El sábado durante toda la mañana y buena parte de la tarde, en el marco del paraje natural de El Peral, realizaron visitas guiadas a la villa romana que se está excavando en este lugar. Más de 300 personas pudieron disfrutar de lo que se ha excavado hasta el momento en este yacimiento de cronología romana, guiadas por los socios de ORISOS y los codirectores de la excavación, que les acompañaron a lo largo de todo el recorrido, mostrándoles la bodega romana excavada en campañas anteriores, donde se han podido documentar las diversas partes que componía este lugar, antecedente de lo que muchos siglos después, en la actualidad, se consagraría como una de las zonas de producción vitivinícola más importantes, como explica Orisos en nota de prensa.
Esta bodega, de unas dimensiones considerables para la época, dispone de una nave de almacenamiento del vino –cella vinaria-, en donde estarían los dolia o tinajas de la época, que contendrían el vino. De estos recipientes cerámicos romanos se han documentado varios fragmentos en el transcurso de la excavación. También se han identificado otras partes importantes de la bodega, como la zona de pisado y presando de las uvas, espacios que no difieren mucho de los que se han utilizado hasta hace pocas décadas en nuestras bodegas, así como de la parte donde se ubicaba el mecanismo del contrapeso.
Espacio termal
Para los visitantes, muchos de ellos repetidores de anteriores jornadas, fue una sorpresa agradable descubrir la nueva zona excavada este año, donde se ha documentado un espacio termal privado o balneum, relacionado, sin duda, con la posible villa romana que se localiza en este lugar. Este baneum reúne todos los requisitos básicos de las termas que se extendieron a lo largo y ancho del Imperio, es decir, sala fría, sala templada y sala caliente, con un hipocaustum en considerable buen estado de conservación, donde se ha identificado una pequeña bañera y una posible sauna –sudatio-, instalaciones termales que serían utilizadas por los ricos propietarios de esta villa y sus visitantes, según explica Orisos.
Este lugar guarda aún muchas sorpresas que irán viendo la luz en próximas campañas arqueológicas y en las que ORISOS participará y fomentará como hasta ahora, para que la gente interesada lo visite y disfrute de este patrimonio.
Ruta de los respiraderos de las cuevas
El domingo fue el turno de las cuevas de Valdepeñas, otra actividad fomentada por la Asociación ORISOS y el Equipo de Investigación que lleva a cabo el estudio de estas construcciones subterráneas, donde los participantes disfrutaron viendo y descubriendo, en muchos casos, “las lumbreras o respiraderos de las cuevas, espacios enmarcados generalmente en las fachadas de casas y bodegas de la ciudad del vino, y que permiten rememorar tiempos pasados en los que las cuevas, ahora silenciosas, la mayoría, eran un elemento esencial de la cultura del vino local, sirviendo estos respiraderos de vías de comunicación necesarias e imprescindibles, de las cuevas con el exterior”.
Las visitas propuestas contemplaban un recorrido histórico por las calles de la localidad, donde, a la vista de estos respiraderos, se fue hablando de aspectos arquitectónicos, históricos, económicos, sociales, antropológicos… tanto de los edificios que conservan estos respiraderos, así como incluso de sus antiguos habitantes.
“Sin duda, un buen ejercicio visual que los participantes no van a olvidar fácilmente y tendrán presente cuando anden por las calles de Valdepeñas observando, a ras de suelo, en las fachadas, estas diversas lumbreras y su amplia tipología, como reminiscencia de un pasado no muy lejano en el que las cuevas estaban llenas de vida…y de vino”.