Las mujeres de Ciudad Real llegan este 8M sin posibilidad de elegir entre celebrar y reivindicar, son las dos caras de una misma historia que habla de empoderamiento y de desigualdad. Las 250.203 mujeres de la provincia, que superan en 5.361 a los hombres, dominan en estos momentos en la universidad, han saltado ‘en masa’ al mercado laboral, ganan espacios en el mundo empresarial y han conquistado importantes puestos de representatividad, de hecho, en las grandes poblaciones son populares las alcaldesas.
Las mujeres de hoy son más independientes a nivel económico, participativas en la vida pública y, muy importante, cada vez más conscientes de que al feminismo le queda recorrido. Así pues, la provincia cierra un año muy difícil, marcado por la pandemia, los despidos, la crisis de cuidados y la brecha salarial, que ha sido más lesivo para ellas. Ahora bien, agentes sociales e instituciones demuestran con planes específicos sensibilidad a sus luchas. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Lanza indaga en el empleo, la empresa y la universidad, para hacer una fotografía de la situación que viven las mujeres de la provincia, desde la perspectiva de que la educación y la independencia económica son claves para caminar hacia una sociedad más justa e igualitaria.
El mercado laboral se ceba en el ‘año Covid’
Secretaria de Mujer e Igualdad en CCOO Ciudad Real, Celia Ruiz García, destapa estadísticas para arrojar luz sobre la mujer en el empleo. Desde el primer momento los datos son abrumadores. “Según los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa), las mujeres de Ciudad Real firmaron 62.519 contratos en 2020 frente a los 111.959 de los hombres”, apunta. Los hombres firmaron “casi el doble de contratos”, pero es que, además, “el 16 por ciento de los contratos a mujeres, es decir, 10.235, tuvieron una duración de 7 días o menos”.
Asimismo, la tasa de actividad femenina en Ciudad Real, situada en el 46 por ciento, sigue por debajo de la nacional, que asciende al 53 por ciento, pese a que la masculina se mueve en cifras similares, en torno a un 62 por ciento. Por lo menos, “todo no es negativo”, destaca Celia Ruiz García, pues “uno de los ámbitos económicos que crea en la actualidad más empleo para mujeres son las nuevas tecnologías”, es decir, empresas vinculadas con “la informática, las científicas y las técnicas”.
Por otro lado, en el ‘año Covid’ es “llamativo” el incremento de mujeres inactivas. Ciudad Real cerró 2020 con “6.900 inactivas más que hace un año, el mayor incremento de Castilla-La Mancha”. El perfil de la desempleada es “una mujer situada en la franja de 25 a 54 años, edad a la que empieza a independizarse, tener familia y a dedicarse a tareas de cuidados que tiene que compatibilizar con el trabajo”. Entre ellas, un 71 por ciento posee estudios Primarios o de ESO y la mayoría proceden del Sector Servicios. Según el Observatorio de las Ocupaciones de Ciudad Real, este sector, “el más feminizado y el más castigado por el virus”, ha disminuido en 1.200 las contrataciones.
Así pues, Ciudad Real cerró el mes de enero de 2021 con “un 64,29 por ciento de mujeres en paro frente al 35,71 por ciento de hombres”, otra vez, casi el doble. Por supuesto, 2020 fue un año “excepcional”, marcado por los despidos, los expedientes de regulación temporal de empleo. Eso sí, Ruiz García destaca que, en la actual crisis social y económica, “la mujer ha sido la más afectada”, por un lado, porque era predominante en los sectores más castigados y en segundo lugar porque ha asumido la tarea de cuidados.
La brecha salarial y la crisis de cuidados
Sanidad, hostelería, administración pública, servicios sociales, educación, actividades administrativas y personal doméstico. Son los sectores donde la mujer está más introducida según el SEPE. En el último año, han destacado las contrataciones en sanidad y administración pública, “por la necesidad de reforzar el empleo público, muy perjudicado en los años de recortes”. Ahora bien, también sobresale la agricultura, “un sector pujante” ligado al viñedo y al olivar, que dio lugar en 2020 a 12.489 contratos para las ciudarrealeñas. Eso sí, Ruiz García advierte que “no hay que olvidar el carácter temporal de la mayoría de los contratos, muy precarios”.
Por el contrario, los sectores menos feminizados en Ciudad Real “son los relacionados con las industrias extractivas, el suministro de energía eléctrica, gas, vapor, aire acondicionado, y la construcción”. Algunos sirven para explicar la brecha salarial que existe en la provincia, que en conjunto llega “a un 24 por ciento” según los datos de la Agencia Tributaria, pero que, en ciertos sectores, como la industria, roza el 60 por ciento. La última consecuencia es la brecha en las pensiones. La representante sindical indica que, “después de una vida trabajando 24 horas al día, al final la pensión es inferior a la del hombre por la trayectoria profesional”.
En este punto hay que hacer especial hincapié en los efectos que derivan de que la mujer asuma “el principal papel en el cuidado de los hijos y de los mayores”, más acentuado en los últimos meses. Durante el estricto confinamiento domiciliario, lo aceptó por la cultura patriarcal, pero también porque suele tener el salario menor que entra en el hogar. El resultado fueron reducciones de jornada, excedencias y abandono del empleo. Ésta es “la pescadilla que se muerde la cola”: aumenta la parcialidad, no promociona, asume empleos más precarios. Y esto acaba en más vulnerabilidad, más desigualdad y más pobreza.
Tras poner en valor el papel de las trabajadoras de los servicios esenciales, Celia Ruiz García insiste en que la pandemia ha puesto de manifiesto “déficits en el estado del bienestar” que perpetúan la desigualdad. Según el sindicato, la equiparación de derechos para las trabajadoras del hogar, el impulso de planes de igualdad en las empresas, la aprobación de la Ley de Igualdad Salarial, el aumento del salario mínimo interprofesional o la derogación de los aspectos más lesivos de la reforma laboral, son algunas de las medidas que mejorarán la realidad de las ciudarrealeñas, que necesitan de forma “urgente” políticas efectivas en materia de corresponsabilidad.
Las alumnas dominan en la UCLM
Escalar en la educación es una de las herramientas para que la mujer rompa todos los techos de cristal y ahí las ciudarrealeñas llevan ventaja. Tiempo hace desde que Elena Maseras se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona en 1872. La directora académica del Vicerrectorado de Cultura, Deporte y Responsabilidad Social de la UCLM, y responsable de la elaboración del Plan de Igualdad de esta universidad, María Jesús Pardo Guijarro, confirma que en el curso 2020/2021 hay más mujeres matriculadas. “La sensación es muy positiva, estamos dando pequeños pasos en ámbitos importantes, pero ojalá que finalmente consigamos la igualdad efectiva entre hombres y mujeres”, apunta.
En estos momentos, Pardo Guijarro confirma que, del total de matriculados en este curso, 28.196 estudiantes en la Universidad de Castilla-La Mancha, “el 55,39 por ciento son mujeres”. Además, entre los nuevos alumnos, que llegan a 8.933, también predominan, hasta alcanzar el 54,44 por ciento. La tendencia es creciente. La responsable de la UCLM apunta que en el curso 2016/2017 “las mujeres representaron el 52,62 por ciento de las nuevas matrículas”, lo que supone 2 puntos menos que en la actualidad, y entonces eran 54,64 por ciento del total.
Por niveles, entre estudios propios de primer, segundo y tercer ciclo, la distribución es similar, “el número de mujeres es ligeramente superior”, aunque por ramas de conocimiento todavía existen diferencias. Pardo Guijarro explica que “las mujeres experimentan un mayor interés por las profesiones relacionadas con fines sociales”, algo muy evidente en las aulas de educación, enfermería o trabajo social. Sin datos precisos, la UCLM advierte que todavía es “notable” la distancia en carreras tradicionalmente masculinizadas, como la ingeniería, la arquitectura o la tecnología.
Para reforzar la tendencia ascendente de mujeres en estas ramas, la UCLM ha puesto en marcha una campaña para visibilizar el papel de la mujer en la ciencia. María Jesús Pardo Guijarro apunta que con esta campaña pretenden incidir en tres puntos clave: “romper estereotipos de género marcados desde la infancia”; conocer las salidas profesionales de las ingenierías y resaltar “su fin social”; y visibilizar sus logros en la historia. “Se nos presentan grandes retos, relacionados con el medio ambiente y la salud, de los que dependen la ciencia y la tecnología, y las mujeres deberían participar en la toma de decisiones”, apostilla la responsable del Plan de Igualdad.
Profesoras como referentes
La idea es crear referentes femeninos para las niñas y las adolescentes, y en ese aspecto el papel de las profesoras universitarias es fundamental. Todavía queda trabajo, pues según la última actualización de datos, realizada a 31 de diciembre, “el 57,29 por ciento (1.430 personas) del personal docente e investigador en la UCLM son hombres y el 42,71 por ciento (1.076 personas) son mujeres”, apunta Pardo Guijarro. La evolución es positiva, pero lenta. Así pues, la ULCM cerró 2015 con un 58,85 por ciento de profesores e investigadores, y un 41,15% de profesoras e investigadoras. La variación es de un punto a la baja en los hombres y de un punto al alza en mujeres.
También importa la presencia de mujeres en las comisiones de trabajo de la universidad y “la reforma de los reglamentos para conseguir una paridad real” será uno de los asuntos que recogerá el futuro Plan de Igualdad de la UCLM, del que ya existe un borrador basado en los principios de la Agenda 2030, donde la igualdad de género sobresale como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El nuevo rector, Julián Garde, está muy comprometido con la igualdad y la idea es poner en marcha este plan “en un espacio de tiempo breve”.
“La sociedad tiene que ser consciente de la problemática y se tiene que poner las pilas. Por eso, nosotros, como referente educativo y de investigación, si no somos capaces de hacerlo, seríamos un mal ejemplo y la evidencia de que las cosas no van bien”. María Jesús Pardo Guijarro, que refleja su sensación de “optimismo”, considera que es importante reforzar la presencia de la mujer en esos grupos de trabajo dentro de las facultades, de los equipos directivos, “la puerta de entrada a la toma de decisiones”. En la actualidad solo hay 9 rectoras entre las 50 universidades públicas españolas y ese es solo un reflejo de lo que ocurre también en el resto de cargos directivos.
El camino a los puestos de responsabilidad
A finales de los años 70, las mujeres españolas no podían abrir ni siquiera una cuenta corriente a su nombre y sus maridos o padres tenían que autorizarles para sacar dinero. Cincuenta años después, Yolanda Torres de la Torre, que es gerente de la empresa de transportes Seur en Ciudad Real desde el año 2000, apunta que “desde la Federación Empresarial Fecir estimamos que en torno al 35 por ciento de las empresas de la provincia están dirigidas por mujeres o ellas representan un puesto de responsabilidad”.
El mundo empresarial es otra muestra de los desequilibrios, aunque la tesorera de Fecir y secretaria en la Asociación de Transportes destaca que hoy en día “las mujeres están presentes en prácticamente todos los sectores”, incluso en aquellos, como el transporte, las gasolineras o la siderometalurgia, donde tradicionalmente los hombres han dominado. Hasta hace poco, las empresarias apenas se aventuraban más allá “del comercio, la peluquería y la estética, lo sociosanitario y los cuidados”. Contabilizar exactamente su presencia no es fácil, porque no existe un registro de empresas con datos pormenorizados en relación al género.
Las organizaciones empresariales han notado el cambio y en la actualidad, apunta Torres, “tenemos a nivel provincial muchas mujeres que asumen la presidencia de asociaciones como la de siderometalurgia y cargos de responsabilidad en otras como transportes”. Hasta hace bien poco Isabel Rodríguez era presidenta de la asociación de gasolineras, entre los taxistas también hay representación femenina y el comité ejecutivo de Fecir incluye a tres mujeres, entre ellas, la vicepresidenta. Eso sí, los hombres ocupan todavía la mayoría de los puestos, más de una decena en el comité ejecutivo de Fecir.
La transformación la ha vivido esta ‘mujer empoderada’ en sus propias carnes en los últimos veinte años, incluso antes, desde que en los años 90 empezó sus estudios de Administración y Dirección de Empresas en la UCLM, y de Económicas en la Universidad de Málaga. “El mayor cambio ha sido en las reuniones: al principio estabas sola y había unos temas determinados; ahora hay más mujeres y hay mucha más pluralidad; existe una visión mucho más amplia de lo que es el mundo”, expresa.
Empresarias con empuje
Las empresarias de Ciudad Real tienen “empuje, garra, muchas ganas de tirar para adelante”, son mujeres a las que les movió “la independencia, el orgullo de saber que aquello por lo que luchas es tuyo”. Junto a estos valores, asociados a lo largo de la historia a los hombres, también las motiva “dar empleo, contribuir a la sociedad”. Eso sí, no son “superwoman” y reconocen que “para nadie es fácil trabajar en la calle, tener un puesto de representación”, más cuando tienen una empresa que exige dedicación 24 horas 7 días a la semana. Son especialistas en “compartir y delegar” en casa.
Para Yolanda Torres, no existen características propias de la “mujer empresaria”, pues lo que tiene que tener es “capacidad de liderazgo, emprendimiento, ser una persona con una resiliencia muy grande, porque tienes que adaptarte continuamente a los cambios sociales, económicos, laborales”. Pero, hay una cosa en la que las mujeres suelen ganar por goleada en la dirección empresarial a los hombres: la “empatía” a la hora de tomar decisiones.
Las empresarias no reivindican, sino que “se marcan una meta y van a por ella”, dice Yolanda Torres. Ahora, lo importante es quitarnos la “lacra” del Covid, aunque no niega que es un día para “visibilizar” el trabajo realizado por las mujeres, también en el ámbito de la empresa, “que durante tanto tiempo ha estado muy oculto”. “Estamos aquí y hemos venido para quedarnos”, en puestos de responsabilidad en las empresas y de representación en las asociaciones.
El mundo nunca había sido tan proclive al empoderamiento femenino como ahora. A juicio de Yolanda Torres, si generaciones de mujeres criadas en épocas con grandes brechas de género han conseguido romper todas las barreras y alcanzar infinidad de objetivos, “las generaciones que ya no tienen esos tabúes, ni esa cultura, ni se van a plantear si pueden hacer algo o no”. “Las chicas vienen pisando muy fuerte, y van a por todas. Hemos tenido un cambio tan grande en tan poco tiempo en la sociedad que es para enorgullecerse de ello”, concluye.
