El fiscal jefe de Ciudad Real Luis Huete asegura que el Código Penal vigente ampara el derecho de cualquier persona a proteger y defender su morada, con un artículo específico que persigue el allanamiento con penas severas. La Constitución también protege la “inviolabilidad del domicilio” como un derecho fundamental, “pero como todos los derechos no es ilimitado”.
“Claro que somos partidarios de que el morador pueda defender su morada, pero para que esa defensa sea absoluta y completa tiene que reunir una serie de requisitos legales”.
En el caso del septuagenario detenido en Ciudad Real por disparar y matar, según todos los indicios, a un delincuente que se coló en su chalé del parque forestal de la Atalaya el domingo, afirma que “no está dentro de los parámetros absolutos de la legítima defensa”.
Sobre el caso pesa el secreto de sumario, de ahí que la fiscalía, garante de la legalidad, no pueda desvelar ningún detalle de una investigación que está en una fase muy inicial.
La petición de prisión provisional, recurrible por la defensa del presunto homicida, se fundamente según el fiscal jefe “en la gravedad de los hechos”, y en evitar que se produzca una alteración de pruebas fundamentales para determinar qué ocurrió en la finca Valdelobos esa noche.
El caso podría tramitarse por la Ley del Jurado
El caso podría tramitarse por la Ley del Jurado, que incluye los homicidios consumados, como este. “Estamos en el inicio de la investigación hay que tener cautela. Seguimos con la expectativa de ver cómo se desarrollan las diligencias para decidir cómo configuramos el objeto del proceso, si es un homicidio doloso o existen otras alternativas”.
Recurso al auto de prisión
Juan Manuel Lumbreras Ruiz, el abogado que defiende al acusado, José L.M., de 77 años, presentará recurso al auto de prisión provisional “de manera inminente”, ante el mismo juzgado instructor, primera instancia 5, con el conocimiento de la Audiencia Provincial.
Pasó un día antes por los juzgados
Del fallecido solo ha trascendido que es un hondureño de 35 años, con vínculos en Daimiel y numerosos antecedentes por distintos delitos. Precisamente un día antes de colarse en el chalé de José L.M., que vive solo en esa finca de la Atalaya, pasó por los juzgados por otros asuntos. Hasta el martes su cuerpo seguía en el tanatorio de Ciudad Real en el que se le practicó la autopsia, pendiente de la autorización judicial para su inhumación.
Lumbreras, en base a la declaración del arrestado por matarlo, dice que podría haber actuado con otras personas que no era la primera vez que merodeaban por la propiedad del detenido.