Han disminuido en los meses de verano y los bautizos, por su parte, se dan a lo largo de todo el año.
Así lo ha indicado a Lanza en una entrevista el presidente de la Asociación Provincial de Ciudad Real de Empresarios de Hostelería y Turismo, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castilla-La Mancha y propietario del Restaurante “Casa Pepe” de Carrión de Calatrava, José Crespo.
Ha señalado que las bodas y comuniones previstas son similares a las del año pasado. Quizás algunas bodas menos. “Después de la pandemia se ha vuelto a retomar el número de estos eventos que había antes de la COVID”.
Lo que sí se ha notado es que hay un número inferior de invitados, que Crespo achaca en gran parte a que las familias son menores que antes y a que se es más selectivo a la hora de invitar y a la hora de acudir los invitados, por ejemplo, porque estos estén de vacaciones.
También ha apuntado que están teniendo auge las fincas para este tipo de celebraciones.
En cuanto al menú, ha señalado que hay un cambio de las exigencias. “Se prioriza la decoración, la fantasía, la barra libre… Se pide buena gastronomía, pero también se busca una buena fiesta para después de comer. La gente pide una fiesta redonda. Busca también servicios como el Photocall, dj, alguien que les prepare perritos calientes, patatas asadas o churros (servicios rodantes), mesa de chuches…, que ponen un plus a la fiesta”.
Ha señalado que muchos establecimientos incorporan castillos hinchables en su oferta.
Crespo ha comentado que el marisco sigue estando muy presente, pero ya no es lo más preciado. “Se valora más el servicio que la propia gastronomía, siempre que ésta sea de calidad. Que lo que se prepare, esté bueno, la atención del servicio, la amabilidad…”.
La franja de precios suele estar entre 60 y 90 euros en las comuniones y entre 110 y 150 euros en las bodas, que corresponde a cuatro servicios por parte de la gastronomía, que son “un buen cóctel, una buena comida, buena fiesta con barra libre y recena, y normalmente con una franja horaria para todo ello de entre 12 y 14 horas de servicio. A lo que se pueden sumar otros servicios. No es solo la comida, son todos esos servicios”.
La gente prefiere más la hora de la comida que la de la cena para estar de fiesta todo el día. En las cenas, la gente se queda hasta las 6 o las 8 de la mañana.
Sobre la antelación para hacer las reservas, el presidente de los hosteleros de la provincia ha apuntado que en cuanto la gente lo tiene claro, reserva. Suele ser uno o dos años antes en el caso de las bodas y entre 6 y 8 meses en el caso de las comuniones, aunque en este caso, hay que esperar a que la iglesia confirme el día de la comunión.
En cuanto a los bautizos, nada más saberse la fecha, se reserva.
Crespo también ha señalado que a lo largo del año también tienen otras celebraciones como jubilaciones, graduaciones, fiesta por aprobar una oposición, cenas de empresa… , que se suele reservar con dos o tres meses de antelación.
Campaña de Navidad y costes
Respecto a la campaña de Navidad, ha dicho que se ha dado bien, con comidas y cenas principalmente desde el Puente de la Constitución hasta enero, comenzando las reservas después del verano.
“Ahora el dinero cunde menos porque la hostelería ha actualizado el IPC por debajo del IPC real. Hay productos más nobles, que son más caros, que han subido más que los productos más normales. Destaca la subida del aceite de oliva. No hemos repercutido la subida en los precios. La hostelería busca ofrecer al cliente lo mejor y lo más asequible posible y eso va en función de cómo esté la situación económica de sus clientes. Hay que buscar el nivel de satisfacción, ganando algo de dinero, para fidelizar al cliente, y eso es un examen nuevo cada día. La hostelería ha subido, pero no toda la subida que ha habido en los tres o cuatro últimos años de los costes de materia prima, de personal y de algunos anexos como impuestos sobrevenidos o indirectos”.
Personal y calidad
En cuanto a cómo está el personal y si falta personal en la hostelería, Crespo ha respondido que el nivel de exigencia de los clientes aumenta. “Aunque en esta zona no falta personal, sí que estamos algo flojos en la preparación del mismo. No hace falta personal pero sí puede ser difícil conseguir la persona apropiada para un puesto. Hace falta más preparación y formación y estamos trabajando en ello. Si miramos cómo era el personal hace unos diez años, no nos podemos quejar de cómo es ahora, pero hay que seguir trabajando para intentar mejorar. No a todos los que se les forma quieren ser luego profesionales de este gremio. Quizás haya más escasez en momentos de más cantidad de eventos”.
También hay una apuesta fuerte por la calidad en los establecimientos con la “Q” de Calidad Turística, el SICTED. “Eso ayuda mucho siempre y, sobre todo, las calificaciones de los clientes en las reseñas de las redes sociales”.
Más apoyo
Por lo que respecta a los problemas que tiene el sector, José Crespo ha apuntado al flujo de rentabilidad. Ha pedido a las instituciones que, si sacan normas nuevas que afectan al sector, que le ayuden a aplicarlas sin que suponga un gran coste económico. “Cuando sacan normas nuevas, deberían instruirnos sin coste alguno y no dejarnos un poco a “búscate la vida”. Hay veces que, cuando tienes una cosa conseguida, te cambia la ley y hay que volver a adaptarse. En este aspecto nos sentimos un poco desamparados”, ha afirmado.