Cuenta Jesús Delgado, conocido por el indicativo EA4PC, que cada año el mejor regalo de Navidad que puede hacer a la sociedad es poner su radio a disposición para conectar con sus familias a personas que están aisladas en los lugares más recónditos del mundo.
Lo hizo durante la Guerra de los Balcanes, cuando la Unión de Radioaficionados de Ciudad Real (URCR) reunía a los refugiados que vivían en la provincia en un colegio para recoger sus datos y pasarlos a un colega argentino que vivía en Montenegro.
Desde Alcázar de San Juan, Juan Francisco Martínez (EA4AFI) quedaba todos los sábados por la tarde en una frecuencia con un radioperador de un barco español situado en frente de Puerto Split en la antigua Yugoslavia.
Le pasaba los nombres de los refugiados que habían llegado a España sanos y salvos para que lo supieran sus parientes que aún estaban en territorio de contienda. De allí salían y no sabían hasta entonces nada de ellos.
El contacto con los marineros aislados en la inmensidad del Atlántico
También lo ha hecho durante décadas Jesús Delgado al contactar con los marineros gallegos y asturianos que están durante meses alejados de sus familias y perdidos en la inmensidad del océano Atlántico, cerca de las costas centroafricanas, o en mares del norte de Europa.
“La flota española es una de las más grandes del mundo y los marineros, cuando tiran las mareas, no saben cuándo van a volver”. Cuando hay “buena faena” vuelven en uno o dos meses, pero otras veces llegan a estar lejos de su tierra más de seis.
Aislados en los barcos, Jesús Delgado forma parte de esa red de radioaficionados que sintonizan sus frecuencias para charlar y atender su principal deseo: hablar con sus familias.
Reconoce que “es realmente muy emocionante” escuchar “conversaciones tan normales cómo que un familiar ha tenido un hijo o que alguien ha dado un golpe al coche, pero no ha pasado nada, en el ambiente de felicitaciones navideño”.
“Radio humanitaria” con los misioneros en países en desarrollo
Para él practicar la “radio humanitaria” es la que “te hace sentir orgulloso de ser radioaficionado”. La misma que practica cuando contacta con religiosos que trabajan en países en desarrollo de América Central y África.
Cuando llega la Navidad, “muchos desean felicitar a sus familias” y, según explica Jesús Delgado, “muchas veces las conferencias por teléfono son muy caras o imposibles”.
Los radioaficionados convierten la señal de radio de los misioneros para que llegue a los teléfonos de sus familiares. “Para ellos es muy importante, porque muchas veces es la única comunicación durante meses o incluso años”, afirma EA4PC.
El reporte meteorológico y la tierra de Don Quijote
“La radio fue la primera red social del mundo”. El presidente de la Unión de Radioaficionados de Ciudad Real destaca que “la radio no conoce fronteras”. “Cuando hablas, te puede contestar alguien en cualquier parte del mundo”.
Si el radioaficionado tiene en cuenta el cambio horario, con Latinoamérica es muy fácil hablar. “Hay zonas en las que puedes hablar como si estuvieras hablando con cualquier provincia de España”. Y con Europa también ocurre.
Al ponerse en comunicación, lo primero es dar el indicativo, que incluye la zona a la que pertenece el radioaficionado y su nombre. “Aquí Echo Alpha 4 Papa Charlie, ¿alguien en frecuencia por aquí?”, dice Jesús por uno de los aparatos.
Cuando hacen llamadas internacionales, es habitual hacer referencia al lugar donde están situados, en Ciudad Real, “a 200 km al sur de Madrid” y “en la tierra de Don Quijote, La Mancha”. También aluden a la climatología, aunque la conexión sea dentro de la misma provincia.
Desde Piedrabuena, cerca de la Tabla de la Yedra, responde Rafael a través del repetidor 1-26 con un kalkie-takie. “Estamos a 12 grados y el cielo está nublado, aunque la altura de las nubes es elevada. Estamos en línea recta a 6 kilómetros del repetidor y a una altitud de unos 600 metros”, indica.
Además, aprovecha para invitar a toda la gente a que pasee por este paraje del río Bullaque. “Es un entorno envidiable y el agua se ha vuelto a recuperar después del verano, por lo que es perfecto para pasear guardando las distancias de seguridad”.
De la parte técnica a la radio por entretenimiento
A través del repetidor R5 de Piedrabuena, también contesta Juan Miguel de Puertollano, a la altura del Carrefour, en Las Pocitas del Prior. “La radio es una afición muy bonita y muy amplia”, dice él, que la utiliza “prácticamente a diario”.
Practica con las comunicaciones vía satélite, el rebote lunar, la telegrafía y la comunicación digital, “porque los radioaficionados también nos tenemos que actualizar”. “Aquí hay para todos los gustos”, apunta.
En la sede provincial de la Unión de Radioaficionados de Ciudad Real, inaugurada recientemente en la Casa de la Ciudad y que fue durante años uno de los retos del colectivo -también tienen sede en Manzanares-, hay aparatos para hacer radio por diferentes bandas.
Tienen una mesa para trabajar la banda VHF y UHF a nivel regional, provincial y local; luego la HF para contactar con el resto de España, las islas y países de Europa; y además tienen una mesa PMR con hilo de 27 megahercios para principiantes, con sus correspondientes antenas.
En las paredes hay mapas con los códigos, hay un casillero donde se colocan las tarjetas que reciben los radioaficionados según consiguen retos y en el tejado del edificio hay diferentes antenas. Antonio Torres (EA4COI) habla de las “tarjetas qsl”, unas variantes de las tarjetas postales que confirman el contacto con una estación.
Cinco repetidores existen además en la provincia, dos en Piedrabuena, que es “un punto estratégico”, y otros en La Solana, Puertollano y en Despeñaperros. “Damos cobertura a casi toda la provincia y nos solapamos con las de alrededor”, apunta Delgado.
Además, en su casa, cada radioaficionado tiene “su tesoro”, que consigue durante muchos años de afición. Desde allí, “con sus propios medios”, emite y habla con todo el mundo, “e incluso fuera de él”. Con algo de puntería puede hablar incluso con los astronautas que están en la Estación Espacial Internacional.
350 radioaficionados en Ciudad Real
Ciudad Real es territorio de radio, pues existen alrededor de 350 licencias de radioaficionados. En Castilla-La Mancha rondan las 1.500 y en el resto de España llegan a 32.000.
Entre los nuevos está Ángel Sánchez, con indicador EA4HCL, que lleva con licencia “un año, tres meses y trece días”. Para él es tan “ilusionante” que por eso le falta contar los minutos.
Su afición viene desde que escuchaba aquella antigua radio de válvulas y aquella otra de onda corta donde oía ‘Radio París’. Ahora no hay día que salga a pasear a su perra con el walkie-talkie. A través de los repetidores ha conseguido contactar hasta con Madrid.
La afición tuvo su eclosión en los años 90, pero cayó a la mitad con la aparición de la telefonía móvil, cuando desapareció la necesidad de estar conectado por la radio. Hoy solo quedan en las frecuencias “los verdaderos radioaficionados”, que empezaron a “cacharrear” desde pequeños.
“El radioaficionado es una pasión y una forma de vida que no ha perdido su magia pese al paso del tiempo y el avance de las nuevas tecnologías”, destaca Jesús Delgado, que hace referencia al aumento de usuarios de las frecuencias en el año del Covid-19.
Los radioaficionados están preparados ante cualquier emergencia, de hecho, tienen sus instalaciones a disposición de la sociedad ante cualquier crisis en el mundo de las comunicaciones, y como el resto de la sociedad han sabido adaptarse a la pandemia.
Una “válvula de escape” para las familias en la pandemia
El confinamiento hizo que antiguos radioaficionados recuperaran sus aparatos y además permitió un acercamiento de los más pequeños de las familias a este medio de comunicación. “La radio te conecta con la gente”, insiste Delgado.
Según explica Juan Francisco Martínez, la Unión de Radioaficionados Española consiguió que la Administración permitiera participar a los más jóvenes “como segundo operador de los equipos” bajo el seguimiento de los titulares de las licencias.
Así, sirvió de “válvula de escape” para toda la familia a través de iniciativas como el #quedateencasa y #unidosporlaradio promovido por la Asociación Cultural de Radioaficionados Costa Blanca, que es una de las más importantes del país.
Asimismo, algunos profesores utilizaron la radio para comunicarse con sus alumnos en zonas rurales con mala cobertura digital, confirma este radioaficionado que desde su “modesta instalación” tiene trabajados Japón, Australia, la Polinesia Francesa y Estados Unidos.
Más de un ‘Very strong for Spain’ –mucha fuerza para España- se ha escuchado en los últimos meses, en los que desgraciadamente también han desaparecido habituales voces de la radio como consecuencia de la pandemia.
“Las antenas no necesitan mascarilla” esta Navidad
En Navidad, Jesús Delgado se siente obligado a felicitar a todos los radioaficionados, “a los que tienen licencia activa y a los que quieren en un futuro meterse en este mundillo apasionante”. “Las antenas no necesitan mascarilla, por lo que animo a los ciudarrealeños a coger el micro y a desempolvar los equipos”, concluye.