J., la mujer de veinte años que ha denunciado a dos vecinos por insultarla y hostigarla por su condición transexual, confía en que se haga justicia y que su caso, que se ha juzgado este martes en la Audiencia de Ciudad Real, sirva para poner voz “a un colectivo muy estigmatizado”.
“Es muy necesario que se conozca nuestra realidad, ser diferente en localidades pequeñas como Pedro Muñoz; yo no tengo recursos para irme a vivir a otro sitio y he tenido que buscarme las mañas para salir del barrio, sé que esto [el juicio con sus vecinos en la Audiencia] traerá represalias”, ha explicado a Lanza al final del juicio, visto para sentencia en la sección segunda.
J., de veinte años, dice que el acoso de estos vecinos (ellos lo niegan) empezó cuando comenzó su transición de hombre a mujer, en 2020, y decidió salir a la calle vestida como la persona que siempre ha sentido que es.
“Nadie contrata a un transexual”
Asegura que no encuentra trabajo “porque nadie contrata a una persona transexual” y que denunciar los insultos le ha costado mucho, tanto a ella como a su familia. Tan mala ha sido la convivencia vecinal -los denunciados viven en su calle, casi al lado- que el año pasado, y después de denuncias cruzadas en las que ella ha sido condenada por un delito leve de daños, decidió “firmar la paz” en un documento privado. En este último año reconoce que no ha habido problemas, pero teme que el juicio de este martes, y la exposición pública del caso le traiga unas represalias que no desea.
“Yo no quiero malos rollos con nadie”, insiste.