El cantante sevillano Paco Candela enamoró a su público más fiel entre fandangos, sevillanas y rumbas en la apertura de la Feria y Fiestas de Ciudad Real desde el auditorio de La Granja. Frente al arco de luces apareció con los tres elementos que forman parte de su identidad como artista: chaleco, boina y patillas anchas al estilo Curro Jiménez.
Novecientas personas asistieron este sábado al concierto, que colgó el cartel de “entradas vendidas” en una noche de agosto de calor extremo. Entre el público, los abanicos no dejaron de moverse y construyeron la estampa perfecta en un contexto muy andaluz y torero.
Acompañado en el escenario de unos músicos brillantes al mando de violín, flauta y piano, Paco Candela ofreció una actuación íntima y muy cómplice con el público, al que abrió su corazón y con el que intercambió pareceres con gracia andaluza. Pocas veces dejan ver los cantantes tal cercanía con el público.
Letras costumbristas para olvidar el dolor que ha producido la pandemia
“Arriero por la vida, bajando y subiendo lomas, solo por la serranía lucho por ser persona”. Paco Candela empezó el recital con ‘La saca de las yeguas’, reflejo de su estilo, influenciado por grandes vocalistas como Manolo Escobar y con letras costumbristas propias de los campos del sur.
Canciones más y menos conocidas como ‘Mirarte a la cara’, ‘Sobre la ladera’, ‘Que no la roce el aire’, ‘El mejor maestro’ y ‘Soy del sur’ formaron parte de un repertorio muy completo, donde también hubo tangos y peteneras, y donde no pasó por alto mostrar su rechazo a la violencia de género, ni nombrar a la Virgen del Rocío.
Según las restricciones marcadas por el Covid, el público siguió desde los asientos el concierto. El baile no fue posible, pero la gente participó de forma activa con sucesión de palmeos en muchos de los temas, para olvidar por minutos el dolor que ha producido la pandemia.