A. R.
Ciudad Real
Sobrio, intenso, moderno e implicativo, el montaje ‘La Pasión. Su último secreto’ muestra con fidelidad a lo marcado por los Evangelios, y de forma muy simbólica las imágenes que los mismos describen, cómo Jesús reúne a los Apóstoles, predica, enseña, cura a los enfermos, redime a los afligidos, se convierte en esperanza para muchos y en un peligro para algunos y la aflicción ante el sacrificio para finalmente adentrarse en una Pasión redentora.
Narea Teatro, en la producción “más arriesgada” de sus 25 años sobre los escenarios, ofreció en su “casa”, como califica al Quijano, un espectáculo teatral dinámico, pulcro y eficaz con un gran trabajo del elenco actoral tanto en las interpretaciones -en especial la de Javier del Arco como Jesús de Nazaret- como aprovechando la expresiva ductilidad de los escasos elementos de la puesta en escena, así como las posibilidades de todo el Teatro -incluido el patio de butacas- para involucrar a los espectadores y redoblar la dimensión de las escenas recreadas.
Javier Mocada, alma mater de Narea junto a César Alcázar, animó al inicio de la representación a revivir y experimentar, precisamente en el Día Mundial del Teatro, las emociones, además de los valores que transmite, contenidas en la Pasión de Cristo. Cuando iba a retirarse del escenario le llamó con el nombre de Simón y desde el patio de butacas Jesús de Nazaret para que fuera su discípulo Pedro, sobre el que se alzaría la Iglesia. También estaban sentados como espectadores y vestidos con vaqueros y camiseta Juan, Andrés, Santiago y el resto de futuros Apóstoles, incluidos Judas y un taciturno Mateo. A todos ellos, les llevó al Monte de las Bienaventuranzas, haciendo extensivo el amor, caridad y respeto a los oprimidos.
Los Apóstoles portaban grandes varas de madera que se convirtieron en torno a Jesús en barrotes en el Juicio ante Pilatos, con acusaciones llegadas desde el público, como si fuera el pueblo de la época, de que Jesús se juntaba con enfermos y prostitutas, renegaba de que un templo fuera un mercado, curaba y hacía milagros.
Flashback
Para sustentar esas ‘recriminaciones’, la acción se remontó, a modo de flashback, a relevantes escenas de su Ministerio, entre ellas la multiplicación de los panes y los peces, el encuentro en el pozo con la samaritana y el pasaje de la mujer adúltera, con un gran círculo central sobre el escenario de arena que reflejó de forma gráfica, levantada por las pisadas y el bajo de las túnicas, el transitar de los protagonistas y también fue empleada para dibujar sobre ella o ser agarrada y soltada como si se tratase de piedras. Dos rectangulares cajones metálicos de rejillas y un tercero cuadrado, además de un cuarto también cuadrado que se incorporó en función de la necesidad de la escena, sirvieron para recrear desde una tribuna, una elevación, un montículo, un pozo y muros hasta la mesa de la Santa Cena, mientras que con las varas también se emularon los olivos de la oración en el huerto, en la que cuatro seres oscuros de pálido rostro y sinuosos movimientos trataron de limar la confianza de Jesús en el ser humano.
Llegaron el beso de Judas, el arresto del Maestro, las tres negaciones de Pedro mientras recorría el patio de butacas, el arrepentimiento del discípulo traidor que lanzó hacia la rama de un árbol una tela amarrada a su cuello y la vehemente muchedumbre pidiendo la crucifixión de Jesús.
Una dramática música colaboró en transmitir la tragedia y sufrimiento de los latigazos, la corona de espinas y el trayecto al Calvario en torno al círculo de arena en cuyo centro se acoplaron las cuatro estructuras metálicas formando una gran cruz sobre la que se alzó la que portó Jesús, elaborada con las varas de madera ensambladas.
También a través del sonido del martillo golpeando los clavos se trasladó el dolor en una cuidada representación tanto de la crucifixión como del descenso de la cruz, remarcando la propuesta escénica la transcendencia, repercusión y actualidad de lo sucedido con la proyección de imágenes de momentos cruciales, edificios y personajes relevantes de la historia, así como con el reencuentro de los discípulos, vestidos con indumentaria contemporánea, con Jesús Resucitado.
