PREGUNTA.- Hace tres meses de las elecciones del pasado 10 de noviembre, en las que iba de número 3 al Senado y no salió elegida. Habían pasado casi 20 años desde que accediera al Congreso por primera vez. ¿Qué sensación le vino esa noche?
RESPUESTA.- Aquella noche del 10-N tuve la sensación del deber cumplido, de que 20 años de mi vida dedicados a servir a España, a cambiar la vida de los ciudadanos de mi tierra través de las iniciativas legislativas y como ponente de diversas leyes habían sido para bien. Me iba con la cabeza muy alta y con la idea de haber sido siempre leal a mi partido y a España. Me llenaba de orgullo haber entregado 20 años a una causa noble.
P.- En aquél momento se dijo que usted dejaba la política, no sé si es cierto del todo…
R.-Es verdad que se dijo que Carmen Quintanilla dejaba la política, pero yo de la política no me iré nunca. Todo en la vida es política y, esté donde esté, haré política para seguir trabajando por la sociedad y por todo aquello que me rodea, sobre todo, por aquellas personas más vulnerables, porque ha sido mi compromiso de vida siempre.
P:- De la política no, pero de la primera línea de la política sí. En las dos elecciones del año pasado pasó del Congreso al Senado, primero como número uno, luego, como número tres. ¿Cómo vivió ese proceso?
R.- Yo le dije a la dirección mi partido que, posiblemente, las elecciones del 10-N sería mi última legislatura. Como todo en la vida hay que irse cuando estás en plena función de tus facultades y yo creo que estaba en una edad maravillosa, pero las circunstancias hicieron que yo no saliera senadora. Me he ido de la primera línea de la política, pero es verdad que, en estos momentos, me sigue llamando mucha gente y yo sigo teniendo agenda no solo en la provincia de Ciudad Real, sino en otras muchas zonas de España. Como presidenta de la mayor organización de mujeres rurales de España sigo recibiendo llamadas de gente impensable que me piden que colabore con ellos formando parte de organismos a nivel nacional e internacional, aunque esté feo que lo diga.
P.- ¿Le hubiera gustado estar en un puesto de salida?
R.- Sí, yo lo dije. Lo hablé con el propio presidente provincial del partido. Cuando me cambiaron del Congreso al Senado yo estaba tremendamente agradecida, porque en ambas cámaras iba a trabajar por España desde la más absoluta lealtad a la sociedad española a la que representaba y a mi partido. Pero, es obvio que todos los parlamentarios de todas las ideologías piden volver a repetir.
P.- ¿Cuáles son las relaciones actuales en el partido, creo que sigue integrada en los órganos de dirección?
R.- Sí, sí. Sigo siendo miembro del Comité Ejecutivo Provincial, de la Junta Directiva Provincial, de la Junta Directiva Regional, del Comité Ejecutivo Regional. Yo sigo estando en mi partido, porque siempre estaré en mi partido. Yo no tengo otra opción ideológica, ni de compromiso político, porque soy una mujer de raza política, de estar siempre en la vida política en la que se puede decir que empecé cundo fuie elegida delegada de curso en el colegio.
“No tengo esa sensación de crear controversia dentro y fuera del partido”
P.- Ha sido una persona que ha levantado cierta controversia tanto dentro como fuera de su propio partido a lo largo del tiempo. ¿Cómo ha vivido este hecho?
R.- No he tenido nunca esa sensación. He tenido siempre la sensación de haber sido muy valorada en la provincia, a nivel nacional e internacional. He tenido siempre la sensación de que si me llamaban era porque querían que estuviera. He pensado que lo mío era seguir una línea de actuación, una línea de trabajo, de retos, de compromiso, de trabajar por la sociedad que me había votado. Durante todo el tiempo, cuando me levantaba las 6 de la mañana, siempre he pensado que era un nuevo día y que había que trabajar. No tuve nunca esa sensación. La vida, es cierto que es muy complicada y más para una mujer política, que lo es mucho más.
P.- Desde sus adversarios políticos, se ha utilizado el hecho de que, al haber sido al mismo tiempo presidenta de Afammer y parlamentaria del PP, solapara ambas funciones y no hubiera una línea clara que las diferenciara, aunque alguna de esas personas, cuando ya no salió senadora, le reconocieron su valía…
R.– Rumorología hay siempre. Quién no tiene, en un momento dado, un comentario, una frase hacia la otra persona. Somos seres humanos y los seres humanos tenemos esos pecados capitales que nos enseñaban. Yo he demostrado que nunca utilicé Afammer en beneficio de nada, siempre la puse al servicio de las mujeres y para las mujeres rurales. Para eso nació y lo he demostrado. Ahora he dejado la primera línea de la política y sigo estando al lado de mis mujeres después de 38 años desde su fundación.
P.- Es una mujer que ha tenido muy buenas relaciones con la cúpula nacional del PP, tanto en la época de Aznar, como con Rajoy y ahora con Casado. Se decía que era amiga de Ana Botella. Aznar, Rajoy, siendo presidentes del Gobierno, vinieron a la provincia a actos que organizaba Afammer. Esos apoyos han sido fundamentales en su trayectoria.
R.- El apoyo de gente con tanto prestigio como Aznar, Rajoy o Casado siempre vale. Tengo que decir, ahora ya que ha pasado el tiempo, que soy amiga de Ana Botella y me siento muy orgullosa y para mí es un honor tener una amiga conmo ella, una mujer que ha sido una magnífica alcaldesa de Madrid y que siempre me demostró su lealtad y su amistad. Es cierto que el presidente Rajoy me quiere mucho y yo le quiero, tengo una magnífica relación con el presidente Aznar y para mí son referentes y son personas que síento que han valorado mi trabajo, mi condición política, y siempre me apoyaron. Siempre estaré eternamente agradecida a Aznar que me llevó en el año 2000 de la mayoría absoluta del PP al Congreso y después que Rajoy haya contado conmigo, igual que ha contado el actual presidente del partido Casado.
P.- ¿Cómo llega una política de provincias a esos niveles, moviéndose mucho, zascandileando mucho, no sé qué término utilizar sin ánimo de ofender?
R.- De muchas maneras. Yo he llegado a tener esas relaciones con esas personas, y también con personas de sus familias, porque he tenido esa posibilidad, porque humanamente me han dado esa oportunidad. Luego, también, porque ellos han sido conscientes de lo que yo representaba en la sociedad civil como presidenta nacional de Afammer.
P.- Me ha dicho que no cree en esas cosas, pero tengo que insistir. ¿Cree que este tipo de relaciones le han traído ciertas reticencias, envidas dentro y fuera de su partido?
R.- La gente tiene toda la capacidad de tener toda la clase de envidia que quiera, pero no lo sé. Me hace una pregunta que para mí es muy importante. ¿Usted sabe lo que es vivir, como he vivido yo todos estos años, sin sentir envida por nadie?. Cuando un compañero subía de categoría o le nombraban en algún cargo importante, yo siempre me alegraba, me acercaba, le felicitaba, porque para mí era una alegría. Nunca me he alegrado del mal del otro, nunca, nunca. Siempre me he alegrado de lo bueno que le ha ido a otras personas. Esa misma condición que yo tengo creo que le pasa a los demás. Si los demás sufren, qué tristeza, ¿no?.
P.- En provincias como Ciudad Real, que venga el número dos de la ONU no se consigue todos los días…
R.- Es que el secretario general adjunto de la ONU vino por Carmen Quintanilla. Voy a contar una anécdota sustancial. Iba yo con Ana Mato, cuando era ministra, entrando en Naciones Unidas y había cascos azules en la entrada y van los cascos azules y me dicen: “Pero señora Quintanilla cómo está usted, qué alegría verla”. Y la propia ministra Mato soltó: “La leche, que te conocen más que a mí y soy la ministra”. Traer al número dos de la ONU, de verdad, fue un logro muy importante.