El atracón de lluvia que está dejando el paso de la borrasca atlántica Mónica -al final la han nombrado- por la provincia de Ciudad Real ha desbordado el cauce del río Bullaque a la altura de la Tabla de la Yedra de Piedrabuena, un fenómeno que cada vez se repite con menos frecuencia en esos inviernos anormales, cálidos y secos, en los que se cuenta cada borrasca como si fuese un premio de la lotería.

La mayor crecida del invierno en el Bullaque
Este fin de semana el Bullaque, el principal afluente norteño del río Guadiana en Ciudad Real ha experimentado la que parece la mayor crecida de un año hidrológico irregular, como tantos ríos de la zona oeste de la provincia, que están remontando de las malísimas expectativas de agua y reservas para afrontar el verano.
Muchos paseantes han visitado este domingo la popular zona de ocio en la naturaleza de Piedrabuena para ver como el río se ha comido casi literalmente las pasarelas de acceso al baño o corre a la altura del puente nuevo.

Más chubascos este domingo en muchas poblaciones
La borrasca se retira en las próximas horas de la Península pero este domingo todavía han caído chubascos más débiles (y no se descartan hasta el final del día) en la comarca de Cabañeros. La estación meteorológica del parque nacional ha recogido casi 10 l/m², 2,2 l/m² en poblaciones como Abenójar, 10 l/m² en Fuencaliente, en el Valle de Alcudia y Sierra Madrona y hasta 2,4 l/m² en Villanueva de los Infantes, en el Campo de Montiel, la comarca con más probables de abastecimiento.