La crisis del coronavirus ha incidido de diferente manera en el sector lácteo y en productos tan emblemáticos para Ciudad Real como el queso manchego. La evolución media en las ventas de un producto tan especial en los meses de pandemia se han visto frenadas por el cierre de bares y restaurantes, y por las restricciones en las exportaciones, si bien el consumo minorista en tiendas y supermercados ha salvado al sector. Ha habido de todo, y frente a las destacadas subidas de algunas queseras contrastan las preocupantes caídas de otras.
El CRDO Queso manchego en positivo
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Queso Manchego es una de las entidades que ha cerrado el primer cuatrimestre de 2020 en positivo. Según Pedro Condés, director de organización del consejo, la elaboración de queso manchego ha subido en estos meses una media del 13%, al igual que la producción de leche.
El dato refleja el aumento de la demanda de este alimento en los lineales durante la pandemia, tras dar relevo “al buen comportamiento” registrado en los dos primeros meses de comercialización del año.
“La mayor parte del queso se vende fuera”, señala Condés, si bien “las tiendas y supermercados han estado más asequibles al comprador medio” durante el estado de alarma.
A su juicio es un producto por sí mismo y en cualquier época “muy socorrido que aguanta, que se coge fácilmente de una estantería, y es propio para consumir como comida o cena”.
La realidad es que la actividad ha tenido dientes de sierra en función de la “estrategia adoptada” en cada fábrica. En algunas “ha bajado” y en otras “ha subido”, pero con un promedio en positivo. En ello ha influido que las ventas internacionales, principal canal de salida del queso manchego de leche de oveja, se hayan mantenido y el cierre del canal Horeca (hoteles y restaurantes), “haya perjudicado menos”.
Buen balance de 2019
Condés también celebra las buenas cifras de 2019 en el marco del CRDO Queso Manchego. En concreto, la producción creció en un 6,64% respecto al año anterior, al haber registrado 16,6 millones de kilos del producto certificado.
Del total, 11,2 millones se destinaron al mercado exterior, con una subida del 14,64%, y dentro de una tendencia al alza que se consolida en países como Estados Unidos.
El mercado americano fue el principal cliente internacional del queso manchego, al copar el 32,33% del total elaborado bajo la certificación de la marca protegida. Compró 5,3 millones de kilos, un 13,71% más que en 2018.
Las cifras apenas acusan el efecto de los aranceles impuestos por el gobierno de Trump a varios países europeos como España, aunque “nos da más miedo lo que vaya a pasar este año”.
La curva se invirtió en el caso del mercado interior, pues, según Condés, fueron comercializados 5,4 millones de kilos, que supusieron una bajada del 6,8% respecto a 2018, y podría seguir en esta tendencia tras la pandemia.
Para Condés “es muy aventurado” hacer una estimación, aunque un mayor descenso vendría de fuera, ante hechos como la salida de Reino Unido y otros factores internacionales.
Quesos Rocinante: Un mal mes de abril
Quesos Rocinante es una de las fábricas queseras que ha notado una bajada de los pedidos en tiempos de pandemia.
Aunque no han parado las líneas de producción de su amplia gama de quesos, la empresa ha “tenido que ajustarse a la nueva realidad” y ha presentado ERTEs, destaca José Antonio Ruiz-Valdepeñas, el gerente.
La compañía es una de las más conocidas y con más implantación en la región: en 2019 facturó 14,5 millones de euros, el 70% obtenido a través de la exportación, y produjo 1,5 millones de kilos en los diferentes formatos y variedades, 850.000 kilos de queso manchego con DO y el resto de mezcla (vaca, cabra y oveja), puro de cabra, cabra al vino, al romero o ibérico madurado en AOVE.
La pandemia lastró en abril, indica Ruiz-Valdepeñas, parte la actividad de la quesera, ubicada en Malagón, tanto por el parón del consumo interior y el confinamiento, como por la aminoración de las operaciones internacionales.
Afortunadamente, mayo “está siendo mejor”, con una “cierta recuperación”, principalmente por el dinamismo exterior, que hará que el grupo Cuquerella termine el quinto mes “en una posición por debajo de otros mayos, pero mejor que en abril”.
Con todo, la empresa también ha notado “un incremento” en pedidos de referencias de consumo en lineales de grandes superficies y supermercados, como las cuñas, o tablas, “más accesibles a la ciudadanía”.
Un futuro más incierto tendrá, según Ruiz-Valdepeñas, el consumo ligado al turismo y la restauración, que “va a seguir estando tremendamente afectado” y que dejará un balance “peor”. También está por ver, a su juicio, “el impacto de la crisis sanitaria a nivel social”, ante previsibles “cierres de empresas y altos niveles de paro”.
Gómez Moreno: mejor en ventas directas
En la misma línea, la herenciana Quesos Gómez Moreno también ha tenido puntos de caída de actividad por el cierre del canal hotelero y la restauración, mientras que en las ventas en tienda, vía online y a través de la distribución para supermercados se han mantenido “más o menos igual”.
José Ángel Gómez, gerente de la quesera, con 14 empleados (también tienen pastores), explica que el 45% de la producción es comercializada en países terceros, principalmente de Europa. Estados Unidos es otro de sus clientes exteriores con más peso en la compra de sus quesos.
Gómez Moreno produce una amplia gama de variedades de este producto para cubrir diferentes paladares, y son muy reconocidos en los circuitos internacionales de promoción. Entre los últimos galardones que han recibido, destaca Gómez, están el Premio Gran Selección Plata 2019 para su Queso Manchego Semicurado Artesano Carpuela, y el medalla de plata en el International Cheese Awards 2019 para su Queso Manchego curado pasteurizado Don Gregorio.
Quesos Don Apolonio: una gran caída
Luciano Mata Rodríguez, tercera generación de Quesos Don Apolonio, fábrica especializada en quesos de cabra, oveja y mezcla con la tradición y la calidad del queso de La Mancha, destaca un fuerte decrecimiento en su comercialización durante la pandemia.
Tanto, que ha alcanzado una caída de más del 90% y les ha llevado a tener que almacenar los quesos en grandes volúmenes.
La causa: el parón del consumo y de las compras de las grandes empresas para hoteles y restaurantes. Afortunadamente, la dinámica de una fábrica que elabora al año entre 700.000 y 800.000 kilos, ha cambiado, y ya han notado “un incremento de las ventas”.
La empresa, de tradición centenaria, contempla una dinámica diaria que va desde la obtención de la materia prima –leche de vaca, cabra y oveja, a la producción de una amplia variedad de quesos. En uno de ellos, explican, la leche es pasteurizada, y en los quesos artesanos la leche se usa en cruda, estando terminantemente prohibida su venta antes de los primeros 60 días de su elaboración.