Son las cinco de la mañana de un domingo de Cuaresma. Álvaro (34) se despierta tranquilamente. Se hace el café y le da al play en Spotify o Youtube. Si es lo primero, sonará alguna marcha de Semana Santa. Si es lo segundo, verá algún vídeo de alguna cofradía sevillana, cordobesa, jerezana o ciudarrealeña.
Álvaro hace la ronda y recoge a los otros tres integrantes del ‘comando Guadalajara’, como les dicen algunos compañeros, antes de recorrer los 2.000 kilómetros que les separan de Ciudad Real, donde son costaleros de Jesús Cautivo, titular de la Hermandad del Prendimiento.
Ven amanecer en la autovía dirección a la capital ciudarrealeña, donde lo normal es que sean sus costaleros quienes se desplacen a Sevilla o Córdoba en busca de participar en oficio único, como es el de procesionar a los pasos religiosos bajo las trabajaderas. En este caso, los cuatro alcarreños llegan a Ciudad Real para el mismo cometido, pero con más valor, dado que llegan para compartir unas pocas horas de ensayos, y después volver a sus casas y obligaciones.
Es un trajín elegido que Álvaro y Christian abrazan y comparten con Lanza en las vísperas de la Semana Santa.
Un técnico de automatización y un analista de laboratorio
Álvaro Hidalgo Ibáñez y Christian Moreno Ayllón, ambos de Guadalajara. Álvaro tiene 34 años y es técnico de automatización, mientras que Christian tiene 27 años y trabaja como analista clínico. Ambos gestionan una cuenta de Instagram dedicada en exclusiva a sus vivencias como costaleros.
Se conocieron alrededor del 2006 durante la Semana Santa, específicamente en la Hermandad de la Pasión de Guadalajara, donde formaban parte de un grupo de tambores. Continuaron participando juntos en esta hermandad hasta el 2015, momento en el que decidieron convertirse en costaleros.
Su historia con el paso de misterio del Prendimiento viene de lejos y Álvaro afirma que “lo llevaba siguiendo muchos ambos”. Tanto él como su compañero Christian sacaban otro paso el Domingo de Ramos en Alcalá de Henares. A raíz de un cambio, se marcharon y se plantearon ir a pedir sitio a Ciudad Real, al paso de Jesús Cautivo. Resulta curioso preguntarles por qué seguían al Prendimiento tan de cerca: “Porque somos unos frikis de los pasos”, comentan entre risas. Una vez pasado el Covid, decidieron probar suerte, y entraron “porque hubo huecos y cuadramos”.
“Vamos con ilusión porque vamos a hacer lo que nos gusta”
Ellos dejan claro que ir al Prendimiento es “por ver que se hacían las cosas bien” y porque “llamó la atención verlo en vídeos, con la ciudad llena y el ambiente que se crea alrededor”. Álvaro bajó un año antes que Christian, al igual que otros dos compañeros de Guadalajara que también entraron. Ahora mismo, los cuatro forman parte de la cuadrilla de costaleros del paso de misterio de Jesús Cautivo. Este año han tenido seis citas en Ciudad Real: igualá, cuatro ensayos y la salida extraordinaria del XXV Aniversario.
Christian asegura que desde la cuadrilla y el cuerpo de capataces “sólo recibimos facilidades, porque la hermandad nos ha acogido muy bien”. Con ello, afirman que hacen el viaje “con muchísima ilusión de ser partícipes de algo grande”. Los dos señalan que no les cuesta levantarse porque “vamos a hacer lo que nos gusta”.
Una vez terminado el ensayo, comen algo y se vuelven a Guadalajara para afrontar sus obligaciones laborales. Álvaro trabaja a turnos y comenta que eso a veces le supone problemas: “Tengo que andar pidiendo favores para cuadrar todo”, pero también añade: “Lo hago con gusto”. Sus compañeros costaleros les dicen que “están locos estos alcarreños” por la dureza del proceso de ir y venir en el mismo día. Los ciudarrealeños están familiarizados con los desplazamientos para ser costalero de un paso.
Ellos aseguran que su objetivo, con el relevo generacional y con lo que están construyendo basándose en la afición al costal, es quedarse en Guadalajara y alrededores “disfrutando de lo que más nos gusta, que es sacar pasos”. Venir a Ciudad Real, para Álvaro y Christian, supone “mucho tiempo y mucho dinero”, pero señalan que no les queda otra si quieren disfrutar del oficio costalero. “Ojalá y algún día pueda disfrutar en mi ciudad de igual manera sin tener que moverme 250 kilómetros”, comenta Álvaro.
Respecto a sus gustos sobre los pasos, Álvaro y Christian tienen afinidad. A ambos les gustan los misterios con cambios, aunque Christian señala que de unos a años a esta parte se ha vuelto “más fino” y aprecia más los cambios hechos con agrupación que con cornetas y tambores, y sin abusar de ellos. Citan al misterio de la Redención de Sevilla como ejemplo. Álvaro, por su parte, lo único que señala, a su pesar, es que no le gustan los palios para ser costalero: “Ese andar es muy muy duro”.
El XXV Aniversario del Prendimiento
Álvaro y Christian han vivido este año uno de los momentos más especiales de la Hermandad de Jesús Cautivo y María Santísima de la Salud: el XXV Aniversario de la fundación de la hermandad. Por ello, el Prendimiento está llevando a cabo un 2024 plagado de eventos extraordinarios. Hace dos semanas, Jesús Cautivo salió en procesión desde la S.I.P.B. Santa María del Prado en uno de los puntos álgidos de la Cuaresma ciudarrealeña este año.
Ambos comentan que lo vivieron como algo único: “Vinimos a Ciudad Real el sábado y nos volvimos a Guadalajara el lunes a mediodía”. No pierden la ocasión de agradecer a toda la hermandad, a los costaleros y al equipo de capataces las facilidades que les han puesto para todo. Álvaro comenta que la Función Extraordinaria celebrada el domingo en la Catedral fue “un momento espectacular”.
Christian destaca que la principal diferencia si se habla del mundo costalero radica en la importancia de la devoción en la zona de Guadalajara. Mientras hay una creciente afición, observa que la devoción tiene un peso significativo entre las hermandades locales y sigue siendo el punto clave: “Hay gente muy devota, pero con poca afición por el costal.
Asimismo, cree que gracias al relevo generacional “se está formando un grupo más aficionado al costal”, lo cual está generando un cambio perceptible en las procesiones. Para él, esta distinción es crucial, ya que se refleja claramente en el desempeño de las cuadrillas durante las procesiones.
Por otro lado, Álvaro afirma que saca pasos “para disfrutar”, aunque reconoce que en Guadalajara no existe una tradición y afición tan arraigada en el mundo del costal como en otras regiones, lo que hace que se tengan que desplazar a otros lugares. Christina y Álvaro han sido costaleros en Écija, Salteras, Dos Hermanas, Madrid, Leganés, Ciudad Real…
De costaleros a equipo de capataces en su tierra
Aseguran estar inmersos en un proceso de renovación en Guadalajara y alrededores. Es más, ambos se han estrenado este año delante de los pasos como capataces, y lo han hecho delante del palio de María Santísima de la Misericordia de Guadalajara: “Nos pidió un favor un amigo y tiramos para delante”, afirman. Dejan claro que es algo importante allí, “no suelen darle la oportunidad a alguien joven en aquella forma de ver la Semana Santa”.
Coinciden en que en Ciudad Real la afición es mucho mayor y más “respetuosa con el oficio costalero” en mucho de los pasos. Eso los lleva a plantearse sacar algunos pasos más en la ciudad, a pesar de la distancia: “El año pasado sacamos las Angustias y nos gustaría sacar al Cristo de la Piedad”, dice Álvaro.
Christian cree que siguen aprendiendo cada día: “En los pasos está todo inventado, y en cada sitio al que vamos, aprendemos y tomamos nota”, comenta. La relación entre ambos es de una amistad que roza el cariño de hermanos. Se conocieron por la Semana Santa hace casi 20 años y ahí siguen, compartiendo la vida durante todo el año y su pasión por las cofradías, los pasos y la Semana Santa. Cuando uno habla, casi siempre lo hace en plural, incluyendo al otro, porque para las cofradías son prácticamente como un único individuo.
“La gente es una de las mejores cosas que te dan los pasos”, dice Álvaro. Este miércoles ha sido el retranqueo del paso de Jesús Cautivo, aunque ellos no han venido a Ciudad Real: “Jesús, el capataz, nos dijo que para tan poco rato no hacía falta”. Sin embargo, ambos coinciden en estar deseosos de un nuevo Domingo de Ramos y ser los pies del Señor otra vez.
Disfrutarán de la que ya es su cofradía, el Prendimiento, en la calle. Dormirán en Ciudad Real, pero se irán muy temprano el Lunes Santo para llegar a Guadalajara. María Santísima de la Misericordia saldrá a la calle ese día, y Álvaro y Christian, vestidos con terno negro, se pondrán delante de su palio y dirán: “Venga de frente con Ella”.
