Su director, Juan Miguel Calderón, y su jefe de estudios, Ramón Ruiz, han contado en una entrevista concedida a Lanza cómo ha sido casi un siglo de trayectoria de este centro educativo, que comenzó su andadura en 1933 en la calle Buensuceso, aunque no fue hasta 1934 que recibió el nombre de Instituto Elemental de Segunda Enseñanza Bernardo de Balbuena, el cual pasó a su ubicación actual en la avenida de los Estudiantes en los años 60, en un edificio del reconocido arquitecto Miguel Fisac.
Según comentan Calderón y Ruiz, el instituto comenzó muy pronto a tener secciones delegadas por la comarca y en los años 50 se ve la necesidad de trasladar el instituto dados los buenos resultados que estaba teniendo. “Se encarga el proyecto a uno de los arquitectos más importantes de la arquitectura moderna, que es Miguel Fisac, quien en 1958 comienza a desarrollar el proyecto y a construir el edificio actual”.
Los alumnos empiezan a llegar en 1965, pero hasta el 67 no se inaugura de forma oficial, siendo hasta entonces el único instituto de Valdepeñas, aunque la obra no acaba hasta los años 70.
En 2023 también se celebra el 50 aniversario del origen del Bachillerato Nocturno en el centro (curso 1973-74).
Pregunta. ¿Podéis hacer una comparativa entre los primeros años del centro y la actualidad para ver su evolución?
Respuesta. En sus inicios el número de alumnos estaba entorno a 120-130 y el número de profesores era de entre 10 y 15. Había conserje que vivía en el centro.
En la segunda República no había clase de Religión, se impartían principalmente Ciencias, Biología, Matemáticas, Latín, Física… Los estudios generales de conocimientos básicos de cara a la formación universitaria.
El número de alumnos se va incrementando. En los años 40 el centro cuenta con residencia para los alumnos de la zona que estudiaban aquí. Había vida cultural en esta residencia, como conferencias. También se instaura una Escuela Hogar para la sección femenina. Hablamos del Franquismo y de una educación diferenciada.
Aunque estudiaban chicos y chicas en el centro, se ve una diferenciación, habiendo una parte femenina y otra masculina. En el centro estaban todos, pero no juntos.
Hay un director espiritual y la religión forma parte de las enseñanzas.
En los años 50 había entre 600 y 700 alumnos, lo que hace plantearse el traslado, al quedarse pequeño el edificio anterior.
En el curso 1973-74 se amplia la educación al nocturno.
El número total de alumnos supera los 1.000. Incluso en los años 70-80, el número de alumnos se incrementó tanto que tuvieron que habilitar el gimnasio como aulas.
Hace quince años se instalaron unas aulas prefabricadas, que han estado en el patio durante muchos años, hasta que por fin se hicieron las aulas nuevas y se retiraron las prefabricadas.
Se hicieron dos aularios nuevos: uno de tres aulas y otro que inauguramos el año pasado de cuatro aulas.
En la última década el número de alumnos es de unos 700 por el descenso demográfico y porque ahora hay más centros de Secundaria en la zona. Antes era el único instituto de la comarca y ahora hay más.
Actualmente hay unos 700 alumnos y unos 67 profesores y contamos con Bachillerato de Artes Plásticas y con Bachillerato de Artes Escénicas y Música, además de Bachillerato Nocturno.
Hay un espacio de creación con exposiciones como Balbuenarte.
Somos un instituto que está en el presente, tiene un pasado y mira al futuro. Así también tenemos otras iniciativas que apuestan por las nuevas tecnologías. Todas las aulas tienen su pizarra digital, contamos con una radio en el centro, que los profesores utilizan como una herramienta de sus asignaturas y que tiene un grupo de voluntarios de radio con 23 alumnos, que se está formando en la parte técnica, de contenido y formatos periodísticos. Contamos con algunos periodistas entre los profesores, que ayudan a los alumnos a que creen su propio contenido y sean autónomos para hacer programas.
También llevamos a cabo intercambios con estudiantes de Inglaterra, Irlanda y Alemania.
Estamos volviendo a integrar el proyecto Erasmus, que ha estado unos años parado, tenemos un proyecto eTwinning y proyecto STEAM y queremos recuperar el exterior del centro para aprovecharlo estando en contacto con la naturaleza, haciendo una especie de anfiteatro al aire libre donde dar clase. Así integraríamos el exterior dentro del centro en este proyecto llamado “Raíces”.
También vamos a solicitar la placa Docomomo, ya que el edificio es de Miguel Fisac. Es como un titulo de valor arquitectónico de arquitectura moderna.
Asimismo, utilizamos el teatro para la resolución de conflictos, tenemos club de lectura y club de debate.
Otro proyecto muy importante es el Modelo de Parlamento Europeo, en el que los alumnos tratan temas de la política europea y hay una fase regional y otra nacional. Si superan las fases, los alumnos llegan a Bruselas a defender temas que les propone la Unión Europea.
También se han realizado reuniones de antiguos alumnos y contamos con AMPA (Asociación de Madre y Padres de Alumnos) que realiza diversas actividades.
P. Queréis declarar el instituto como edificio histórico, ¿no?
R. Sí. Este año vamos a solicitar la declaración como edificio histórico. Sería la declaración de lo que es un clamor. Es un instituto histórico con casi un siglo de vida.
La declaración conllevaría ayuda para mantener todo el centro y el material que tenemos, como instrumentos de laboratorio, libros, instrumentos de música, proyectores de cine…
Además, también conlleva el darnos horas para que podamos desarrollar una labor de investigación sobre el centro, los alumnos que han pasado por aquí y han tenido un desarrollo profesional grande, el profesorado que ha pasado…
No solo nos dedicamos a mirar el pasado, sino que somos un instituto que está en el presente y mira hacia el futuro.
Mirar al pasado da una proyección al trabajo que hacemos, pero queremos que sea un instituto del siglo XXI.
P. ¿Qué personas ilustres han pasado por el instituto?
R. La mayoría de las personas más conocidas de la comarca. Y no solo han pasado, sino que han dejado su huella en el instituto, por ejemplo, como profesores o por su vinculación con el centro, como Cecilio Muñoz Fillol, Inés Ibáñez, Juan Alcaide, Francisco Nieva, Ignacio Morales Nieva, Daniel de Campos, Antonio Crespo, José Luis Crespo….
El instituto es un eje de creación cultural y de desarrollo de artistas.
Los profesores que pasaron por aquí acabaron siendo catedráticos de universidades, académicos de la Real Academia. Por ejemplo, me llamó la atención encontrar información sobre Manuel Alía Medina, un biólogo, geólogo, físico, catedrático de universidad, académico, que tiene medallas de todo tipo. Aunque no es muy conocido por nosotros, es probablemente uno de los catedráticos más importantes que han pasado por este centro.
P. Ya que el edificio es de Miguel Fisac, ¿qué características del arquitecto se ven en él?
R. Se pueden ver las líneas curvas y los juegos de luces, como en la capilla de este instituto. Hay ausencia de columnas, vigas ocultas, no se utilizan cerchas, algo que también se puede ver en el salón de actos. Es muy llamativo porque el espacio es aún mayor que este (la capilla). No se encuentran puntos de apoyo. No se sabe muy bien cómo se sostiene. Hay que ir a los tejados para ver un poco qué técnica está utilizando Fisac para conseguir eso.
La imagen que da es de espacios luminosos y muy funcionales.
Eso también se ve en los pasillos, que son amplios y en las aulas, que en todos los laterales tienen ventanales. Siempre dan a la calle, algo poco habitual en los centros de hoy.
Además, juega con los espacios en las galerías anexando el espacio exterior. Fisac no hace un edificio y después tiene un entorno, sino que el entorno lo incluye a través de las galerías que va creando y va haciendo rincones.
Rescata esos espacios para que estén en consonancia con el edificio. Hace un complejo Fiscac.
También creó varios laboratorios, que es algo inusual, y los conservamos tal y como se hicieron en los años 60, aunque tenemos instrumentos de laboratorio anteriores a los años 60.
Además, hay una biblioteca donde contamos con los objetos de mayor valor del centro. Hay un fondo antiguo de libros, con libros de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX, algo extraño, siendo el más antiguo de 1578, que está en la Biblioteca del Ayuntamiento de Valdepeñas.
Eso hace que la gente quiera favorecer a este centro.
Es un edificio poco ostentoso, parece una casa de campo.
P. Queréis rescatar la capilla ¿no?
R. Sí. Necesita ser arreglada y ser incorporada. Es de los años 70 pero puede incorporarse a un centro educativo y al siglo XXI. Se presta a ser un espacio-museo.
En su día fue una capilla que acogió hasta bodas. También ensayaba en ella el coro. Ya no se utiliza para capilla. Los bancos que tenía, están ahora en la parroquia Nuestra Señora de la Santa Paz y San Juan Bautista, del barrio Lucero.
Con la colaboración de diferentes administraciones públicas y privadas podríamos hacer de ella una biblioteca, sala de exposiciones y sala de convenciones.
No siempre se puede contar con un espacio Fisac, un espacio protegido. Se lo ofrecemos a la delegación y al ayuntamiento de Valdepeñas y que sea un espacio para los valdepeñeros.
P. Y también queréis recuperar los exteriores.
R. Sí. Queremos recuperar los exteriores, hacer un huerto, un invernadero, jardines…
Una de las mejores partes del centro es la exterior. Lleva mucho trabajo cuidarla.
Estamos hablando con el ayuntamiento, con los profesores… Ya estamos trabajando en la parte de atrás, la del huerto, y queremos ir recuperando toda la parte de fuera e integrarla con el edificio para que se pueda trabajar en ella.
Queremos incluir elementos como tinajas.
P. En cuanto al salón de actos, es uno de los más grandes de Valdepeñas.
R. Sí. Es el segundo más grande de Valdepeñas tras el Auditorio Municipal “Francisco Nieva”.
Estamos desarrollando muchas actividades culturales como el teatro. Ahora tenemos un grupo de profesores que están trabajando en una obra de teatro, un musical con alumnos, tenemos el Bachillerato de Artes Escénicas y Música, que se ha sumado al Bachillerato de Artes Plásticas…
Digamos que la creación ha estado en la historia de Instituto y sigue en la actualidad.
Estos dos bachilleratos, junto al nocturno definen este centro.
En el instituto se ha dado mucho valor a la vena artística, que estamos empezando a destacar.
El coro, con doña Inés, también ha tenido mucha tradición.
P. ¿Cómo vais a conmemorar este 90 aniversario del centro?
R. Vamos a llevar a cabo un doble acto el 4 de diciembre. Por un lado, un acto académico, en el que vamos a invitar a todo nuestro alumnado en el salón de actos, profesorado jubilado y actual, alumnado de Bachillerato…
Pondremos pantallas para poder seguir el acto, que tendrá un componente cultural con piano, canto y baile.
Después habrá cuatro exposiciones de mucho interés para analizar nuestro presente. Vamos a hablar con Luis Madrid, que fue director de este centro y que ha estado 50 años entre alumno y profesor.
También hemos invitado, como representante de antiguos alumnos a José Luis Crespo, creador de Quantum Fracture, un influencer de gran nivel, que tiene más de tres millones de seguidores. Nos enorgullece porque es un divulgador científico de primer nivel.
Queríamos que hiciera alguna colaboración, pero él ha querido estar aquí.
Después habrá un pequeño ágape para conocernos e intercambiar experiencias.
Una de las cosas que estamos haciendo es solicitar fotos antiguas para crear un archivo de imágenes históricas del IES Bernardo de Balbuena.
También estamos pensando cómo celebrar los 50 años del nocturno. El año pasado creamos las “Veladas del Nocturno”, una actividad más cultural que propone temas de corte intelectual de interés para todos los públicos, en un escenario puramente valdepeñero. El año pasado fue en la Bodega El Trascacho y se quiere hacer en más bodegas para tener un debate cultural a la vez que se toma un vino. Contamos con empresas colaboradoras de la zona.
Queremos también dar a conocer la historia y abrir el instituto a la gente que ha pasado por él y que lo sienta como propio, y que los alumnos y profesores de hoy entiendan la conexión con esas raíces.
Lo que uno hace y hace bien, queda y deja huella.
Creo que esta comarca ha sido transformada por la decisión de algunos políticos del momento y de un pueblo que se volcó con la creación de este instituto, que supuso una gran inversión en aquel momento.
Ha sido de enorme importancia para la comarca de Valdepeñas.
La cultura y la tradición se asentaron y fueron motor de transformación de la comarca.
