A. R.
Ciudad Real
Bifurcaciones y reencuentros marcaron el recorrido de la Pasionaria de Santiago, que desde la Plaza de la Reina del Perchel comenzó con sus Hermandades enlazadas hasta llegar a la calle Toledo, donde ‘Pilatos’ optó por seguir el recorrido ‘tradicional’ de la calle Vía Crucis, plaza del Carmen y Azucena hasta llegar al Camarín donde se reencontró con las otras Hermandades que se encaminaron por el Pasaje de la Merced y Caballeros hacia la Catedral para honrar a la Patrona de la ciudad e iniciar la ‘carrera oficial’. No obstante, la Santa Cena no cruzó la Plaza Mayor, sino que giró hacia Calatrava al estimar que la grúa de la calle Cuchillería impedía el paso del Misterio, mientras que Pilatos, Longinos y la Dolorosa de Santiago subieron por las calles Lanza, Conde de la Cañada, Libertad y Lirio hasta Quevedo para regresar al Guardapasos.
Más de medio centenar de niños con túnicas de la Hermandad de los Estudiantes precedieron a la Banda ‘Solera Musical’, conformada por 40 miembros de distintas Cofradías con motivo del 40 aniversario de la creación de la Banda de Cornetas y Tambores de la Santa Cena, cuyo paso, empujado por 13 hermanos, ‘los malditos’, lució exorno floral de rosas y lilium rojos.
Los hermanos más veteranos estuvieron en todo momento atentos a que el Misterio de grandes dimensiones realizara bien los giros, ayudando a corregir maniobras como al tomar desde la calle Ángel la plaza de Agustín Salido. Hermanos con cirios blancos y más de una decena de mujeres de mantilla alumbraron el avance de la Virgen del Dulce Nombre, que lució en el fajín la Medalla de la Ciudad y cuyo paso de palio se engalanó de rosas, astromelias y lilium blancos y estuvo arropado por la Banda Sinfónica Municipal de Música de Pozoblanco que acudió con 84 miembros e interpretó, entre otras composiciones, ‘Tras tu Dulce Nombre’.
Del Rectorado salieron ambos pasos para, a partir de la plaza de Santiago, encabezar la Pasionaria de Santiago seguidos de ‘Pilatos’, que partió del Guardapasos, con los animosos ritmos de los 38 tambores de su Banda Infantil, a la que se incorporaron siete nuevos, que precedieron al paso del Niño, con un exorno de un manto de claveles blancos y la cruz de Santiago en claveles rojos, portado por doce jóvenes de 14 a 18 años, con una cuadrilla para los reemplazos integrada por un total de 27. Predominó el rojo eminencia característico de la Hermandad con los hermanos con cirios granates y faroles y en la presidencia estuvieron presentes la diputada provincial, Montserrat Castro, y el secretario del Colegio de Abogados, Óscar Ruiz.
La plasticidad del paso de Pilatos, a la que contribuye el dinamismo de las túnicas, capas, el toldillo e incluso las propias rosas rojas del exorno floral, volvió a encandilar a los ciudarrealeños con la vivacidad, de ímpetu controlado, de su avance y maniobras. Se estrenó el plateado de la corona del Cristo y salió por primera vez el estandarte guía de Pilatos, Hermandad que realizó un recuerdo especial en la calle Vía Crucis a hermanos difuntos y un saludo a las hermanas Carmelitas en la plaza del Carmen.