Es cierto que Ciudad Real se ha quedado sin disfrutar de las procesiones de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Medinaceli) y de Nuestra Señora de la Esperanza. Era una posibilidad que durante todo el día se venía barajando, sin dejar de actualizar las predicciones metereológicas, esperanzo que las nubes, agitadas por el viento, desapareciesen del encapotado cielo de la capital.

Durante todo el día, los fieles han estado mirando al cielo esperando una tregua que no ha llegado y que ha dejado la típica estampa de las lágrimas cuando a la fe se le impide procesionar entre su pueblo. La suerte de imposición sobre las previsiones han obligado a resguardar la fe para otro año.

Pero la devoción no se empaña por mucho que la imagen de la Santísima Virgen de la Esperanza no haya podido procesionar bajo su palio, dejando a sus más de doscientos Hermanos con las ganas de disfrutarla en la calle, donde se comparte la cristiandad cuando inicia la Semana Santa. Como tampoco lo ha hecho con los Hermanos del Jesús de Medinaceli, que han alargado una hora su decisión, esperando el milagro de última hora.

Esta mañana, el Hermano Mayor de la Santísima Virgen de la Esperanza, José Luis Tarifa, señalaba en declaraciones a Lanza que no tenían claro qué iba a pasar. «Una hora antes nos juntaremos para decidir qué hacemos y con qué previsión meteorológica contamos. Una vez que salimos podemos resguardarnos en el Guardapasos, pero a partir de ahí ya no tenemos ningún sitio para hacerlo».
Desde poco después de las cinco de la tarde, la Junta se ha reunido y, dado que el paso mantiene su madera sin tratar, han considerado inviable el riesgo. «Si hay una mínima posibilidad de que se moje, es inviable que salgamos en procesión».

Medinaceli agota la hora para decidir
La llamada a la base de Almagro y la confirmación con la AEMET, Lanza ha podido vivirla desde dentro del Guardapasos, compartiendo ese momento íntimo cuya resolución aguardaban centenares de vecinos a sus puertas, entre los que se encontraba el alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, que ha mostrado su interés y prestado su cariño a los Hermanos cofrades.

Poco después, la necesidad de decidir si salir o no, se ha trasladado hasta la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, donde las Hermandades se han reunido mientras los nubarrones se iban situando sobre el barrio.
A las 18:24, se ha comunicado que dada la última previsión metereológica, en la que se daban ligeros chubascos durante las siguientes horas, se esperaba media hora más, cumpliendo con los plazos a los que pueden acogerse para retrasar la procesión para ver si en esos minutos la situación cambiaba favorablemente.
Así, a las 18:54, tras un breve cónclave, finalmente se ha decicido no salir a la calle este 2024. «Tenemos mucho patrimonio material y humano que no podemos poner en riesgo y consideramos que es la mejor decisión posible», se han lamentado.

Las lágrimas han recorrido algunos de los rostros de los participantes en la estación de penitencia. En el camino ha quedado el arduo trabajo que se realiza durante todo el año, la ilusión por procesionar en la calle y las promesas que muchos de ellos cumplen estos días.
El tiempo hoy se ha negado a disfrutar del Martes Santo; sin embargo, la fe nunca se nubla.