Las partes del juicio repetido en la sección primera de la Audiencia provincial de Ciudad Real por el caso de Rosa Lidia L., la mujer apuñalada y arrojada desde el segundo piso de una vivienda de Alcázar de San Juan, han mantenido sus posiciones en las conclusiones, mientras que los tres acusados, Luis Miguel F. R., Janibel S. C. y Altagracia Mercedes F. P., han mantenido su inocencia en el turno de última palabra.
Los hechos ocurridos el 29 de noviembre de 2015 se han juzgado por segunda vez con otro tribunal en un plenario que ha quedado visto para sentencia tras dos largas sesiones de comparecencias.
El fiscal ha sostenido su petición de 9 años de prisión para cada uno de los tres procesados por un delito de intento de homicidio, mientras que la acusación particular ha pedido 14 años y once meses de prisión para cada encausado por un intento de asesinato, aunque subsidiariamente se ha sumado a la reclamación del Ministerio Público si el tribunal no tiene en cuenta esta primera petición.
Las dos defensas de los tres acusados, por su parte, han solicitado al tribunal la absolución, al asegurar que la víctima se autolesionó con el cuchillo, presa de un brote psicótico.
Como en el primer juicio, el argumentario de los representantes de los procesados se ha centrado en la versión y salud mental de la víctima, un extremo que el abogado de la acusación particular ha afeado al comparar la credibilidad que se ha dado a la versión contraria, frente al continuo cuestionamiento de la joven, por ser “una persona sin medios, en situación irregular, sin estudios, que se ha dedicado a la prostitución y que ha declarado consumir drogas esporádicamente”.
Entorno hostil
El fiscal ha basado su acusación en el ataque que ha dado por cierto de los tres victimarios a la joven por negarse a hacer de ‘mula’. Los hechos se produjeron “en un entorno hostil” para Rosa Lidia, al estar en una casa y en un pueblo que no conocía y, por tanto, agravaron el desenlace. “Afortunadamente no consumaron la agresión para acabar con su vida”, ha dicho, a la vez que ha recordado los ataques, primero por las mujeres con las cuchilladas y después del hombre defenestrándola.
Desde el punto de vista delictivo, “hay un móvil” como es el viaje propuesto y rechazado, además de la intencionalidad “activa” de los tres procesados.
Por el contrario, la joven atacada ha tenido, según el fiscal, un “relato coherente” en todas las instancias, después corroborado por la madre en la misma sintonía. Es una versión, además, “respaldada” por los seis informes médicos que hoy han ratificado sus autores.
No obstante, la acusación pública ha disculpado alguna “contradicción” de Rosa Lidia por el fuerte shock y el ataque de pánico que sufrió al verse acorralada cuando ocurrieron los hechos.
Rechaza un juicio paralelo
Más contundente ha sido el abogado de la acusación particular, quien no ha visto contradicción en las declaraciones de la víctima. “No hay discrepancias a la hora de fijar la autoría”, ha dicho, tan sólo cometió “omisiones intencionadas por miedo”.
Respecto a la posible autolesión este letrado ha dicho que es “intelectualmente irracional y pericialmente imposible”, a la vez que ha descartado intencionalidad pues “ha sido honesta en las declaraciones sobre su vida”. Igualmente, la interrupción de sus tratamientos lo ha interpretado como que “no tiene interés económico”.
Ha rechazado que se esté haciendo un juicio paralelo a su patrocinada, y también ha consignado de manera “clara” que hubo “premeditación y estrategia” sin género de dudas en el apuñalamiento y precipitación desde la ventana de Rosa Lidia por parte de los tres procesados.
Al margen de que la joven se hubiera planteado participar en un hecho delictivo, su defensa se ha basado “en la protección del bien común”, que en derecho penal “es la vida”.
También sufrieron estrés
El abogado de Luis Miguel F.R., Janibel S. C. se ha fijado en el estado de nervios de la víctima como desencadenante de los hechos. Hasta el punto de que ellos también sufrieron “estrés y alarma”. Ha recordado que sus patrocinados no recuerdan cómo bajó la víctima a la calle, solo que ellos la vieron tirada en el asfalto y llamaron a la policía. Previamente, la intentaron auxiliar “para evitar que pierda la vida”.
También ha respaldado la versión coherente de la pareja, que tanto a la policía como al personal médico que llega en primera instancia le hablan “de autolesión, no que se quisiera quitar la vida”, ha puntualizado.
En todo momento, ha mantenido que la joven atacada sufrió un brote psicótico que la hizo delirar, así como ha denunciado las contradicciones en sus propias manifestaciones, pues, al parecer, sí habló la principio de una crisis autolítica.
También ha cuestionado que la caída desde la ventana “fuera ese día”, al no haber señales de violencia en el piso, y ante la situación de defensa y movimiento de los miembros por parte de la víctima.
Sin criminalidad
En la misma línea, el letrado de Altagracia, ha subrayado las declaraciones de la policía y primera médica que la observó, “que no vieron indicios de criminalidad” y dieron “credibilidad” a la versión de los supuestos atacantes.
También ha visto que la declaración de la víctima “ha ido decayendo”, dado que no sabía “cuántas heridas tenía ni quién se las hizo”.
Sobre su patrocinada, la ha disculpado y ha dicho que “no se entiende que estando con sus tres hijas, baje y le clave un cuchillo”. Al contrario, “se lo sacó”, así como después fue al hospital a interesarse por su salud.
Forenses: está viva de milagro
También han comparecido seis médicos forenses, varios por videoconferencia, que en diferentes momentos del proceso de casi un año de curación de la víctima -estuvo 253 días hospitalizada, 27 en la UCI, 49 en planta y 177 en el Hospital de Parapléjicos de Toledo- la trataron. Han coincidido en que las graves heridas internas que sufrió por los cortes, una le atravesó el páncreas y le llegó casi al hígado, y las fracturas de vértebras y otros huesos por la caída son incompatibles con una agresión autolítica y una precipitación voluntaria desde la ventana. Más bien, son propios de un ataque de terceros y una caída “en altura”, respectivamente. “Está viva de milagro y por la excelente profesionalidad de los médicos”, ha llegado a decir una de las especialistas.
También han valorado que su estado mental se normalizara en los siguientes días, y no hubiera persistido la enajenación que se precisa para infligirse autolesiones tan “dolorosas”.
Como testigos, dos policías que participaron en la investigación, han declarado en esta sesión y han señalado que iniciaron las indagaciones por un oficio del juzgado de instrucción número 3 de Alcázar de San Juan, tras ver indicios de criminalidad en el suceso. Uno de ellos, ha mostrado preocupación, a preguntas de la acusación, porque los presuntos agresores pudieran “haber terminado el intento de homicidio”, en base a la poca empatía y miedo de la mujer a declarar, y a la tensión que sufría cuando aquellos la visitaban en el hospital.
Los hechos
Los hechos que se han juzgado se remontan a hace cinco años y medio cuando los tres acusados, la víctima y otra compañera del club de Miguelturra donde las mujeres trabajaban viajaron hasta Alcázar. Rosa Lidia se fue a casa de Luis Miguel y Janibel, entonces su novio, en el segundo piso de un bloque, mientras que Altagracia subió al tercero, donde vivía con sus tres hijas.
Momentos más tarde, se inició una acalorada discusión entre la pareja y la víctima, al parecer por la negativa de ésta a realizar un transporte de droga desde República Dominicana, país de origen de las mujeres, a donde Rosa Lidia iba a viajar en enero.
El enfrentamiento se fue acalorando hasta que según la agredida recibió una puñalada de la mujer mientras que el hombre la sujetaba, así como minutos después, bajó su vecina de arriba, requerida por los supuestamente agresores, y la volvió a apuñalar.
Finalmente, en unos momentos no muy claros, según las versiones de los presentes en el acto luctuoso, el hombre la habría arrojado desde una ventana a la calle, donde cayó boca arriba muy mal herida.
Última palabra
En el turno del derecho a última palabra, los tres acusados han proclamado su inocencia. El hombre ha dicho “que lo único que hicimos fue ayudar desde el minuto 1 a ella y a su madre amablemente, que venía a comer y ducharse. No nos despegamos hasta que urdieron su plan. Ojalá Dios la perdone”.
Por su parte, Janibel ha recalcado que “somos inocentes y no criminales”, mientras que Altagracia ha sostenido que “lo único que hice fue tratar de salvarle la vida”, a la vez ha lamentado que sus hijas se hayan enterado de que trabajaba en un club de alterne.