La Dolorosa de Santiago ha sido acogida esta tarde por los fieles ciudarrealeños con fervor y alegría. Tras el parón de dos años por la pandemia, la virgen ‘perchelera’ ha vuelto a las calles de la ciudad entre una multitud para completar el desfile que cierra del denominado ciclo de vísperas, dos días antes del inicio de la Semana Santa, el próximo Domingo de Ramos.
La estación de penitencia de la Reina del Perchel ha resultado emocionante para los cristianos desde su inicio en el guardapasos, no sólo por los cientos de personas participantes, entre hermanas y hermanos, vecinos del barrio de Santiago y los llegados de otros puntos de la ciudad, sino por la música, los rezos, la luz de los cirios, el incienso y el paso lento y medido de la carroza con una de las imágenes más queridas de la capital.
El conjunto de palio de la Pasionaria ha lucido por primera vez dos faroles en la cruz de guía, y un incensario, así como la Virgen ha procesionado vestida de la saya blanca conocida como la de los dragones y el bello manto azul bordado en oro.
Bajo sus pies, un exorno floral todo en blanco, compuesto por claveles, rosas (en el frontal), y alelíes (en los esquineros). “Es el color de la pureza”, ha destacado el hermano mayor de la cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, Antonio Cabrera Cortés, quien ha apelado a la “responsabilidad” de cofrades y devotos a la hora de participar en el desfile procesional. “Todavía hay que tener mucho cuidado ante la situación que tenemos con el Covid”, ha dicho, a la vez que se ha mostrado “conmovido, nervioso e ilusionado” al enfrentarse a la salida de su virgen tras dos años de ausencia.
Desde que la Dolorosa de Santiago ha asomado a la calle minutos después de las 20 horas, portada por una cuadrilla de 35 costaleros, ha estado arropada por decenas de cofrades -algunas de las hermanas tocadas con mantilla y un clavel blanco- que han iluminado el camino con las velas de este color.
La música de la Agrupación Musical Sinfónica de Miguelturra con el himno nacional en el arranque ha aportado elevación colectiva ,así como la banda de cornetas y tambores ‘Nuestra Señora del Prado’ ha hecho lo propio en la Cruz de Guía, a la salida y en todo el transcurso procesional.
La presidencia religiosa, tras el palio, ha estado compartida por los sacerdotes Rafael Melgar y Antonio Ruiz, que han caminado junto a la representación de la dirección de la hermandad, que han lucido cuatro cetros de presidencia restaurados, y un representante de la base de Almagro, en nombre del teniente coronel, que es hermano mayor honorario.
A lo largo de todo el recorrido, la Virgen perchelera ha recibido varias ovaciones, y saludos de congregaciones de religiosas -las Hermanas de La Cruz le han cantado una composición mariana-, que se han sumado al llamado ‘cangrejeo’ (‘bulla’ en Sevilla), que es cuando muchos fieles muestran su fervor caminando de espaldas y de cara a la imagen para acompañarla en su tramo final.
Misa y traslado
La jornada del Viernes de Dolores ha comenzado con la celebración de una misa en la parroquia de Santiago, a cuyo término se han bendecido e impuesto las medallas a los nuevos hermanos, así como han jurado las reglas de la Hermandad.
Posteriormente, según Camacho, al final de la mañana han vivido otros momentos sobrecogedores, con el traslado de la imagen al guardapasos, donde “hemos tenido mucho acompañamiento”, sobre todo de vecinos del Barrio.
La Dolorosa volverá a salir el Jueves Santo dentro de la representación de la Pasión y Muerte de Jesucristo, en esa ocasión «con el cambio de exorno floral».