El Obispado de Ciudad Real, ante la polémica surgida a consecuencia del párroco de la iglesia Nuestra Señora de los Ángeles que sacó a la Virgen de la Salud al zaguán de la parroquia este domingo, ha aclarado que “nunca existió una verdadera concentración de fieles” y que “nunca hubo más de cinco personas y siempre guardando las medidas de seguridad que mandan las autoridades sanitarias”, pese a que el Real Decreto 463/2020 por el que se declara el estado de alarma prohíbe salir a la calle si no es para comprar alimentos, ir al médico o a trabajar, en caso de que se forme parte de un sector esencial.
A través de un comunicado, el Obispado ha asegurado que “desde primera hora de la mañana, personas aisladas se acercaban a rezar a la puerta del templo y a dejar flores a la Virgen de la Salud, que tradicionalmente sale en procesión el Domingo de Ramos”. Ante esta situación, “viendo la presencia de algún fiel que expresaba su religiosidad popular y dejándose llevar por el impulso religioso, (el párroco) colocó la imagen de la Virgen de la Salud a la entrada del templo y siempre lejos de los fieles, para que aquellos devotos que se acercaban pudieran rezarle”, señala el comunicado, añadiendo que “la imagen estaba a tanta distancia que era imposible besarla”.
Desde el obispado afirman que “nunca existió una verdadera concentración de fieles” y que “nunca hubo más de cinco personas”, las cuales “siempre guardaron las medidas de seguridad que mandan las autoridades sanitarias”.
Finalmente, el comunicado confirma que “cuando los agentes de la policía se personaron en el lugar y recomendaron que la imagen se guardara, el párroco procedió a retirarla al interior del templo”.