincia- ha pasado a la historia como uno de los pocos triunfos de la sociedad civil en España frente al poder político y económico. Santiago se curtió mucho en esa pelea e hizo “muchos contactos de periodistas, cantautores, de personas del mundo de la cultura”.
Paradojas de la vida, tras ser alcalde durante 2 legislaturas como independiente y pasar 4 años en la oposición, Martín pasó a encabezar la lista del PSOE, el mismo partido al que se enfrentó por el campo de tiro. Siempre ha presumido de ser de izquierdas y no le duelen prendas al decir que gobernar con el PSOE “era la única opción viable para sacar adelante a nuestro pueblo”. “En política hay que saber cuando pasar página”, añade.
“Para tener sueldo como alcalde, el pueblo tendría que renunciar a servicios”

“Ayudar a los demás” también fue lo que movió a Antonio López Herance en 1991 cuando entró en su primera lista en Arroba de los Montes. Después de ocho años como concejal se convirtió en alcalde, ahora el más antiguo de la provincia por el Partido Popular, con 6 mandatos a sus espaldas. Todavía le mueven los mismos valores y mantiene la misma filosofía: los ayuntamientos son la Administración “más cercana” y “el alcalde tiene que tratar a todo el mundo por igual”.
Ninguno de los tres se siente envejecido “ni políticamente, ni personalmente”. Y todo ello pese a que, en el caso de Santiago Martín, desde Anchuras, y Antonio López Herance, desde Arroba de los Montes, no reciben ningún tipo de remuneración por su trabajo como alcaldes. “A estas alturas no vamos a cambiar”, apuntan. Es la realidad de los pueblos pequeños, donde el presupuesto municipal no da.
“En estos 24 años no he tenido ningún sueldo ni nada que me compense. Yo vivo de mi trabajo, pues para tener sueldo como alcalde, el pueblo tendría que renunciar a otro tipo de cosas o servicios”, expresa Antonio López Herance, que tiene una tienda en el centro de Arroba, que lleva junto a su mujer, y que abre “hasta los domingos”.
Es cierto que el ayuntamiento de este pueblo con unos 450 habitantes, no le supone “un tiempo impensable”, que no pudiera compatibilizar con su trabajo, aunque acude todas las mañanas “una hora y media o dos horas”, aparte de los viajes a la capital para reunirse con delegados o para acudir a los plenos como diputado provincial. Pese a ello, Antonio llega a comparar su labor como alcalde con un hobby. “Este es un hobby que tenemos y, bueno, a cada uno le gusta una cosa y a mí me gusta esto”, expresa.
Los peores momentos: el Covid y la violencia de género

Décadas de vida política dan para mucho. La muerte de Belén P.D.C, la joven de 24 años asesinada en enero de este mismo año, presuntamente a manos de su marido, ha sido lo más duro que ha afrontado José Luis Cabezas como alcalde. “Cuando salí a la plaza para reivindicar la igualdad de trato, el feminismo y para rechazar todos los casos de violencia de género, sin lugar a dudas fue uno de mis peores momentos”, expresa.
Al final los ediles se convierten en una esponja que absorbe el sentir ciudadano. Antonio López Herance habla del brote de coronavirus que sufrió Arroba de los Montes en julio y agosto de 2020, justo cuando empezaban a relajarse las restricciones. “Falleció una persona, aunque el Covid produjo 2 muertes en la localidad, y fue una temporada muy triste y lamentable. Es necesario que no vuelva a ocurrir”, expresa.
El episodio más nefasto para el candidato de Anchuras también está relacionado con la muerte, esta vez la de dos chavales a los que mató un rayo en una de las fiestas reivindicativas por el aniversario de la lucha contra el campo de tiro. En esa lucha confluyen los peores y mejores momentos que ha vivido Santiago Martín en política.
Los mejores episodios: las elecciones y los triunfos del día a día
Es innegable que entre los mejores momentos que les ha dado la vida política están los triunfos electorales. “Para mí es como si cada 4 años me presentara a una oposición y no me gusta suspender el examen. Cada vez que me presento y apruebo, me alegro mucho. Nadie quiere perder”, explica.
Luego están los triunfos del “día a día”, dice Antonio López Herance, que insiste en que son diarios, porque en pueblos como Arroba “no se puede hacer una obra completa, sino que tiene que ser por tramos, por falta de presupuesto municipal”. Traer subvenciones para servicios como la ayuda domicilio o para ganaderos y agricultores son éxitos para un pueblo donde predomina la gente mayor, que es la que concentra su atención.
Alcaldes que se hacen oír: el instituto de Piedrabuena y la cobertura en la CR-721

Al igual que ocurrió en Anchuras con el campo de tiro, los éxitos electorales del PSOE y el PP han estado marcados por las luchas de los alcaldes, hoy candidatos, por hacerse oír ante otras instituciones. La lucha por el instituto de Educación Secundaria siempre se recordará en Piedrabuena. “Nunca jamás en la historia del pueblo se ha sido tan reivindicativo de manera colectiva”, advierte Cabezas.
Hubo manifestaciones, paros escolares y llegaron a ocupar la antigua dirección de Educación, según explica el alcalde, “porque las competencias eran estatales y en 1995 gobernaba José María Aznar”. “Nos fue muy difícil doblegar al Gobierno de España para que hubiese un instituto aquí. Y, de hecho, no lo conseguimos. Hasta que no se trasfirieron las competencias a Castilla-La Mancha, con José Bono en el gobierno, no conseguimos que se construyera”, apostilla.
En la defensa de las necesidades más locales, los alcaldes se llegan a enfrentar incluso con grandes compañías privadas, como bancos o telefónicas. Así, la “quimera” del alcalde de Arroba en los últimos años ha sido luchar por que haya cobertura móvil en la carretera CR-721. “Entre 30 y 35 kilómetros de los 40 escasos que tiene la vía están sin cobertura. Con la cantidad de animales, como jabalís o ciervos, que se cruzan, es un peligro”, cuenta Antonio.
Él mismo, que recorre habitualmente la carretera, sin sobrepasar “los 40 o 50 kilómetros por hora” para evitar complicaciones, señala que “cuando tienes un accidente es cruzarte de brazos y esperar a que venga el siguiente y te ayude a salir de la situación”. Y eso siempre que no ocurra nada grave, insiste el candidato del PP, que recuerda que el año pasado un joven de 26 años falleció en esta carretera. “Que en el siglo que estamos no haya cobertura es lamentable”, repite. La situación no es fácil de resolver, pero espera que se solucione con fondos europeos.
De accesibilidad va también otra de sus reivindicaciones. “No quiero criticar a nadie, pero no entiendo por qué, si todos los días me cruzo cuando voy a Ciudad Real 3 o 4 ambulancias con vecinos míos que van a citas y pruebas en el hospital de Ciudad Real, no sería mejor una línea regular diaria de transporte público”, expresa. En estos momentos, solo existe los jueves aparte de un autobús de ida y otro de vuelta que pasa por Piedrabuena todos los días. Sobre el hacerse oír de los pueblos pequeños ante Administraciones superiores, López tiene sus reservas, sobre todo cuando no coincide el color político. “Te escuchan, reciben tus propuestas. Unas veces las atienden y otras muchas no”, señala.
“Los éxitos no tienen que ver con tener unas buenas fiestas, sino con las cosas del comer”, puntualiza el candidato de Anchuras. En este pueblo con 300 habitantes, considera un logro tener ayuda a domicilio, guardería, y “tener la escuela abierta con 19 niños”, un centro que mantuvieron “contra viento y marea” durante la etapa del Partido Popular en la Junta, cuando también estuvieron “a punto” de quedarse sin médico.
Luchas que comparten a pesar de diferente color político
Hay una lucha en la que coinciden los candidatos de Arroba de los Montes y Piedrabuena: la mejora de la N-430 y la futura autovía entre Ciudad Real capital y Badajoz por el mismo recorrido. Cabezas reconoce que a corto plazo su solución es “difícil”, porque implica mucho dinero y porque confronta intereses comarcales, nacionales y regionales, en Castilla-La Mancha y en Extremadura.
El conflicto está entre la comarca de los Montes, donde está el trazado original de la N-430, y la comarca de Puertollano por Almadén. Sobre la mesa hay dos proyectos, el de autovía, que según señala Cabezas, “está parado” en el Ministerio de Transportes, y el de la mejora de la N-430, que contempla “desdoblamientos en los tramos con más curvas, con un tercer carril, y variantes en todos los pueblos que no la tienen”, entre los que figuran los tres por los que pasa en Ciudad Real: Piedrabuena, Luciana y Puebla de Don Rodrigo.
Pese a ser director general de la Junta, más favorable a la opción de Almadén, José Luis Cabezas tiene claro que por Piedrabuena tiene que haber autovía. No quiere levantar “ampollas” y reconoce que “es legítimo que otras comarcas mejoren sus comunicaciones”, pero subraya que lo que no puede ser es que “tenga que ser A o B, y que porque haya B, a la A la borramos del mapa”.
“Habrá que buscar soluciones para todo el mundo. Pero yo creo que a nuestra comarca se nos ha querido anular poniendo un plan B”, añade Cabezas, con lo que coincide el candidato popular de Arroba de los Montes, que se beneficiaría del acceso a unos kilómetros. “No digo que la necesiten, pero más que nosotros seguro que no… que no nos quiten la nuestra por favor”, añade.
“La gente quiere renovación siempre”

Sin duda, mantenerse al frente de la política municipal ha sido una proeza. José Luis Cabezas todavía no piensa en la retirada e incluso critica la obsesión por el cambio. “Parece que la gente quiere renovación siempre, lo que me parece absurdo si las cosas funcionan. Oye, si no funcionan, habrá que cambiarlo todo, desde el primero hasta el último”, señala.
El candidato de Piedrabuena hace referencia a la política de Estados Unidos, “donde los presidentes en general son de edades avanzadas y los votantes no lo penalizan”. Para él mismo, admite, fue difícil desprenderse de sus primeros concejales, algunos que lo acompañaron 16 años. “Fue muy duro, porque había renovar, porque era necesario tener esa imagen de cambio. Es duro decir: que te tienes que ir o me tengo que ir yo”, cuenta.
Aún evita pensar en el final. “Me siento joven, aunque no sea joven, pero tampoco soy un anciano. Me siento fuerte a nivel físico y mental, útil, e ilusionado, tanto como la primera legislatura. Es increíble, ni me lo puedo creer yo mismo”, admite. El miedo a finalizar su carrera existe y expresa que a veces se pregunta, “¿pero qué coño voy a hacer yo jubilado? ¿a qué me voy a dedicar?”
El candidato de Anchuras bromea con que los tres sean de la misma comarca. “Será que estos de los Montes somos duros. No sé cómo calificarlo esto”, expresa. Resistencia sin duda no les falta y, de hecho, Cabezas confiesa que en estos días previos a la campaña piensa que si recuperara los 8 concejales, que perdió en 2011, incluso se plantearía presentarse otra vez.
El relevo en los pueblos con menos habitantes

Para Santiago Martín, sin embargo, el relevo “debería haber sucedido ya”, pero que en los pueblos “por desgracia es difícil encontrar candidatos”. “Aquí no se gana nada, lo único que ofreces es trabajo y tiempo que se lo quitas a su familia”, expone. Hay que tener en cuenta que Santiago encabezará la única candidatura que concurrirá en la localidad el 28-M, por lo que sabe que saldrá sí o sí como alcalde.
Será la segunda ocasión que concurra a los comicios sin contrincante, algo que a Martín no le termina de gustar. “Creo que es bueno que haya confrontación de ideas y que haya alternativa, aunque existan discrepancias”, reflexiona. Le dice a la gente joven de Anchuras que dé pasos, “para que sigamos decidiendo por nuestro pueblo, para que no venga uno de fuera a ser alcalde”. “Yo no quiero a un alcalde que no viva aquí”, expresa Martín, que es agricultor, vive del campo, ama la caza y rodearse de sus amigos.

La falta de personas que quieran hacer política municipal es otro de los problemas a los que se enfrenta los pueblos más machacados por la despoblación. “¿Continuar? Ay no, ya pienso en la retirada. Ya llevo muchos años y este año llevo gente muy joven que espero que sean el relevo u otras personas que puedan venir”, admite López Herance, que refleja que en los pueblos “formar las candidaturas es complicado”.
“Muchas veces tienes que repetir, quieras o no quieras. A mí no me importa, pero espero que en las siguientes elecciones haya otra persona”, señala el candidato de Arroba. Este verano cumplirá 65 años, tiene “más de 40 años cotizados”, por lo que podría jubilarse a nivel profesional en esta legislatura, y le gustaría tener tiempo para viajar. Los pensamientos de los tres están puestos en los votos, en dónde depositarán la confianza los vecinos, “y si no, no pasa nada, aquí estamos para ayudar”, concluye Antonio López Herance.