Las ansias de aventura y el interés por aprender inglés están detrás de muchas de las migraciones. Trabajadora social nacida en la capital, Carolina Espartero hizo las maletas hace cuatro años para asentarse en Oxford y hoy reconoce que la salida a Europa le ha cambiado la vida.
Ni siquiera perdió el tiempo en buscar trabajo, Carolina salió de su zona de confort al terminar la carrera en Cuenca, “ilusionada” y “muerta de miedo”. El aterrizaje fue cómodo, su hermana llevaba viviendo varios años allí y cuando llegó hasta tenía casa. “Es el mayor reto al que te enfrentas al irte a Reino Unido a vivir, porque hay poca oferta y muchísima demanda”, explica.
Seguridad económica e independencia para viajar
A la semana de recorrer Oxford echando currículums “de norte a sur y de este a oeste” junto a su pareja la llamaron de un hotel en el centro de Oxford. Sin pensárselo dos veces aceptó y allí estuvo “seis meses limpiando y un año de supervisora”. La ciudarrealeña comenta que “una de las cosas buenas de Reino Unido es que el mercado de trabajo se mueve mucho y eso te permite ascender muy rápido”.
La vida de Carolina hoy es “bastante cómoda”: trabaja como manager de recepción en un gimnasio de artes marciales y hace un máster a distancia de derechos humanos en Brookes University. En el día a día, se relaciona con españoles, ingleses, italianos o griegos, pues “una de las mejores experiencias de vivir fuera de España es poder conocer culturas”. Sentirse inmigrante no la importa, pues “no todo el mundo tiene el valor de marcharse”.
Lo que más le gusta de su vida en el extranjero es “la independencia, la seguridad económica y la libertad que toda persona joven necesita para ser feliz”. Dicen que Inglaterra es “el país de las oportunidades” y para Carolina ha sido así. Ha estado este 2018 en cuatro continentes distintos, pretende irse un año a Australia con la VISA work&holidays y planea un viaje por Asia de cuatro meses. “Mi futuro no sé en qué parte del mundo está, ni siquiera sé si volveré a España algún día”.
Los efectos del Brexit en la comunidad española
El Brexit de momento no ha ido más allá de banderas en los balcones y pegatinas de inmigrantes “out” (fuera), aunque generan “sentimiento de exclusión”. Carolina recuerda el día de la votación, trabajaba en un college de la universidad en el servicio de catering y “muchos trabajadores llevaban las pegatinas”. Luego vio las banderas y supo que Reino Unido iba a estar fuera de la UE.
En la actualidad, Carolina espera que a los españoles que viven allí no les afecte, aunque ha empezado a ver anuncios de trabajo que indican que se aplicarán las condiciones del Brexit y teme que ya no vaya a ser tan fácil buscarse la vida en Inglaterra. Ahora bien, Carolina lo tiene claro: “si las condiciones aquí cambian mucho para los extranjeros me marcharé. No quiero quedarme en un sitio en el que no soy bienvenida”.