Lanza_logotipo_blanco
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
29 abril 2024
ACTUALIZADO 23:03
  • Ciudad Real
  • Resultados deportivos de Ciudad Real en directo
  • El Campo
  • Internacional
  • Nacional
  • Agenda
  • Anuncios Oficiales
    • Tarde de Romería en Tomelloso / F. Navarro
      Ruta Literaria ‘Valhondo’ de Rafael Cabanillas
      Ana Mena, concierto Puertollano/ HP
      Presentación del libro "Las fatigas de un maletilla" José María Medina "El Niño del Tentadero"  / J. Jurado
      Festival 2024 Skating Eurovision / Elena Rosa
      Manolo Ruíz Toribio mostró sus trabajos de fotografía / Elena Rosa
      Todo a punto en la Plaza Mayor para zambullirse en las páginas de un buen libro /Clara Manzano
      Inauguración de la Feria de Abril en Ciudad Real / Elena Rosa
  • Vídeos
      • Así metió la cara el primero a la muleta de Morante JCS
      • El palco aguantó el tirón en el cuarto y solo concedió un trofeo a Morante JCS
      • Emilio de Justo al natural JCS
      • Emilio de Justo en el inicio de faena al quinto JCS
      • Morante dejó carteles de toros en sus dos toros JCS
      • Roca Rey alcanzó un nivel notable a la verónica JCS
      • Roca Rey en un derechazo al tercero JCS
      • Una de las dos magníficas medias de Morante al primero JCS
      • Ambientazo en los tendidos de Sombra y de Sol, llenos de público JCS
      • El paseíllo a plaza llena en Ciudad Real JCS
      • El presidente Diego Ortega recordando los principios básicos reglamentarios que regirán su labor esta tarde JCS
      • Orden de lidia corrida reinauguración Ciudad Real
      • Verónica de Infantes al primero JCS
      • Pase de pecho de Aarón Infantes al primero JCS
      • Derechazo de Cristian González JCS
      • Natural de Cristian González JCS
      • Buen natural de Cartas JCS
      • Cierre de faena de Cartas al sexto JCS
      • Aspecto de los tendidos  JCS
      • Larga cambiada de Sergio Cartas JCS
      • Sergio Cartas recibiendo de capote al sexto JCS
      de toros de Las Virtudes
      Zona de toriles en la flamante plaza de toros de Ciudad Real JCS
      • Toro de pelo colorado
      • Un negro mulato
      • Toro de pelo sardo
      • Toro de Luis Algarra
      • Número 5
      Zona de toriles en la flamante plaza de toros de Ciudad Real JCS
      • bendicion_de_plaza_de_tpros_(ER)_ (1 de 1)
      • bendicion_de_plaza_de_tpros_(ER)_ (1 de 1)-3
      • bendicion_de_plaza_de_tpros_(ER)_ (1 de 1)-4
      • bendicion_de_plaza_de_tpros_(ER)_ (1 de 1)-7
      • bendicion_de_plaza_de_tpros_(ER)_ (1 de 1)-9
      Visita guiada a la renovada Plaza de Toros de Ciudad Real
      • Disfrutando del almuerzo
      • Varios toros de saca de El Cotillo
      • Juan Ortega (1)
      • Juan Ortega (2)
      • Pablo Aguado (1)
      • Pablo Aguado (2)
      • Pablo Aguado (3)
      • Roca Rey (1)
      • Roca Rey (2)
      • Roca Rey (3)
      • Roca Rey (4)
      • Ajuste y entrega en la faena de Ortega al sexto
      • El poderío de Daniel Luque
      • Trincherilla de Morante al primero
      • Verónica de Juan Ortega
      Presentación del libro "Las fatigas de un maletilla" José María Medina "El Niño del Tentadero"  / J. Jurado
      Foto de grupo de los alumnos de la Escuela Taurina de Miguelturra junto a su director, Antonio Alegre
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Sociedad

Traspasar fronteras para dar “dignidad” al mundo de los cuidados desde Ciudad Real

Doce mujeres de 8 nacionalidades diferentes han dejado atrás la economía sumergida para ser sus propias “jefas” en la cooperativa Mundo Cuidados

Reproducir
Las trabajadoras de la cooperativa Mundo Cuidados comienzan su jornada laboral ayudando a Sami / Elena Rosa
Noemí Velasco / CIUDAD REAL
La unión de personas llegadas a España desde diferentes puntos del mundo responde a que eran las que trabajaban en el sector, aunque la mayoría lo hacían dentro de la "economía sumergida"

El murmullo se escucha desde la calle y desde hace varios meses mujeres con uniformes morados no dejan de entrar ni salir de uno de los locales comerciales de la calle Alamillo Alto de Ciudad Real. Es la cooperativa Mundo Cuidados, que echó a andar hace más de un año capitaneada por seis mujeres, la mayoría migrantes, y que desde entonces ha dado “dignidad” al sector de los cuidados y de la limpieza, tan lastrado por la economía sumergida. En diciembre recibieron el Premio al Mérito Empresarial de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Mundo Cuidados / Elena Rosa
La cooperativa de cuidados se encuentra en la calle Alamillo Alto de Ciudad Real / Elena Rosa

Todo comenzó en un taller de emprendimiento impulsado por la Concejalía de Igualdad, a través de la red Inciso Cuida. “Vimos la posibilidad de emprender y, lo más importante, que había un nicho que cubrir en el sector de los cuidados, sobre todo dirigido a personas mayores, debido al envejecimiento de la población”, explica Mari Carmen Torres, presidenta de la cooperativa. Cuando comenzaron era la única española, tenía 57 años y su principal problema para conseguir trabajo era la edad.

mundo_cuidados_2_(ER)_
Gladys Salgado y Glisse Hernández, trabajadoras de Mundo Cuidados / Elena Rosa

Acabar con la economía sumergida

Excepto las pocas que venían de la hostelería, la mayoría ya trabajaban en el sector, pero avisan, habitualmente “en negro”. Gladys Salgado, chilena residente en Alcázar de San Juan, explica que “los que te contratan quieren simplificar el proceso, de manera que desean que se les trabaje y ya está”. Así pues, ven como un “inconveniente” dar de alta a la persona que les trabaja, “porque les supone un coste, papeleos y gestores”.

Algunas trabajaban para empresas del sector, pero gran parte de los ingresos se perdían por el camino. Mari Ángeles, gaditana residente en Ciudad Real capital, cuenta que decidió entrar en la cooperativa porque en la compañía para la que trabajaba “cobraba 4 euros la hora y estaba todo el día”. Conoció Mundo Cuidados por una publicidad y no dudó de entrar. Había muchos pros para esta auxiliar de clínica de formación: abandonar la precariedad, ser su propia “jefa” sin intermediarios y la posibilidad de conciliar.

Adama , Mari Carmen y Marisol / Elena Rosa
Adama Camara, Mari Torres y Marisol Campos / Elena Rosa

“Mirar al futuro, a la jubilación”. Eso significó para Gladys formar parte de la cooperativa. La chilena explica reunida con sus compañeras que después de 20 años en España suponía “salir de la situación de que nadie te quiere dar de alta porque trabajas una hora allí, cuatro aquí”. “Ahora yo me gestiono el autoempleo, soy autónoma con todo lo que eso conlleva, soy parte de una cooperativa y puedo sumar a la sociedad”, explica.

Terapeuta ocupacional de 48 años con 48 años, Salgado reconoce que su intención era que la cooperativa arrancara en Alcázar de San Juan y treinta kilómetros a la redonda, pero de momento no ha tenido demanda. No la queda otra que trasladarse todos los días a Ciudad Real, para cubrir a los usuarios que sí tiene la capital.

Parte de la platilla de Mundo Cuidados / Elena Rosa
Parte de la platilla de Mundo Cuidados en su sede / Elena Rosa

Y para caso curioso el de Mari Sol Campos, originaria de El Salvador y que llegó a La Mancha hace tres años. Se enteró de la cooperativa por medio del centro de la mujer, que coordinó una reunión con Inciso, aunque pasaron meses hasta que pudo entrar, porque la denegaron el asilo y con ello perdió la tarjeta de trabajo. Fue gracias a Mundo Cuidados, que la apoyó en la obtención del certificado de profesionalidad sociosanitario, cuando pudo solicitar el arraigo por formación y consiguió que la renovaran la tarjeta de trabajo. Muchas otras se han quedado “por el camino”.

El sello de la interculturalidad

Chile, Marruecos, Cuba, Colombia, El Salvador, Venezuela, Guinea Conakri y España. Son ocho las nacionalidades que aportan un sello de interculturalidad a esta cooperativa en la que el nombre no se eligió al azar. Es cierto que otro taller de empleo que realizó Fundación Cepaim aportó nuevas cooperativistas, pero Mari Carmen confiesa que “realmente la unión de personas llegadas a España desde diferentes puntos del mundo responde a que eran las que trabajaban en el sector”.

Ser de Ghinea Conakri no ha sido ningún problema para Adama Camara, que desembarcó hace cinco años a España y que lleva cuatro en la provincia. Antes trabajó en muchos sitios de limpieza y cuando se enteró de lo de la cooperativa tampoco dudó en pertenecer. Las tres personas que atendía sin estar dada de alta en Las Casas aceptaron el pequeño aumento de precio que suponía tener todo en regla. “Cuando las visitamos, algunas dijeron: pues si es lo que yo quería, es mejor que estés dada de alta”, explica Mari Carmen.

La presidenta de la cooperativa comenta que “hay gente que no da de alta a las chicas por pereza, porque piensa que va a ser una complicación, o simplemente porque la gente mayor es desconfiada y muchas veces no quiere dar sus datos”. Una vez que la cooperativa les da todo solucionado, “no lo dudan”. Adama, que cumple 28 años, hoy tiene 5 usuarios y limpia las oficinas de Cepaim y Amhida (Asociación de personas con Trastornos por Déficit de Atención o con Hiperactividad), que demuestran así su apoyo a la “economía circular”.

Tener todos los derechos cubiertos

Glisse Henández, venezolana de 50 años que llegó hace 2 años a La Mancha y que en la actualidad hace las veces de administradora, advierte que el aumento de precio es mínimo y a cambio la cooperativa proporciona más seguridad tanto al trabajador como al cliente. “La cooperativa te permite tener un trabajo digno, ganar un salario para poder vivir, tener cubierta la Seguridad Social, derecho a paro, pero además disponer de un seguro de responsabilidad civil y garantizar la sustitución por enfermedad”, señala.

Todo ello apenas aumenta “dos o tres euros” el servicio. Hernández explica que las cooperativistas cobraban “10 euros por limpieza” y ahora, a través de la cooperativa, son “12,90 euros la limpieza y 13,60 euros los cuidados”, lo que es “un salario justo”. Profesional sociosanitaria que llegó a España a través del plan especial de acogida para venezolanos en respuesta a la crisis humanitaria que vivió su país, Glisse es la encargada de realizar las nóminas y los presupuestos. Está al timón de la cooperativa junto a Mari Carmen Torres, encargada del teléfono, acciones comerciales y la logística.

Adama ayuda y acompaña a una pareja de La Poblachuela / Elena Rosa
Adama ayuda y acompaña a una pareja de Las Casas / Elena

El acompañamiento a los mayores

En la actualidad tienen 36 usuarios fijos, aparte de los trabajos puntuales que surgen en el área sobre todo de limpieza, y predominan las personas mayores, desde los 70 hasta los 93 años. El sector de cuidados funciona porque, según comparten, “las personas mayores no quieren salir de sus casas”, rechazan acabar en viviendas tuteladas o residencias, “y todavía más desde la pandemia”. “Cuando las sacan de ahí, se desubican y empiezan a caer”, señala Mari Carmen. Además, insiste, “los gobiernos están apostando por esto”, aunque considera que “debería haber más ayudas”.

“Pensiones de 2.000 euros hay muy pocas, y cuando las personas mayores vienen a la cooperativa, quieren que vayas todos los días, un número importante de horas, pero al final no se lo pueden permitir. El resultado es que se quedan con alguna hora para lo imprescindible”, explican. En estos momentos, en función del grado de dependencia, la Junta de Comunidades es la encargada de gestionar las ayudas, más o menos cuantiosas.

Lo mejor de trabajar con personas mayores es, para Gladys Salgado, “la reciprocidad, el afecto, el cariño que te encuentras”. “Tu trabajo te lo agradecen de una y mil maneras: a veces con una galletita, otras con un gesto”, explica. Lo peor es que al final “son personas mayores y sabemos que los acompañas en cierta forma a la puerta de salida”. “Por eso nuestro trabajo consiste en hacerles este último trayecto lo más bonito posible. Que sepan que se van a ir acompañados, arropados por las personas que estamos enfrente”, añade.

La limpieza forma parte de su trabajo / Elena Rosa
La limpieza forma parte de su trabajo / Elena Rosa

Ayuda a domicilio con Adama

La ayuda a domicilio en general consiste en “levantar a los mayores, ayudarles en la ducha, hacer la comida y acompañamiento, llevarlos a la compra, a pasear, al médico o al teatro”. “Trabajar con mayores está muy bien, porque la gente mayor no está encima de ti, te habla y lo que quiere es que los escuches”, comenta Adama. Entre sus usuarios están Lola Rojas y su marido Antonio Torres, de 83 y 85 años, y con los que ha emparentado, pues está casada con su nieto.

Porzuniega de origen, Lola Rojas vivió mucho tiempo en la calle Zarza de Ciudad Real, donde sus padres abrieron una pensión, y después se trasladó a Las Casas con su marido, donde regentaron un bar. Ahora todavía se apaña para hacer la comida, recoger y limpiar, pero Adama les sirve de gran ayuda. “Lleva tres años, uno con Mundo Cuidados, y estoy muy contenta con ella. Es muy buena chica y limpia muy bien”, señala. Acude 20 horas al mes, que son las que le ha concedido la Junta de Comunidades de forma gratuita.

Adama recogiendo un cuarto de baño / Elena Rosa
Adama lleva cinco años en España y es una de las trabajadoras con más usuarios / Elena Rosa

Canalizar el afecto hacia los usuarios cuando apenas tienes familia

A nivel emocional es un trabajo que les “reconforta”, con el que se sienten realizadas y donde entregan “el corazón”. “Quizás es un plus que tenemos la gente que venimos de fuera, porque en la mayoría de nuestros casos no tenemos familiares, una red muy extensa de familia, al margen de un hijo o nuestra pareja. Entonces, ese afecto que tú necesitas dar, lo canalizas a través de los usuarios”, comenta Gladys, que hace referencia al trabajo físico y emocional que realizan ella y Mari Ángeles con Sami, un hombre de 36 años, refugiado afgano procedente de la ciudad de Herat y que padece esclerosis múltiple.

De la confianza que se establece entre la trabajadora y los usuarios habla también Mari Sol Campos, que de momento tiene en su cartera una institución y un hogar. Para ella hay que tener en cuenta que “estas personas te abren la puerta de su casa y te dan la confianza como si fueras parte de su familia”. “Es fácil que la gente se encariñe contigo y por eso tratamos de dar la máxima calidad en el servicio, que sea un servicio de calidad humana y personalizado”, apostilla. De hecho, además de obtener sus certificados de profesionalidad se siguen formando. La misma Mari Sol acaba de realizar un curso de especialización en alzhéimer.

Las trabajadoras de Mundo Cuidados ayudan a Sami por las mañanas / Elena Rosa
Las trabajadoras de Mundo Cuidados ayudan a Sami por las mañanas / Elena Rosa

En la casa de Sami y su familia

Para comprobar esta relación de cariño y confianza solo hay que pasar unos minutos en la casa de Sami y su familia, acogido en uno de los pisos para personas solicitantes de protección internacional de Cruz Roja. Las trabajadoras de Mundo Cuidados, con el apoyo de una joven en prácticas de Cáritas, llegan a las 8.30 y empiezan a realizar ejercicios de respiración con Sami, “movimientos básicos, dependiendo de lo que podamos, ya que tiene muchos espasmos involuntarios”. El objetivo es que este informático de profesión no pierda movilidad, ayudadas por el pilates y el yoga, y que recupere fuerza, que la ha perdido en un brazo.

Sami se incorpora de la cama / Elena Rosa
Sami se incorpora de la cama / Elena Rosa

La ducha y el desayuno vienen después. Ese es el momento en el que Sami y su familia, con cuatro hijos de entre 4 y 13 años, interactúan. Sonríen y ponen mucho empeño en el castellano, de hecho, lo utilizan para hablar de su ciudad. Cuando salieron del Afganistán controlado por los talibanes tenían claro que querían acabar en España: Sami ya conocía el país, del que siempre le atrajo “el clima y la gente, que es muy simpática”, confiesa a Lanza. Sobre su silla eléctrica, una vez que ha comido huevo y té negro, coge rumbo hacia la sede de Cruz Roja, donde asiste a clases de idioma junto a otras diez personas, y se despide de la cooperativa hasta el día siguiente.

El mejor balance para Mundo Cuidados

Un año después de la puesta en marcha, la valoración no puede ser más positiva. “El balance es buenísimo. Estamos trabajando y, aunque al principio no cobrábamos mucho e incluso nada, porque no teníamos usuarios, poco a poco hemos ido ganando más. No nos vamos a hacer ricas, pero tenemos un medio sueldo y estamos cotizando a la Seguridad Social, que también son ganancias”, señala la presidenta de la cooperativa, de la que también forman parte Carlina Hurtado, Ana Castell y Fátima Benaliolu.

Después de levantar a Sami lo asean / Elena Rosa
Después de levantar a Sami lo asean / Elena Rosa

En este tiempo han dejado de ser “invisibles”, como son todas las mujeres que durante años trabajan en el sector de cuidados y limpieza sin figurar en ningún sitio, que según insisten, “no tienen derecho a nada”. Hoy tienen una sede y, exclaman, “uniformes”, pues también dignifica a las trabajadoras. Y luego está el calor humano, el que aportan los usuarios y el que intercambian entre ellas, mientras que mezclan acentos y palabras procedentes de medio mundo. “A veces recibo respuestas de los abuelitos que superan mis expectativas. Te dicen, no me beses, porque huelo mal, soy viejo. Y cuando les abrazo, sueltan una lágrima de emoción. Esas cosas son las que me llenan de energía, son el aliciente para levantarme cada mañana a las 7 y no importarme hacer 100 kilómetros, porque la respuesta es tan positiva que no me supone ningún esfuerzo”, concluye Gladys Salgado.

Mundo Cuidados / Elena Rosa
Las trabajadoras durante el desayuno con la familia de refugiados afganos / Elena Rosa
Noticias relacionadas:
Alumnos del colegio menor El Doncel de Ciudad Real se reúnen después de 50 años / Lanza
Sesenta personas se concentraron a las puertas de la biblioteca pública del Estado de Ciudad Real contra el Pacto Europeo de Migración y Asilo / Lanza
María del Mar Marques, concejala de Servicios Sociales de Valdepeñas / Maite Guerrero
Hombre en silla de ruedas / Archivo
La consejera de Bienestar Social, Bárbara García Torijano
Comisión Ejecutiva Regional del PSCM-PSOE.
Cerrar