Este soleado sábado de noviembre hemos visitado la mayor destilería de toda La Mancha, Bodegas Fundador. Aunque la planta pertenece al grupo filipino Emperador, el mayor productor del mundo de brandis, tiene una larga tradición en la historia vitivinícola de Tomelloso, pues ha pertenecido a las antiguas bodegas Domecq, presentes en la ciudad desde 1890. Ei director general de la factoría, Sergio Cano, ha hecho de cicerone de los visitantes, que se han sorprendido del patrimonio alcoholero y destilador de Tomelloso.
Fundador tiene en Tomelloso unas instalaciones de más de 32.000 metros cuadrados, ha explicado Cano durante la visita. Nuestro guía ha subrayado la íntima relación de la empresa con la viticultura, desde que Domecq llegó a Tomelloso en el siglo XIX. Cano nos ha mostrado unas instalaciones espectaculares dedicadas a la obtención de holandas, aguardientes y destilados del vino, y en menor medida, a la obtención de mosto concentrado. La empresa compra vino en toda España, especialmente en La Mancha. El directivo explicó que para la obtención de un litro de aguardiente son necesarios 8 litros de vino y para la elaboración del brandy hacen falta entre 4 y 5 litros de vino.
Cano relató durante la vista que Castilla-La Mancha produce el 60 por ciento del vino de España. Y las destilerías trasforman el 20 por ciento de ese vino, es decir, entre 50 y 60 millones de litros al año. “Ni lo quemamos, ni lo destruimos, elaboramos con él una de las mejores bebidas espiritosas, el brandy”.
La vista comenzó por el concentrador de mosto, el primero que se instaló en Castilla-La Mancha. El mosto concentrado supone una salida comercial muy importante para el zumo de uva, explico Sergio Cano, utilizado para la elaboración de muchos productos, como los zumos. En España, preciso, al vino con poca graduación solo se le puede añadir azúcar procendente de la uva.
A continuación la visita ha llegado a la zona de destilación más industrial. Cinco torres de destilación con una capacidad para tratar 90.000 litros de vino al día. Los aparatos de alcohol, como son conocidos estos ingenios en Tomelloso, permiten la destilación de alcohol de 94,7º. Una de las torres se usa para la destilación de aguardiente, está hecha de cobre, un material que se trabaja de forma artesanal, explico Sergio Cano. El directivo dijo que la mano del destilador es insustituible, asegurando que suele ser un oficio que se transmite de padres a hijos.
La parte más industrial da paso a la sorprendente sala de alquitaras. Se nota calor al entrar pues han estado trabajando hasta las 12 de la pasada noche. Es aquí donde se elaboran las holandas para los brandis de más calidad de la compañía.
El brandi, señaló Cano, es la esencia de Tomelloso. En la ciudad llegó a haber cien destilerías, actualmente sobreviven cinco. Y es que esa bebida es la historia de Tomelloso y la razón de ser de Bodegas Fundador en la ciudad, aseguró Sergio Cano. El 99 por ciento del brandi que se elabora en el mundo, aseguró, está hecho con alcohol de Tomelloso. Se trata de una de las pocas bebidas espiritosas que sabemos de lo que está hecha, de alcohol de vino, frente a otras que no indican su procedencia.
La visita acabó con una muestra de las elaboraciones del grupo Emperador. Cano abogó por la recuperación del consumo del brandy, siempre con moderación, tanto de la forma tradicional como en combinados.
Durante la visita, hemos podido comprobar el compromiso de la empresa con la seguridad —en 10 años solo han registrado dos accidentes leves— y el medio ambiente al contar con una estación depuradora capaz de gestionar el 100 % de los vertidos generados.
