Todo quedó grabado en las cámaras de seguridad que la víctima, José Raúl G.N.G., tenía instaladas en el pasillo que unía la puerta de barrotes de metal, que daba a calle, con la puerta de madera, que daba entrada a la vivienda en sí, en su casa de Malagón. Ahora se trata de dilucidar sobre las intenciones del agresor, el marido de la amante de la víctima, José Antonio G.S., cuándo se acercó con su mujer a la vivienda para pedirle explicaciones por esa relación.
Las acusaciones valoran en distintas forma los hechos que acabaron con la víctima con una herida en el cuello y otros cortes en las extremidades superiores. Para el fiscal, se trata de un intento de homicidio, lo cual no llevaría premeditación y solicita cuatro años de cárcel
Para la acusación particular, en nombre del agredido, el acusado sí fue a la casa con la intención de agredir y califica los hechos como un intento de asesinato, 11 años de prisión, a los que suma otros dos años por allanamiento de morada y otros dos últimos por lesiones, más de 15 años de pena en total.
Para la defensa, el acusado sufrió un arrebato cuando se enteró su cliente de que su mujer tenía una relación extramatrimonial y considera los hechos como un delito de lesiones, a los que aplica las atenuantes del citado arrebato y de reparación del daño, ya que entregó una cantidad de dinero a la víctima y a su madre, que también resultó herida en el incidente, para que pudieran ser atendidos de sus heridas.
La historia tiene todos los componentes de una relación extramatrimonial en un pueblo, más cuando se prolonga durante mucho tiempo: cuatro años, del 2014 al 2018, según dijo la víctima este miércoles en el juicio.
Los rumores en el pueblo se iban sucediendo. Las familias también se iban implicando en la cuestión. Dodo se desencadenó, finalmente, cuando se empezó a comentar que el tercer hijo de la pareja no era hijo del marido, si no del otro hombre.
La hermana de la víctima, en este estado de cosas, tuvo un fuerte enfrentamiento por la relación extramatrimonial con la hermana de la mujer en la farmacia en la que trabajaba esta última. La discusión fue a mayores.
Ante esta situación, la mujer, María Prado R.F., tomó la decisión de contarle su relación con la víctima a su marido, según ha declarado ella misma en el juicio este miércoles. Eso ocurrió el 13 de marzo de 2018, cuando el hombre volvía de trabajar de la finca que tenía.
Se había encariñado
Ella le dijo que “se había encariñado” con el otro hombre, pero no le contó que habían mantenido relaciones sexuales varias veces, ni tan siquiera una vez. El hombre, esa noche, acabó durmiendo con los dos hijos del matrimonio.
A la mañana siguiente, 14 de marzo de 2018, se fue de nuevo al campo con uno de sus hijos, regresando sobre las 12 horas. En ese momento, le dijo a su mujer que se preparara que iban a ir a la casa del otro hombre.
Este miércoles, José Antonio ha dicho que no tenía intención de agredir a José Raúl, que su único objetivo al ir a su casa era pedirle explicaciones y que le confirmara si había mantenido relaciones con la mujer.
Mientras tanto, por la noche, María del Prado había mandado varios mensajes por el teléfono a José Raúl, avisándole de que su marido se había enterado de la relación y, además, se produjeron otro tipo de contactos entre los miembros de las familias.
Presentes ante la puerta de la casa ya, la madre de la víctima, según ha dicho ella misma en el juicio, le pidió encarecidamente a su hijo que abriera la puerta, cosa a la que este no hizo caso.
Cara a cara, los dos hombres, pese a la grabación de las cámaras, ofrecen versiones diferentes. Según ha dicho José Antonio, el acusado de la agresión le preguntó a José Raúl si había tenido relaciones con su mujer, a lo que este respondió que sí que se la había “follado” y que el hijo pequeño de la familia era suyo. Una respuesta en plan “chulesco”, según ha dicho del causado.
Por su parte, la víctima, con una minusvalía por un accidente de tráfico en 2000, ha narrado la situación como una “agresión” en toda regla. No tenía duda de que el hombre fue a su casa con la clara intención de atacarle.
El acusado, por su lado, ha asegurado que no se acordaba de nada de lo que había pasado, que no lo tenía en su memoria. El caso es que no ha quedado aclarado, después de los distintos testimonios, cuándo le dio el corte en el cuello, con una navaja, eso sí, que, al parecer, llevaba en el bolsillo izquierdo del pantalón. La víctima, en todo caso, ha insistido en varias ocasiones en que no fue un corte en el cuello, que lo que infringió el otro hombre fue una “puñalada”.
Todos, los dos hombres, la mujer y la madre de la víctima, acabaron por el suelo. Al final, tras levantarse, el acusado y su mujer salieron a la calle, donde fueron vistos por la Policía Local, que fue avisada por un voluntario de Protección Civil y luego por la Guardia Civil.
Acusación particular incisiva
Una nota destacada de esta primera sesión del juicio que, en principio, está previsto que siga este jueves y viernes, han sido las intervenciones de la abogada de la acusación particular.
En numerosas ocasiones ha sido llamada a capítulo por la presidenta de la Sección Primera de la Audiencia Provincial. Especialmente incisiva ha sido en su interrogatorio a la mujer, a la que ha puesto enfrente de sus contradicciones entre lo que declaró a la Guardia Civil y lo que ha afirmado este miércoles en el juicio.
La mujer, a veces, no sabía por dónde salir. Ella ha reconocido que sus mensajes a José Raúl tenían como objetivo buscar que no contara toda la realidad de lo que había sido su relación y que quería salvar su matrimonio.
