Las copiosas lluvias del mes de marzo en la recta final de un invierno que sin embargo ha sido bastante cálido alejan por ahora el riesgo de graves incendios forestales en Ciudad Real. No ha sido necesario activar vehículos autobomba a mitad de marzo, como el año pasado, y la campaña discurre “dentro de lo previsible”.
Desde mediados de mes dos aeronaves están disponibles para toda Castilla-La Mancha y en la provincia se han activado tres patrullas y un retén terrestre para labores de extinción. El retén lo forma un grupo de bomberos forestales (mínimo seis, máximo ocho), que se desplazan en todoterreno con material individual: batefuegos, mochila de extinción y motosierra, para combatir el fuego si es preciso. “No siempre el agua es el ingrediente principal, tener disponible un retén terrestre permite más versatilidad a la hora de atender la extinción de un incendio”, explica el director del Centro Operativo Provincial, Juan Pedro García.
Tres avisos de incendio y 300 autorizaciones de quema
Llevamos tres avisos por incendio forestal este invierno en la provincia y trescientas autorizaciones de quemas de rastrojos en el monte, sin incendios asociados a ellas, lo que según el entendido significa más civismo, “parte del éxito es que tenemos normas de regulación del uso del fuego, que varían según el nivel de peligro, y que la ciudadanía las cumple porque cada vez está más concienciada”.
Que las condiciones no sean malas al comienzo de la primavera no significa relajación. El plan Infocam del Gobierno de Castilla-La Mancha de lucha contra el fuego cuenta con unidades de prevención todo el año, “esto es una gran ventaja y nos da una capacidad de reacción rápida. Si las condiciones cambian se movilizan retenes de prevención a extinción, eso no lo tienen todos los servicios de incendios”, dice director del COP provincial.

47 trabajos preventivos en 3.500 hectáreas este año
Ciudad Real tiene proyectadas cuarenta y siete obras, tajos, de trabajos preventivos,; veintidós de ellos activos, que implican al grueso del personal este año, unas cuatrocientas personas. La actuación se hará en más de 3.500 hectáreas.

Culmina la renovación de la flota de autobombas
Las novedades para la campaña de extinción de incendios forestales, que empieza oficialmente el 1 de junio, dependiendo que cómo siga evolucionando la meteorología, son más cualitativas que cuantitativas. “Partimos de un dispositivo bien dotado, con la posibilidad de apoyar a una provincia desde otras. En Ciudad Real este año hemos terminado de renovar la flota de autobombas terrestres, con la incorporación de la novena y última; y seguimos con el salto tecnológico, con más herramientas informáticas para mejorar la gestión de nuestros recursos”.
Los técnicos de incendios asumen que por “muy bien” que haya venido la Semana Santa y la primavera a efectos del fuego (suelos húmedos, etc) la campaña veraniega será muy dura, “nos preparamos para tener incendios en junio, julio y agosto cada vez más devastadores”, dice.
Preparados para un 2024 duro tras el anómalo 2023
Lo del año pasado (poquísimos incendios) no fue normal. 2023 pasará a la historia reciente de la extinción de incendios forestales en Ciudad Real como un año anómalo, “tuvimos una sequía extrema al final del invierno y la primavera, que impidió hasta que creciera la siembra, pero llovió en junio, al inicio de la época de peligro alto, lo que refrescó suelos sin pasto en los que las pocas igniciones no se propagaron”.
El experto en extinción todavía recuerda cómo hace un año, “en el hall de entrada de una campaña catastrófica”, refiere (la Semana Santa en abril fue muy cálida) la climatología dio un giro inesperado. La consecuencia es que hubo poquísimos incendios, incluso en el mes crítico de julio, y se quemó un 97% menos de superficie forestal.
Este año las cosas irán por otros derroteros, los normales que implican un verano meteorológicamente duro, y una primavera por ahora “normal”.
Si las condiciones cambiaran a partir de la próxima semana “se pueden activar o desacoplar medios en función del índice potencial de propagación de incendios (IPP) que de momento se corresponde con la época de peligro que toca por calendario”.
Los emisoristas, claves para recoger los avisos y canalizarlos, hacen turnos de siete y media de la mañana a nueve y media de la noche en las provincias. El servicio de veinticuatro horas está operativo en el centro de coordinación regional.
Para Juan Pedro García otro factor importante en las campañas es que el dispositivo despierta cada vez más el interés mediático y del público y consigue ser noticia incluso en lo que él considera “época de paz”, antes del arreón de veranos cada vez más adelantados.