La Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía ha recibido “con estupor” los “matices” que desde la Comunidad de Valencia exigen ante el posible envío de agua a Cataluña, apuntando que “si las desaladoras están preparadas para socorrer estas emergencias, el trasvase debería cerrarse inmediatamente, primando las necesidades del Tajo”.
“Es intolerable ese discurso patrimonial donde parece que el agua del Tajo es suya y ahora la del Mediterráneo también”, explica el presidente, Borja Castro. “En Castilla-La Mancha llevamos décadas siendo solidarios con otros territorios y ahora que les toca a ellos, vemos que se cargan de matices porque no consideran justo enviar agua para desarrollo económico”, ha añadido, según ha informado la asociación en nota de prensa.
En ese sentido, Castro recuerda que desde la asociación no se ha negado nunca el agua para consumo humano, si bien siempre se indica que hace falta una restructuración importante respecto a la demanda, “porque no se puede crecer y crecer, ni a nivel urbanístico, ni a nivel turístico, ni por supuesto a nivel agroindustrial, sin tener en cuenta los recursos y las limitaciones reales de un territorio, porque eso es la definición de insostenible”.
Que renuncien al trasvase para su crecimiento
“De la misma forma, exigimos al presidente Carlos Mazón que respete las necesidades de nuestro territorio, renunciando al trasvase como fuente de agua para crecimiento económico y garantizando que en caso de necesidad podamos abastecer a la población”, ha señalado.
Precisamente, en el escenario actual, la Asociación advierte de que es necesario “un cambio de mentalidad”. La agricultura consume el 80 por ciento del agua disponible en España, “hasta la fecha las mejoras de aprovechamiento no han reducido el consumo, sino que han mejorado la productividad y el beneficio, ampliando incluso el consumo de agua y las necesidades de una industria que quiere más y más”.
Así, recuerdan que los embalses de Entrepeñas y Buendía “son de gestión plurianual, están preparados para hasta cinco años de sequía, garantizando el consumo humano, pero para eso debe respetarse su salud y no pueden estar continuamente sobreexplotados para generar beneficio económico a unos pocos empresarios del Levante”.
“Es necesario, urgente, sustituir el agua del Trasvase por fuentes alternativas como la desalación, dejando que el Tajo pueda recuperarse y atender las necesidades de una cuenca que no cuenta con esa alternativa, que es la desalación”.