La mujer que fue víctima de maltrato continuado por parte de un guardia civil de Bolaños, que fue juzgado y condenado en 2018, ha asegurado este martes en el comienzo del juicio al compañero de su expareja acusado de tapar el caso que en el cuartel la intentaron “convencer” de que no denunciara.
Ante la sala segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, S.M.A.G., ha declarado como testigo, aunque también forma parte de la acusación particular. Este juicio fue pospuesto en junio del año pasado por discrepancias entre el abogado defensor y el acusado, y hasta después no se personó como acusación.
“Necesito que me ayudes”
Desde el comienzo de la declaración, la víctima de violencia de género ha afirmado que el acusado, M.J.I.C., “era conocedor de las cosas que pasaban dentro del matrimonio”, como compañero de trabajo de su expareja.
Por eso, ella decidió llamar al guardia civil el 18 de septiembre, después de recibir un “empujón” y “un pellizco en la barriga”. “Yo le conté por teléfono la agresión y le dije: necesito que me ayudes”, ha afirmado.
La mujer ha narrado que días después, tras mandarle fotografías con “arañazos y moratones”, el acusado la recomendó que se alejara de su pareja por escrito, pero no que denunciara.
La víctima recurrió de nuevo al guardia civil el 28 de septiembre, tras recibir un puñetazo en el ojo cuando estaba en el coche y delante de sus dos hijos. Fue durante el rato en el que el agresor se ausentó de la cena que tenía con amigos, incluido M.J.I.C.
Entonces, ella ha asegurado que le dijo “quiero denunciar” y “quiero que tú instruyas la denuncia”, a lo que, según la acusación, el agente respondió con una negativa.
Tres horas en el despacho del sargento
El siguiente encuentro fue el día de la denuncia, el 31 de octubre. La víctima ha descrito las trabas que le pusieron y, en concreto, ha asegurado que estuvo “más de tres horas en el despacho del sargento” donde la intentaron “convencer” de que no denunciara. Incluso ha dicho que llegó a dar un puñetazo en la mesa para que le hicieran caso.
No fue hasta que llegó un teniente de Herrera de La Mancha cuando le recogieron la denuncia y entonces la llevaron al cuartel de Manzanares, a las 6 de la tarde, donde se formalizó, y le hicieron la primera evaluación de riesgo.
A partir de ahí, la testigo ha afirmado que solo le hicieron evaluaciones el 16 de enero y el 6 de febrero, a pesar de que un día se presentaron los agentes en su trabajo para que firmara otra evaluación en la que ponía “riesgo no apreciado”, motivo por el que presentó una queja ante la Guardia Civil.
La fiscalía pide 4 años de cárcel
El Ministerio Fiscal atribuye a M.J.I.C. los delitos de omisión del deber de perseguir delitos en su condición de agente de la autoridad y de falsedad documental, motivos por los que pide 4 años de cárcel, 4 de inhabilitación y una multa de 12 euros al día durante 9 meses. La acusación particular pide 5 años de cárcel y 5 de inhabilitación para el ejercicio de la actividad como guardia civil.