El Aula Magna de la Facultad de Letras de Ciudad Real ha sido el escenario elegido para la presentación del primer libro de poemas de la estudiante del Grado en Historia del Arte, Raquel Aranda. “A flor de ser” es un libro de carácter introspectivo con el que busca conocerse y darse a conocer en el que reúne 27 poemas que responden a diferentes etapas de su vida.
“Con el paso del tiempo cada vez me he preguntado más qué soy yo. Al principio me costaba muchísimo responderme, pero finalmente y a través de la poesía, quizá como placebo o porque realmente es así, he conseguido conocerme un poco más y, ante todo, aceptarme”, explica en esta entrevista con lanzadigital.
PREGUNTA ¿Qué es para un joven como tú la poesía?
RESPUESTA.- A lo largo de mi vida, igual que a lo largo del poemario, porque al fin y al cabo es un reflejo de ella, he atravesado distintas fases. Primero he visto la poesía como un medio para expresarme, después como refugio para desahogarme y, finalmente, como arma, de expresión y de autoconocimiento.
Siempre he sido una persona extremadamente tímida y muy sensible a la que costó mucho abrirse a la gente porque mi familia se mudó a un pueblo pequeñito y perdí a mis amigos y esto me costó mucho. Desde los 7 años hasta los catorce años no volví a tener amigos. Y creo que eso ha hecho que me convierta en una persona realmente introspectiva.
P.- ¿La poesía te ha ayudado a conocerte, a aceptarte?.
R.- Con el paso del tiempo cada vez me he preguntado más y más qué soy yo. Al principio me costaba muchísimo responderme, pero finalmente, mediante la poesía, quizá como efecto placebo o porque realmente es así, he conseguido conocerme un poco más y ante todo, aceptarme.
Por ello, la poesía es para mí un arma a través de la que poder conocerme y ya que no tiendo a expresar lo que siento, ni a compartirlo con el resto de personas, pues al menos tener claro lo que soy para mí, lo que tengo para mí.
P.- ¿Y todas estas reflexiones las recoge “A flor de piel?.
R.- Si, a través de los 27 poemas que constituyen el libro. Están distribuidos en tres bloques y ordenados de forma cronológica. El primero recoge poemas que escribí entre los 15 y 16 años, que es cuando empiezo a jugar con la poesía y a preguntarme sobre lo que me rodea. Son poemas muy inmaduros y no tienen unicidad.
El segundo bloque responde a una mala fase que pasé entre los 17 y los 19 años y tiene un toque más triste del que se desprende que utilizo la poesía para desahogarme.
Y en la última fase, la más reciente, de los 20 a 22 años, se ve que adoro la poesía y que me doy completamente a ella porque reflexiono y me hace darme cuenta de que es lo único que tengo para conocerme y para aceptarme, porque lo he pasado un poco mal conmigo misma.
P.- Y la poesía ha actuado como bálsamo
R.– Si. Me ayuda mucho
P.-¿Mantienes contactos con otros poetas o asociaciones o vives la poesía en soledad?.
R.- Actualmente no estoy en ningún colectivo, pero cuando entré a la universidad me empecé a mover por círculos de recital y de poetas. Normalmente comparto eventos con ellos porque tengo esos contactos y pero ahora con Covid está todo muy parado y hace mucho que no he vuelto a recitar ni a tener contacto con ningún otro poeta.
P.- Y te gustaría retomarlo?.
R.- Me gustaría mucho
En el acto de presentación de esta primera incursión de Raquel Aranda en el mundo editorial estuvo acompañada por el catedrático de Filología Hispánica Rafael González Cañal y la profesora del Departamento de Historia del Arte María José Cuesta.
“Ella necesita poesía para expresarse, para comunicarse, para sacar a la luz lo que lleva dentro”, explicó el profesor González Cañal a este digital. Y eso es lo bonito -continuó-; en algunos de sus poemas se pregunta sobre lo que es la poesía y para qué sirve. Y a ella le sirve para, efectivamente, comunicarse”, concluyó