La memoria es selectiva, normalmente para recordar lo mejor y archivar las malas experiencias. José María Barreda, el expresidente de Castilla-La Mancha y ‘ex todo’ del PSOE de Ciudad Real y Castilla-La Mancha, lo viene diciendo desde que empezó a promocionar hace quince días su libro de memorias ‘Historia vivida. Historia Construida’, en el que repasa su vida y larga trayectoria política vinculado a la “construcción” de una comunidad autónoma por la que nadie peleó ni se manifestó, y en la que estaba todo por hacer cuando con 30 años, siendo un prometedor profesor universitario, lo ficharon para formar parte del primer gobierno autonómico de Castilla-La Mancha (1983-1987), como consejero de Educación y Cultura.
En esa etapa se fraguó la creación de la Universidad de Castilla-La Mancha, en su opinión “la institución que más ha transformado la sociología de las cinco provincias castellano-manchegas, pasando en solo una generación de abuelos analfabetos a nietos universitarios”; “se consiguió”, dice, que llegará la alta velocidad a Ciudad Real, y en años posteriores, “seguir acelerando la historia” en estas tierras desfavorecidas del centro de España. Barreda participó, fue un agente activo por sus responsabilidades políticas en todos esos logros históricos de los que da cuenta en la autobiografía que se ha presentado esta tarde en su Ciudad Real natal.
“Fue una suerte vivir esa etapa de nuestra historia”
“Fue una suerte vivir esa etapa, estaba todo por hacer y todo lo que hicimos fue muy impresionante”, ha recordado en la Facultad de Letras del campus universitario de Ciudad Real, rodeado de amigos, conocidos, compañeros de la política y la universidad, alcaldes, cargos institucionales y representantes de distintos sectores sociales. Dos de esos “compañeros de fatigas”, dice Barreda, han sido el rector emérito Luis Arroyo y José Manuel Caballero, presidente de la Diputación de Ciudad Real y secretario general del PSOE provincial, que lo han arropado en la “presentación más especial” – ha dicho el protagonista- en un salón de actos repleto de público.
Un libro generacional
Arroyo, partícipe de la creación de la Universidad de Castilla-La Mancha y persona muy cercana a Barreda por edad e ideología, se ha referido al libro del expresidente castellano-manchego como “un fiel reflejo de los compromisos de una generación”, que como él mismo participaron del movimiento antifranquista de los años setenta, hicieron la transición de la dictadura a la democracia, y fueron parte activa de las decisiones fundacionales de la comunidad de Castilla-La Mancha.
“El estatuto nos vinos dado, pero una vez que lo tuvimos supimos convertirlo en un acelerador histórico. Claro que en esos años confluyeron muchas cosas, la consecución de la democracia y la libertad en España y nuestra incorporación a Europa”, ha apostillado Barreda.
Caballero, “hijo de esa historia construida”
José Manuel Caballero, telonero como Arroyo de la intervención de Barreda en Letras, se ha puesto de ejemplo como “hijo de esa historia construida en Castilla-La Mancha a partir del estatuto de autonomía”. Nacido al principio de las años setenta, el ahora presidente de la Diputación era muy joven cuando se puso en marcha la autonomía, desde entonces ahora ha rememorado “cómo he podido disfrutar de este periodo tan maravilloso de la historia de Castilla-La Mancha; pude estudiar en una universidad como la nuestra porque estaba aquí y era una realidad; pude disfrutar del AVE y desplazarme con facilidad a Madrid porque otros lo consiguieron desde la autonomía, pude tener un sentimiento de castellano-manchegos por que se hizo Castilla-La Mancha y me he desarrollado con las ideas socialdemócratas porque antes que yo otros apostaron por ellas, fueron nuestros maestros, como José María Barreda”.
Las memorias de Barreda, que editado la editorial castellano-manchega Almud, repasan también momentos íntimos y personales que Luis Arroyo ha invitado a descubrir.
Sin dejarse llevar por el entusiasmo o la cólera
Escritas “desde el sosiego”, sin dejarse llevar por el entusiasmo o la cólera José María Barreda repasa toda su trayectoria personal y política, desde su nacimiento en una familia acomodada de Ciudad Real hasta su toma de conciencia política primero con el comunismo y luego con la socialdemocracia.
“Hay un capítulo, ‘Hijo de vencedores, amigo de vencidos’, en el que explico cuál es el proceso de mi toma de conciencia. Algunas experiencias que voy viviendo a lo largo de mi infancia, adolescencia y juventud, después una influencia muy importante de unos Marianistas progresistas que tuve en sexto de Bachillerato y Preuniversitario, con seminarios sobre la doctrina social de la Iglesia. Es difícil situarse ahora en lo que era una sociedad en plena dictadura, en una capital de provincias pequeña, con limitaciones de todo tipo. Aquello fue un choque muy importante”, ha contado.
Que nadie busque ajustes de cuentas o críticas viscerales, “aquí no se pasa factura a nadie”, ha contado.