A pesar de ser la del sábado una mañana desapacible, niños y niñas junto a sus familias participaron en una actividad en la que se cruzan los papeles de dos concejalías: Medio ambiente e Infancia y Adolescencia. De hecho forma parte del programa de la Semana de los derechos de la infancia, pero también de la EDUSI, «Alcázar de San Juan: Un modelo de Ciudad para el siglo XXI», cofinanciado por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional”. Se trata de establecer un corredor verde entre el parque Alces y la reserva natural de las lagunas a través del bosque de la vida, según especificaban los concejales de Infancia, Alba Castellanos, y de Medio Ambiente, Pablo Pichaco.
A la actividad medioambiental asistieron 23 niños y niñas con algún familiar. Se les había recomendado acudir con botas de agua y ropa de batalla para crear un ecosistema singular que añade valor medioambiental a la ciudad.
Antes de iniciar la actividad se había procedido al movimiento de tierras con medios propios del ayuntamiento y a hacer impermeable el fondo mediante capas de PVC y fibra de vidrio. Encima se depositaría tierra procedente de la laguna de Los Carros, compartida por Quero y Alcázar de San Juan, detalla Pablo Pichaco.
El coste de esta zona encharcada se acerca a los 5.000 euros. La idea es mantener una zona encharcada durante 5 ó 6 meses al año, secándose el resto del año y rellenándose con la lluvia, de forma natural. Tiene una profundidad media de 30 centímetros, para garantizar la oxigenación de la columna de agua.
La zona encharcada debería repoblarse de forma natural, sin mayor intervención humana en algunas semanas. En principio los 500 metros cuadrados se encharcaron con agua potable, porque no se recomienda utilizar agua depurada en principio, entre otras cosas porque era previsible que los niños y niñas fueran a chapotear en este nuevo charco de la vida.
