Un sótano del Museo de Ciudad Real en el que se almacenan cientos de piezas imposibles de mostrar en la colección permanente sirven de oficina estos meses al equipo del arqueólogo Víctor López-Menchero, director científico en España de la fundación Global Digital Heritage (GDH), para reproducir en tres dimensiones con una precisión exacta al original, las piezas más destacadas del patrimonio arqueológico de Ciudad Real.
Por las manos, y sobre todo las cámaras fotográficas y ordenadores de López- Menchero y su ayudante Miguel Ángel Rodríguez (estudiante de Historia en la UCLM), pasarán un millar de objetos, una selección del fondo museístico del que forman parte cerámicas únicas en el mundo como el jarrón vidriado almohade restaurado para la colección ‘A tempora’ o el ataifor, ambos del yacimiento de Alarcos, emblemas de la historia de Ciudad Real.
Extrañas estelas de la Edad del Bronce
Las extrañas estelas de guerrero del final de la Edad del Bronce, halladas en el suroeste de la provincia (las últimas en Chillón), son otras de las piezas que el Museo de Ciudad Real mostrará digitalizadas al mundo, con un detalle que en este caso el ojo humano no puede apreciar mirándola directamente en el museo.
Parece magia, pero no lo es. Conseguir que hasta los poros de la cerámica o la marca del cantero queden reflejados en la reproducción 3D es una tarea laboriosa y precisa, que facilitan la geometría, la tecnología y la mirada experta de López- Menchero, que lleva años digitalizando monumentos y yacimientos arqueológicos para GDH en el mundo. “Nuestro proyecto es el más ambicioso de digitalización 3D del patrimonio mundial, con este subproyecto de Ciudad Real es la primera vez que intentamos digitalizar mil piezas de un solo museo y que trabajamos con un museo en España”, remarca.
Piezas exactas del original
La tecnología tridimensional consigue recrear piezas exactas del natural utilizando la técnica de la fotogrametría. Cada objeto se somete primero a una sesión fotográfica. Reproducirlo en 3D cuesta más o menos, dependiendo del tamaño, en general se utilizan entre trecientas y ochocientas fotos digitales y unos treinta minutos por pieza. “Lo que nosotros hacemos es tomar muchas fotografías desde ángulos diferentes, con un solapamiento del 80% entre foto y foto, en condiciones de iluminación homogénea y controlada. Para las pequeñas empleamos cajas de luz”, explica López-Menchero, mientras trabaja con una vasija visogada hallada en una tumba en Villamayor de Calatrava.
Todas esas fotos se procesan después en un programa de ordenador, un software específico, que captura las imágenes, hace una alineación de ellas, saca una nube con miles o millones de puntos, que luego une con triangulitos. Al resultado se le proyecta después la textura, el color de la pieza, hasta obtener la réplica.
Fase de procesado, en Florida
La fase de procesado final se hace en Florida (EEUU), sede central de Global Digital Heritage, en la que la fundación posee ordenadores muy potentes. GDH, con la que la Consejería de Cultura del Gobierno de Castilla-La Mancha ha firmado un convenio de colaboración para este museo, es la responsable de la digitalización de monumentos y yacimientos arqueológicos desde el Paleolítico hasta el Siglo XX. En Ciudad Real aparte de este proyecto, único en Castilla-La Mancha, han digitalizado el bunker del campo de aviación de Saceruela de la Guerra Civil (1937). López-Menchero también ha trabajado recientemente en Emiratos Árabes y en el Museo Nacional de Tarragona.
El confinamiento, que ha sido malo para muchas cosas, ha propiciado que este arqueólogo se haya tenido que quedar en Ciudad Real y dedicarle más tiempo al proyecto, de ahí que al final el objetivo sean mil piezas, celebra el director del museo José Ignacio de la Torre.
A partir del año que viene en el portal de cultura de la Junta
El trabajo estará disponible a partir del año que viene en plataformas online y en el portal de Cultura de la Junta de Castilla-La Mancha, con una descripción de la pieza que abre enormes posibilidades no solo para posicionar al museo de Ciudad Real entre los mejores del mundo (ni el Museo Arqueológico Nacional tiene tanto material digitalizado), sino para facilitar el trabajo de investigadores del confín más remoto del planeta y “democratizar” el patrimonio.
“A lo mejor no se estudia el exvoto de bronce ibérico que tenemos aquí, pero igual nuestro material sirve para un estudio en profundidad de vestimentas ibéricas. Con la tecnología 3D se puede investigar la pieza desde cualquier parte sin necesidad de venir al museo. Esto no os pone en el mapa”, afirma De la Torre.
La tecnología 3D también es una oportunidad para mostrar los fondos del museo sin límite de espacio o vitrinas. De hecho López-Menchero y su ayudante para el trabajo de campo por así decirlo han empezado estos meses con material depositado en los almacenes. Disponer de las piezas grandes que se exhiben ahora requiere de más tiempo, y las dejarán para el final.
El trabajo no es continuo, pero es de los más largos que ha ejecutado GDH, “vamos trabajando días alternos”, de modo que empezaron a finales de junio, cuando terminó el confinamiento, y calculan concluir el trabajo en el museo a finales de diciembre.
Arqueología y tecnología
Miguel Ángel Rodríguez Rabadán es el estudiante de cuarto de Historia en la Universidad de Castilla-La Mancha que está aprovechando una beca para ampliar su formación con López-Menchero y aprender la técnica del 3D, “me quiero especializar en Arqueología y Prehistoria. Esto es una gran oportunidad para mí. Cada vez son más importantes y necesarias estas técnicas para darle visibilidad. Creo que conocerlas me pueden ayudar mucho en el futuro”.
Rodríguez se dedica a manejar las bases de datos y ordenar las fotografías, aunque también está empezando a digitalizar las piezas más pequeñas, “de momento cerámicas sencillas”, dice.
Un repaso por la historia de Ciudad Real
La digitalización permitirá hacer un repaso por la historia de Ciudad Real con los hallazgos más relevantes en los yacimientos arqueológicos de la provincia desde el Paleolítico y la Edad del Bronce, hasta hallazgos de arqueología urbana en Ciudad Real aparecidos en la Casa Hernán Pérez del Pulgar.
Además de lo más significativo de los yacimientos medievales de Alarcos y Calatrava la Vieja De la Torre también destaca el repertorio de cerámicas de la Edad del Bronce procedentes de las motillas, enormes mosaicos y epigrafía romana. Cada pieza se podrá admirar como nunca se había visto y sin temor a roturas irreparables.
Un buen plan para las mañanas de verano
El Museo de Ciudad Real permanece abierto al público en este raro verano posconfinamiento del coronavirus en horario de mañana de nueve a dos, de martes a domingo.
Hasta el 31 de diciembre la visita es gratuita, segura, y muy interesante. “Tenemos piezas excepcionales y algunas recientes. Este verano no hay talleres infantiles para evitar riesgos por contagio y se mantienen estrictas medidas de seguridad en las visitas, “hemos señalizado recorridos unidireccionales y tomamos alguna medida más para que el público no toque vitrinas, etc, pero la actividad es similar”, añade de la Torre.