El ascenso a la División de Honor del equipo de Futbol Sala Valdepeñas ha provocado que podamos detenernos en el trabajo que realiza Pilar Ballesteros como directiva del club y responsable de sus líneas estratégicas. La relevancia de su labor la hace estar considerada la jugadora número 6, el cerebro del equipo, ya que se sabe la estrategia mejor que nadie, razones más que sobradas para ser la persona idónea que dirija los destinos del club, esta próxima temporada ya como el “Viña Albali Valdepeñas”, y también para ser quien lo represente en la Liga Nacional de Fútbol Sala.
La poca presencia de mujeres en puestos de dirección y gestión de empresas y de clubes deportivos, hace que sobresalga su labor cuando conoces que una de ellas dirige un equipo de la provincia que se ha posicionado por méritos propios en la élite deportiva española. Las responsabilidades de Pilar, su compromiso con la gestión, la organización y la promoción de un club deportivo provoca no solo una gran satisfacción a la comunidad, sino también un cierto asombro al comprobar que pese a lo que todavía alguien pueda suponer, aquí también hay mujeres que desempeñan responsabilidades de alto nivel, con eficacia y una gran profesionalización. Es frecuente, sin embargo, que quienes desempeñan determinadas responsabilidades por vocación y por compromiso con la causa, su trabajo esté inmerso en una gran discreción de tal manera que ni los éxitos empresariales o deportivos logran que puedan dar un paso hacia la primera línea, aunque solo sea de manera excepcional. Y este es, también, el caso de Pilar.
Conocí a Pilar Ballesteros en el acto que Lanza celebra en Valdepeñas todos los años para hacer entrega de sus premios Vino Blanco y Vino Tinto y en el que el Fútbol Sala fue distinguido por la brillante temporada que había tenido y que les supuso el ascenso a la División de Honor. Comprobé que su afición por el fútbol sala, que comparte con su marido, -el presidente del club-, es grande pero también que ha sabido hacerla compatible con la gestión empresarial al haber encontrado ese equilibrio que evita que los resultados deportivos puedan influir en los económicos y organizativos y así salvaguardar mejor los intereses del club.
Pilar derrocha sensatez, sentido común y mucha confianza en lo que hace, no en vano se ha rodeado de un buen equipo, -de los mejores, dice- y no menos importante es contar con una gran formación que incluye estudios universitarios en dirección de clubes de Fútbol-Sala y que a buen seguro le habrá servido para estar en la Junta Directiva nacional y formar parte de su Comisión de Ética.
Ante un espejismo
Sus responsabilidades y nivel de representación nos podrían llevar a pensar que estamos ante un espejismo, que la realidad está lejos aún de la presencia de mujeres en la élite deportiva. El mismo espejismo que podríamos tener al ver la imagen de la toma de posesión de la subdelegada del Gobierno, María Ángeles Herreros, hace unos días. En ella, sobresalía la presencia de un gran número de mujeres como cargos electos y al frente de diferentes organismos provinciales y regionales, como síntoma de que las cosas están cambiando.
La presencia de alcaldesas, diputadas, delegada de la Junta, presidentas de la Audiencia, de la FEMP de Castilla-La Mancha y de Jóvenes Empresarios, la directora del Museo de Teatro y la jefa provincial de Tráfico, entre otras, junto a otros cargos institucionales de la provincia, conformaron una imagen más cercana a la sociedad actual y a la que, también aquí y de manera irremediable, se camina. Del espejismo hemos pasamos, despacio, a una verdadera realidad en la que las mujeres han adquirido más protagonismo, ocupan los lugares que quieren y aunque el camino es largo todavía, la realidad es que no tiene vuelta.
Lo vemos en el deporte femenino provincial. Detengámonos en el plantel de las deportistas ciudarraleñas y los éxitos que cosechan cada día atletas como las solaneras Hermina Parra y Paula Sevilla; la almagreña Gema Arenas y la alcazareña Alba Reguillo; la portera de la selección española de balonamno, Mercedes Castellanos; la bolañega Macarena Aguilar, la árbitra de Puebla de don Rodrigo, Marisa Villa y la baloncestista manzanareña, Juana Molina; el Almagro Fútbol Sala femenino y el Balonmano Pozuelo Femenino, etc. etc El siguiente paso será pasar a formar parte de las juntas directivas de los clubes y participar en la gestión, como Pilar. Para entonces, estaremos más cerca de la igualad real. Estoy segura.