Queridos amigos, ciudadrealeños todos:
Estamos a las puertas de la celebración de nuestra Semana Santa. Esta es la semana grande de los cristianos. En ella celebramos los misterios más importantes de la redención de los hombres, llevada a cabo por Cristo por medio de su pasión, muerte y resurrección.
La Semana Santa es una semana que debemos vivir desde la fe. Es una semana de silencio, de contemplación del Hijo de Dios que se entrega a la muerte, que al tercer día resucita para nuestra salvación. Por eso hemos de prepararnos para vivir el Triduo Pascual desde ese silencio y desde ese ambiente de fe vivida en nuestras celebraciones y en nuestra vida.
La Semana Santa es una llamada a todos los cristianos a vivir su verdadero significado en las celebraciones litúrgicas, que en estos días tenemos en las iglesias, y que cuando hemos vivido el gran significado de las mismas, salgamos a la calle a ser testigos de esa fe que vivimos y alimentamos en las celebraciones, procesionando las imágenes que representan cada uno de los momentos de la condena, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Es bueno que, con nuestra fe y la vivencia de la misma, seamos creadores de una cultura y de una belleza artística que encierran siempre las procesiones, y la presencia de las imágenes religiosas en la calle, pero, para ello, es imprescindible que lo que expresamos en la calle, con el procesionar de nuestra imágenes, sea la expresión del gran significado creyente que tienen las celebraciones litúrgicas, en las que conmemoramos y celebramos los sufrimientos la muerte y la resurrección de Cristo por nuestra salvación.
Por eso, la vivencia auténtica de la Semana Santa pide una correcta armonización entre las celebraciones litúrgicas y los ejercicios de piedad específica. El amor y el cuidado de las manifestaciones de piedad que tradicionalmente han sido y son estimadas por el pueblo, deben llevar a valorar las acciones litúrgicas, en cuya participación encuentran verdadero sentido y significado las manifestaciones de religiosidad popular.
Como cristianos, viviremos auténticamente la Semana Santa, si damos importancia, asistimos y participamos a las celebraciones litúrgicas del jueves, viernes, sábado santo y Domingo de resurrección. En ellas, no solo se recuerda, sino que se actualizan los misterios de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Cuando participamos en la actualización de los misterios de la muerte y la resurrección de Cristo, es cuando adquieren perfecto sentido las procesiones en la calle, con las que testimoniamos el gran significado que hemos vivido en las celebraciones en la Iglesia.
Os animo a todos a que vivamos esta semana teniendo en nuestra vida una profunda actitud creyente, viviendo personal y comunitariamente todo su significado. Así mostramos al mundo y a esta sociedad que nosotros vivimos todos estos acontecimientos principales de nuestra Redención con una fe auténtica y somos capaces de comunicarla en la calle a toda la sociedad que nos contempla.
¡Feliz Semana Santa para todos!
* Obispo Prior de Ciudad Real