Una ‘I Feria del Libro de Calzada de Calatrava’, que también es la primera que se celebra en la provincia de Ciudad Real, dentro del proyecto cultural FELIPA’22, como así lo explicó en su intervención el concejal de Cultura José Antonio Valencia Camacho, quien actuó de experimentado ‘Maestro de Ceremonias’ y que hizo un gran alegato a favor del libro, de las ferias de este sector y de la cultura en general, “la feria del libro es un evento cultural que se constituye en un punto de encuentro y son importantes herramientas para poner en valor la literatura y el conocimiento”.
En cuanto a la alcaldesa de Calzada de Calatrava, Gema María García Ríos, explicó que “esta feria es la continuación de las actividades programadas por el Día del Libro” y tuvo palabras de elogio para la responsable de la Biblioteca Municipal “Merche que, mucho más que una técnico, es el ‘Alma’ de todos esos libros, de todas las animaciones a la lectura y de un edificio vivo como es nuestra Biblioteca, ‘gracias’ por una vida entera dedicada a Calzada a través de los libros” y continúo en el apartado de agradecimientos a la concejalía de Educación “con la ilusión que Mari Pepa ha puesto en hacer este sueño realidad”, a las concejalías de Cultura y Festejos, al Grupo Oretania, al Centro de la Mujer de Calzada, a los autores de los libros presentes en “esta humilde Feria del Libro para compartir con nosotros y nosotras sus obras literarias… y, muy especialmente a las editoriales Serendipia, Morata, Ruíz Morote, Ediciones C&G del Grupo Oretania, a la librería local San José, a la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, la BAN de la Excma. Diputación de Ciudad Real y al Centro de Estudios Calatravos, gracias a vuestra presencia y apoyo, hoy presentamos la I Feria del Libro de Calzada de Calatrava”.
La regidora aseguró que el reconocimiento que se le hacía a Juan José García Ciudad, era debido a su faceta como “maestro, estudioso y defensor del Patrimonio Calzadeño” y añadió que “el primer Banco Literario que esta Feria del Libro ofrece, es para Juan José García Ciudad, y lo es por aclamación del sector cultural de nuestro pueblo”.
Por su parte, el editor, Julio Criado, responsable del Grupo Oretania, promotores de los proyectos culturales ‘Banco Literario’ y ‘FELIPA’22’, agradeció al ayuntamiento calzadeño el haberse adherido a ambos proyectos y elogió la decisión de organizar “esta primera Feria del Libro, que ya es un éxito” y deseó “una larga continuidad”, tras lo que explicó que “el objetivo de los bancos literarios es reconocer la labor de todos los agentes sociales, culturales y educativos implicados en la creación y difusión del libro, especialmente la figura del autor local, como es el caso de Juan José García Ciudad”.
En representación de la familia tomó la palabra la hija del homenajeado, María José García, quien en una emotiva intervención desgranó las virtudes de su padre “trabajador incansable”, que “llega hasta el final de todo lo que emprende, aunque, a veces, el final no llega nunca, porque como se implica tanto, no sabe cuándo tiene que acabar”, dio algunos detalles de la vida familiar del ‘Maestro’ y de su etapa de docente.
Posteriormente la alcaldesa y el homenajeado descubrieron la placa del primer ‘Banco Literario’ de Calzada de Calatrava, en la que figura la leyenda “Juan José García Ciudad, estudioso del patrimonio calzadeño”, en su intervención, García Ciudad, agradeció las muestras de cariño del casi centenar de personas que se habían citado en la Plaza de España, y a “todas las personas que, de una manera u otra, han intervenido en que este acto se haga”, tras lo que dio una magistral lección de historia, que continúo en un abarrotado ‘Casino’, donde presentó, junto a la alcaldesa, su libro “La Iglesia quemada”.
En el ‘Casino’, la alcaldesa confesó encontrarse “realmente nerviosa, que me sudan las manos porque presentar un libro del ‘Maestro’ Don Juan José García Ciudad, hacerlo ante un público como sois cada uno de vosotros y de vosotras y este emblemático espacio, unos de los salones del Casino de mi pueblo, Calzada de Calatrava, me emociona, me ilusiona, pero me impone mucho, más de lo que pensaba”.
En una brillante intervención, donde no faltaron las preguntas, el autor de “La Iglesia quemada”, desgranó, sin desvelar demasiado datos, sus dos trabajos de investigación que, a pesar de no tener ninguna relación entre ellos, si fueron de gran repercusión nacional, por una parte “la sangrienta tragedia de la Iglesia Quemada, en el año 1838, con cientos de muertos, a consecuencia de las guerras carlitas” y de otra el “suceso en la huelga de la aceituna de 1932, donde un obrero murió a consecuencia de los disparos de la Guardia Civil”.
